Boletín UNAM-DGCS-0713
Pies de fotos al final del boletín
EXISTEN MÁS DE TRES MIL MEXICANISMOS EN EL DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA
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José Guadalupe Moreno de Alba, académico del
Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM, dijo que es un glosario
consensuado por todos los hispanohablantes
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La edición de 2001 aumentó en 100% el número
de mexicanismos, aseguró
Por primera vez, el
Diccionario de la Lengua Española, en su XXII edición –aparecida a finales del
2001–, da crédito y está firmado por la totalidad de las academias de ese
idioma, incluida la mexicana. Se trata de un glosario consensuado por todos los
hispanohablantes que incorpora nuevas palabras, les pone algunas marcas
especiales y cambia varias definiciones, afirmó el académico del Instituto de
Investigaciones Filológicas (IIFl) de la UNAM, José Guadalupe Moreno de Alba.
Precisó que se incorporó gran
número de americanismos, es decir, palabras o acepciones propias del español
usado en nuestro continente o en grandes regiones de éste.
Nuestro país, subrayó, es de
las naciones que envió el mayor número de palabras, lo que le permitió aumentar
en un 100% los mexicanismos. Así, en 1992 el diccionario contenía entre mil 250
y mil 300, y ahora son casi tres mil.
El especialista en lingüística
hispánica explicó que los mexicanismos incorporados a la XXII edición del
Diccionario tienen, entre otros, origen indígena, es decir, palabras nuestras
incorporadas por la lengua española a su vocabulario, como petate, chiquihuite
y chile, consideradas históricas.
Otras palabras son españolas,
pero en México tienen diferente acepción. Ejemplo de ello es “banqueta”. En la
nación ibérica es un banco bajo, aquí una acera, es un mexicanismo sincrónico.
En tanto, en algunos países sudamericanos se le llama vereda.
Lo mismo sucede, comentó, con
las palabras de todas las demás naciones americanas. En la totalidad de los
casos hubo mucha participación de las academias, de ahí que se llegó a doblar
el número de palabras.
El también integrante de la
Academia Mexicana de la Lengua resaltó que la incorporación de los
americanismos tiene enorme significado para la política de la lengua española:
primero, es el reconocimiento de que todos los países de Iberoamérica y España
hablan la misma lengua, no hay calidades de lenguas ni dialectos superiores o
inferiores.
Asimismo, abundó, nadie como
país o región tiene un habla mejor que otra. “Estamos en igualdad de
circunstancias, hablamos la misma lengua, todos contribuimos y formamos la
española, así como los dialectos. Es el reconocimiento de que nadie habla mejor
que otro”.
Dejó en claro que antes, aún
cuando las academias existieran, no todas las palabras entraban al Diccionario,
la Real Academia Española decidía y era la autora de la edición. Ahora, incluso
en la contraportada aparece el crédito a la Asociación de Academias de la
Lengua Española y menciona a las 22 integrantes.
Otro aspecto que Moreno de
Alba consideró importante es que la nueva edición está revisada en todas las
entradas (palabras) y acepciones. Es la más innovadora.
Explicó que a finales del
siglo XVIII se publicó la primera edición. Se llamaba Diccionario de
Autoridades, porque aparecía la palabra, la definición y un ejemplo de un autor
clásico, considerado la autoridad.
A partir de la segunda edición,
se suprimieron del Diccionario las autoridades, porque ocupaban mucho espacio,
y quedó como el actual. Así, la del 2001 es la continuación de aquel glosario.
Desde mediados del siglo XX, indicó, fueron en aumento los americanismos.
En total, en la nueva edición
hay 12 mil 122 palabras de este continente; se incorporaron cinco mil 981
artículos con una o más acepciones correspondientes a los orígenes americanos o
de la asociación de academias.
En 1992 había 10 mil 629
acepciones o significados de las palabras americanas, mientras que ahora son ya
18 mil 749.
Más adelante, el investigador
del IIFl detalló que los mexicanismos son los que reconoce la mayor parte de la
población y esos fueron los incorporados al Diccionario, porque hay muchos que
no son propios del habla de todos. Dijo que hay dos tipos de conocimiento de
las palabras: el activo, que la persona utiliza, y el pasivo, cuando se sabe el
significado aunque no se emplee.
Este diccionario es general de
la lengua, no enciclopédico ni de mexicanismos. Incluso, la Academia Mexicana
publicó hace meses un breve diccionario de ellos, porque contiene entre cinco y
seis mil entradas de las más comunes, pero es un trabajo que se debe continuar.
Remató que si un diccionario
está más completo, es un mejor instrumento. No gana ningún país en especial,
simplemente los que ahora lo consultan en todo el mundo tienen mejor
información.
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PIES DE FOTO
FOTO 1
José Guadalupe Moreno de Alba, académico del Instituto
de Investigaciones Filológicas de la UNAM, señaló que por primera vez el
Diccionario de la Lengua Española reconoce a todas las academias de ese idioma,
incluida la mexicana.
FOTO 2
La edición XXII del Diccionario de la Lengua Española
incluye casi tres mil mexicanismos, es decir, 100% más que la pasada, informó
José Guadalupe Moreno de Alba, académico del Instituto de Investigaciones
Filológicas de la UNAM.