06:00 hrs. Agosto 08 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-0713

Ciudad Universitaria

Pies de fotos al final del boletín

 

EXISTEN MÁS DE TRES MIL MEXICANISMOS EN EL  DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA

 

·        José Guadalupe Moreno de Alba, académico del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM, dijo que es un glosario consensuado por todos los hispanohablantes

·        La edición de 2001 aumentó en 100% el número de mexicanismos, aseguró

 

 

Por primera vez, el Diccionario de la Lengua Española, en su XXII edición –aparecida a finales del 2001–, da crédito y está firmado por la totalidad de las academias de ese idioma, incluida la mexicana. Se trata de un glosario consensuado por todos los hispanohablantes que incorpora nuevas palabras, les pone algunas marcas especiales y cambia varias definiciones, afirmó el académico del Instituto de Investigaciones Filológicas (IIFl) de la UNAM, José Guadalupe Moreno de Alba.

 

Precisó que se incorporó gran número de americanismos, es decir, palabras o acepciones propias del español usado en nuestro continente o en grandes regiones de éste.

 

Nuestro país, subrayó, es de las naciones que envió el mayor número de palabras, lo que le permitió aumentar en un 100% los mexicanismos. Así, en 1992 el diccionario contenía entre mil 250 y mil 300, y ahora son casi tres mil.

 

El especialista en lingüística hispánica explicó que los mexicanismos incorporados a la XXII edición del Diccionario tienen, entre otros, origen indígena, es decir, palabras nuestras incorporadas por la lengua española a su vocabulario, como petate, chiquihuite y chile, consideradas históricas.

 

Otras palabras son españolas, pero en México tienen diferente acepción. Ejemplo de ello es “banqueta”. En la nación ibérica es un banco bajo, aquí una acera, es un mexicanismo sincrónico. En tanto, en algunos países sudamericanos se le llama vereda.

 

Lo mismo sucede, comentó, con las palabras de todas las demás naciones americanas. En la totalidad de los casos hubo mucha participación de las academias, de ahí que se llegó a doblar el número de palabras.

 

El también integrante de la Academia Mexicana de la Lengua resaltó que la incorporación de los americanismos tiene enorme significado para la política de la lengua española: primero, es el reconocimiento de que todos los países de Iberoamérica y España hablan la misma lengua, no hay calidades de lenguas ni dialectos superiores o inferiores.

 

Asimismo, abundó, nadie como país o región tiene un habla mejor que otra. “Estamos en igualdad de circunstancias, hablamos la misma lengua, todos contribuimos y formamos la española, así como los dialectos. Es el reconocimiento de que nadie habla mejor que otro”.

 

Dejó en claro que antes, aún cuando las academias existieran, no todas las palabras entraban al Diccionario, la Real Academia Española decidía y era la autora de la edición. Ahora, incluso en la contraportada aparece el crédito a la Asociación de Academias de la Lengua Española y menciona a las 22 integrantes.

 

Otro aspecto que Moreno de Alba consideró importante es que la nueva edición está revisada en todas las entradas (palabras) y acepciones. Es la más innovadora.

 

Explicó que a finales del siglo XVIII se publicó la primera edición. Se llamaba Diccionario de Autoridades, porque aparecía la palabra, la definición y un ejemplo de un autor clásico, considerado la autoridad.

 

A partir de la segunda edición, se suprimieron del Diccionario las autoridades, porque ocupaban mucho espacio, y quedó como el actual. Así, la del 2001 es la continuación de aquel glosario. Desde mediados del siglo XX, indicó, fueron en aumento los americanismos.

 

En total, en la nueva edición hay 12 mil 122 palabras de este continente; se incorporaron cinco mil 981 artículos con una o más acepciones correspondientes a los orígenes americanos o de la asociación de academias.

 

En 1992 había 10 mil 629 acepciones o significados de las palabras americanas, mientras que ahora son ya 18 mil 749.

 

Más adelante, el investigador del IIFl detalló que los mexicanismos son los que reconoce la mayor parte de la población y esos fueron los incorporados al Diccionario, porque hay muchos que no son propios del habla de todos. Dijo que hay dos tipos de conocimiento de las palabras: el activo, que la persona utiliza, y el pasivo, cuando se sabe el significado aunque no se emplee.

 

Este diccionario es general de la lengua, no enciclopédico ni de mexicanismos. Incluso, la Academia Mexicana publicó hace meses un breve diccionario de ellos, porque contiene entre cinco y seis mil entradas de las más comunes, pero es un trabajo que se debe continuar.

 

Remató que si un diccionario está más completo, es un mejor instrumento. No gana ningún país en especial, simplemente los que ahora lo consultan en todo el mundo tienen mejor información.

 

 

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PIES DE FOTO

 

FOTO 1

 

José Guadalupe Moreno de Alba, académico del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM, señaló que por primera vez el Diccionario de la Lengua Española reconoce a todas las academias de ese idioma, incluida la mexicana.

 

 

FOTO 2

 

La edición XXII del Diccionario de la Lengua Española incluye casi tres mil mexicanismos, es decir, 100% más que la pasada, informó José Guadalupe Moreno de Alba, académico del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM.