Boletín UNAM-DGCS-0659
ELENA SANDOVAL ESPINOZA |
ALFONSO GOMEZ NAVARRO |
Pies
de fotos al final del boletín
DEMANDAN AUMENTO
DE PRESUPUESTO FEDERAL A INSTITUCIONES PÚBLICAS DE EDUCACIÓN SUPERIOR
·
Integrantes de Fundación UNAM y el Patronato Universitario participaron
en “El debate por la UNAM” organizado por la CECU
·
Catedráticos de esta casa de estudios dijeron que se deben redoblar esfuerzos
para la obtención de recursos adicionales
Miembros de Fundación UNAM y el Patronato
Universitario destacaron la necesidad de que se mantenga el apoyo financiero
gubernamental a las instituciones públicas de educación superior, mientras
académicos sugirieron se realicen esfuerzos adicionales para elevar los recursos
propios.
Los catedráticos e integrantes de los dos órganos
universitarios participaron en “El debate por la UNAM”, que se desarrolló
en las distintas entidades de la máxima casa de estudios, organizado por la
Comisión Especial del Consejo Universitario para el Congreso Universitario
(CECU).
En el Instituto de Investigaciones Económicas
(IIEc), Alfonso Gómez Navarro, académico de la Facultad de Contaduría y Administración
(FCyA), al participar en la mesa ”El presupuesto de la UNAM”, afirmó que los
recursos que aporta el gobierno federal a la UNAM son insuficientes, mientras
que los ingresos que la institución obtiene por otros medios, sin comprometer
su autonomía y/o su carácter público, son limitados.
Sin embargo, señaló que estos recursos se pueden
aprovechar mejor con políticas de optimización del gasto. Resaltó que sólo
con asignaciones federales es posible resolver los problemas presupuestales,
bajo mejores condiciones de control sobre su rendimiento. Esto no implica
eliminar otras alternativas de financiamiento.
Por su parte, Elena Sandoval Espinoza, directora
Ejecutiva de la Fundación UNAM, puntualizó que la Universidad Nacional vive
uno de sus momentos más difíciles en materia financiera. El techo presupuestal
tiende a estacionarse, como reflejo de la crisis económica del Estado y las
opciones exploradas en el pasado para allegarse más recursos son políticamente
inviables, además de que sus efectos directos sobre las finanzas universitarias
son en realidad reducidos.
Consideró necesario buscar mecanismos de asignación
presupuestal que respondan a los objetivos
centrales de mejoramiento académico de la institución, así como encontrar
puntos de confluencia entre los requerimientos básicos de la comunidad y formas
de cooperación que resulten congruentes para convertirse en formas permanentes
y novedosas de participación comunitaria.
En su intervención, Héctor Domínguez Álvarez,
de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia, expuso que a pesar de
los avances logrados por muchas dependencias en el campo de los recursos financieros,
es necesario fortalecer el binomio evaluación–asignación de estos fondos,
sobre todo por la situación de estrechez en este campo que encara la Universidad
desde hace años.
Subrayó que se requiere enriquecer la tarea de asignación presupuestal,
tanto en el ámbito institucional como hacia el interior de cada dependencia,
valiéndose del auxilio de indicadores y criterios académicamente sustentados.
Además, en épocas de estrechez económica, los recursos institucionales deben
canalizarse a reforzar las funciones o áreas sustantivas que pueden generar
los extraordinarios.
En su oportunidad, el catedrático de la FCyA,
Juan José Pérez Castañeda, destacó
que no obstante el crecimiento del presupuesto en términos reales y la buena
evolución de los ingresos extraordinarios, se debe continuar con la obtención
de un financiamiento federal mayor que permita garantizar la viabilidad y
crecimiento de la educación superior del país.
A ello se suma la necesidad de elevar la asignación
a la UNAM, sobre todo por la demanda de educación que se tendrá en los próximos
años. También, incrementar los recursos propios, en especial el derivado de
los servicios y productos.
Educación superior y su financiamiento, en el
Instituto de Astronomía
En el Instituto de Astronomía se realizó la mesa
redonda “Perspectivas para el financiamiento de la educación pública superior
en el país”. Al respecto, los participantes coincidieron en señalar en que
el apoyo gubernamental es indispensable.
Oscar Barreiro Perera, director general de Control
e Informática del Patronato Universitario de la UNAM, recalcó también que,
ante los recursos limitados para atender la demanda educativa, se impone un
ejercicio serio, al más alto nivel, que incorpore, entre otros, los siguientes
puntos: respetar la meta de cobertura de la educación básica al 100% y atraer
mayores recursos fiscales para apoyar la de nivel superior, en detrimento
de otros sectores no prioritarios.
Asimismo, las instituciones de educación superior
deben redoblar esfuerzos para incrementar sus recursos propios, sin descuidar
la esencia principal para la que fueron creadas, y distribuir los recursos
disponibles a través de mecanismos de evaluación que privilegien los esfuerzos
que desarrollan este tipo de instituciones en cuanto a calidad y eficiencia
educativas.
Isaac Chertorivsky, presidente y fundador del
Consejo Directivo de Fundación UNAM, señaló que existe un divorcio total entre
la cantidad de gente que se prepara en México y las necesidades reales del
país. Por ello, recomendó hacer los estudios pertinentes para saber de aquí
a 25 años cuáles son los profesionales que se requieren en el país, en qué
áreas y dónde. “Si amarramos, primero, la oferta a la demanda, entonces podremos
preocuparnos de financiarnos bien”.
Por otro lado, dijo que en un país como el nuestro,
con tal desigualdad, las aportaciones voluntarias y libres son aceptables.
Concluyó que cada día es más difícil conseguir recursos para la enseñanza
de todos los grados y en especial para el superior y una nación sin educación
es un país sin futuro.
En su momento, Víctor Manuel Ulloa Arellano, jefe
de la Sección Académica de Finanzas y Seguros Actuariales de la Escuela Nacional
de Estudios Profesionales Acatlán, aseguró que el financiamiento de las instituciones
públicas de educación superior debe ser resultado de la participación coordinada
del gobierno federal, el sector privado, organizaciones no gubernamentales,
fundaciones de egresados y un sistema racional de cobro de servicios extraordinarios.
Precisó también que el motivo que justifica plenamente
el financiamiento de la educación superior sea en mayor parte gubernamental
es que los objetivos fundamentales de las instituciones educativas públicas
del tercer nivel se enfocan a brindar beneficios sociales, que no pueden medirse
directamente en términos monetarios.
En la mesa redonda “Perspectivas para el financiamiento
de la Universidad”, que se llevó a cabo en la Escuela Nacional de Estudios
Profesionales Aragón, especialistas de las facultades de Economía y Filosofía
y Letras coincidieron también en la necesidad de mayores aportaciones a la
educación, pues la autonomía no significa ausencia de financiamiento estatal.
El académico de la Facultad de Economía (FE),
Clemente Ruiz Durán, expresó que es indispensable repensar a la UNAM para
llevar a cabo la reforma que requiere. En este panorama debe definirse el
tipo de modelo educativo que habrá de dirigir el rumbo de esta casa de estudios.
Señaló que si se sigue el actual modelo de universidad
estática de los años 90, se podrán realizar las mismas funciones con los presupuestos
hasta ahora asignados. En cambio, si se decide por el esquema dinámico y se
redimensiona la institución a su carácter nacional –propuesta de la década
de los 70–, los recursos disponibles serán insuficientes.
Gerardo Fuji Gambero, profesor e investigador
de economía, apuntó que en nuestro país es necesario destinar más recursos
a la educación superior. En la actualidad,
el gasto público por estudiante es de alrededor de dos mil 200 dólares; en
Alemania y Estados Unidos esta cifra asciende a nueve mil y 16 mil dólares,
respectivamente.
Al referirse a las cuotas, agregó que este tema
siempre causa inquietud, sobre todo porque se habla de discriminación a los
alumnos de bajos ingresos, pero hay también un consenso generalizado en el
sentido de que ningún sistema de esta naturaleza debe impedir el ingreso a
la Universidad de estudiantes que tengan los méritos para ello, independientemente
de sus recursos económicos.
Javier Torres Parés, catedrático de la Facultad
de Filosofía y Letras, planteó que la autonomía universitaria no significa
ausencia de financiamiento estatal o privado, sino la forma de producción
del conocimiento en vías del avance académico y científico.
La crisis que hoy tenemos, en cuanto al financiamiento
de la educación, es un problema de fondo que se agravó cuando el Congreso
de la Unión, en 1992, aprobó reformas constitucionales que tuvieron como finalidad
que el Estado financiera legalmente las instituciones privadas y limitara
el aporte económico en las públicas.
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