06:00 hrs. Agosto 08 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-0714

Ciudad Universitaria

Pies de fotos al final del boletín

 

TRABAJAN EN LA UNAM UNA VACUNA CONTRA EL CÁNCER CÉRVICO-UTERINO

 

·        La vacuna se encuentra en fase preclínica, aseguró Alberto Monroy, investigador de la FES Zaragoza

·        Indicó que por esa causa mueren en el país alrededor de cuatro mil mujeres

 

Investigadores del Laboratorio de Inmunobiología, de la Unidad de Diferenciación Celular y Cáncer de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Zaragoza de la UNAM, encabezados por Alberto Monroy García, trabajan, desde hace más de una década, en la obtención de una vacuna que permita inmunizar a las mujeres contra el cáncer cérvico-uterino.

 

La vacuna que desarrollamos, puntualizó Monroy, se encuentra en fase preclínica. “Estamos demostrando in vitro, que al activar las células de defensa de las pacientes (linfocitos T) con los péptidos virales (L1, E6 y E7), pueden obtenerse linfocitos capaces de matar células infectadas”.

 

En opinión del científico universitario, alrededor del 99 por ciento de los tumores de cáncer cervical expresan genoma de virus de papiloma (VPH).

 

Por tal motivo, sus investigaciones se basan en el estudio de la inmunología del VPH para obtener una vacuna que permita reforzar el sistema inmunológico de las mujeres y atacar el cáncer cérvico-uterino, desde sus estadios más tempranos hasta sus etapas avanzadas.

Se trata de un resultado alentador, pues demostramos que la potencia de estos péptidos, al estimular el sistema inmunológico de las pacientes, podría evitar la transformación del epitelio producida por el virus.

 

Anualmente, dijo, se detectan cerca de 11 mil nuevos casos de cáncer cérvico-uterino y mueren por el mal cuatro mil mujeres, en México.

 

La enfermedad –relacionada con la actividad sexual– afecta a mujeres en la etapa más productiva de su vida, es decir entre los 35 y 50 años de edad.

 

“Estudiamos la forma de asociación del tumor canceroso con el papilomavirus, así como la identificación de segmentos de proteínas de éste, que pudiera contribuir a generar una respuesta inmune en pacientes con cáncer de cérvix”, explicó.

 

En el mundo existen más de cien cepas diferentes del papilomavirus, pero las que infectan el epitelio del cérvix son seis: VPH16, VPH18, VPH31, VPHP35, VPH45 y VPH56, es decir, son los tipos más importantes, y que se transmiten sexualmente.

 

Dichas cepas, detalló Monroy, pueden causar alteraciones celulares en el cuello del útero, crecimientos que normalmente parecen planos y son casi invisibles.

 

Asimismo, indicó, existen ciertos tipos de papilomavirus que pueden ocasionar verrugas o tumores benignos en boca, plantas de los pies, axilas y cuello.

 

En esta investigación es importante el estudio de la biología del VPH, toda vez que en el proceso de infección intervienen las proteínas de la cápside del virus (estructura protéica que rodea el material genético del mismo) y en cuya transformación existen proteínas oncogénicas que se reproducen activamente, como la E6 y E7.

 

Por esta razón, los especialistas trabajan con fragmentos de las proteínas virales L1, E6 y E7 de los VPH más asociados con cáncer cervical. Tales péptidos pueden provocar una respuesta inmunitaria en las pacientes. La idea es identificar los que permitan inocular un amplio porcentaje de la población femenina.

 

Aclaró que en el país existen otros equipos de investigación dedicados a la búsqueda de mecanismos, como la terapia génica, para detener la replicación del virus.

 

“En nuestro caso –especificó- buscamos activar directamente el sistema inmunológico y de defensa de la paciente por medio de segmentos virales altamente potenciales”.

 

Destacó que en Estados Unidos ya se ha aplicado una vacuna en pacientes con cáncer de cérvix en fase terminal, obteniendo regresión del tumor. Se logró eliminar una porción considerable en dos de ocho pacientes.

 

Monroy García indicó que en México podrían lograrse esos estándares con la ayuda de las técnicas de detección del VPH –papanicolau y colposcopia–, para aplicar las vacunas de manera profiláctica.

 

Señaló que en el Laboratorio de Inmunobiología se trabaja en determinar las secuencias idénticas del virus para aplicarlas como vacunas profilácticas y prevenir este tipo de carcinoma, o también para eliminar infecciones benignas, como las verrugas, así como las epidermodisplacias verruciformes o infección del pene.

 

Como parte de estos estudios, el grupo de investigadores universitarios ha propuesto reforzar el sistema inmunológico de las mujeres, tal como se hace en el caso de los niños para detener la infección. Además, la aparición de cualquier célula infectada sería detectada y eliminada antes de que afecte al epitelio y progrese hacia una lesión mayor.

 

Desafortunadamente, indicó, el cáncer en el cuello uterino es frecuente en mujeres de estratos socioeconómicos bajos, que vinculado a ciertos comportamientos como el inicio de la actividad sexual a edades tempranas y la promiscuidad, incrementan la probabilidad de desarrollar una infección por papilomavirus.

 

Aunque también existen otros factores que podrían desencadenar este mal, como los hormonales, el estrés, la mala alimentación, el tabaquismo e infecciones de transmisión sexual, entre otros.

 

 

Apuntó que en esta investigación colaboran los hospitales de Cancerología, General de Zona “Gustavo Baz Prada”, el Instituto de Ciencias Médicas de la Nutrición “Salvador Zubirán”, y el Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional (IPN).

 

Como en otras enfermedades víricas, la prevención y curación de la infección por VPH podría lograrse mediante tratamientos inmunológicos, como esta vacuna, finalizó.

 

 

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PIES DE FOTO

 

Foto 1

 

Alberto Monroy García, investigador de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Zaragoza, apuntó que en México se detectan cerca de 11 mil nuevos casos de cáncer cervical al año y, en el mismo lapso, mueren por esa enfermedad cuatro mil mujeres, aproximadamente

 

Foto 2

 

Investigadores del Laboratorio de Inmunobiología, de la Unidad de Diferenciación Celular y Cáncer de la FES Zaragoza, encabezados por Alberto Monroy García, trabajan en la obtención de una vacuna que permita inmunizar a las mujeres contra el cáncer cérvico-uterino.