Boletín UNAM-DGCS-0655
Pies de fotos al
final del boletín
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Académicos,
trabajadores y alumnos participaron en las
tres primeras mesas para hablar sobre el papel de la universidad en la
sociedad
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Participaron
investigadores de la talla de Leopoldo Zea, Pablo Latapí, Néstor de Buen, Jorge
Flores y Ana María Cetto, además del dirigente sindical Agustín Rodríguez,
entre otros
En completa normalidad hoy arrancó “El debate por la UNAM”, organizado
por la Comisión Especial del Consejo Universitario para el Congreso
Universitario (CECU), en el que participaron
investigadores, profesores, trabajadores y alumnos de la institución.
El profesor emérito de la Facultad de Filosofía y Letras, Leopoldo
Zea, y el investigador del Centro de Estudios sobre la Universidad (CESU),
Pablo Latapí, defendieron en su exposición a la universidad pública como
institución integradora y consideraron necesaria su redefinición para lograr su
fortalecimiento.
Al participar en la mesa redonda “El papel de la universidad pública
en la sociedad contemporánea”, el filósofo Leopoldo Zea subrayó que la
universidad pública siempre ha tenido una función integradora de la sociedad,
de la cual forma parte. Aclaró que este nombre no corresponde a las
instituciones de educación superior privadas, cuyo objetivo se lo asigna el
dueño o sus patrocinadores.
En la universidad pública, dijo, el gobierno delega la facultad de
posibilitar el futuro del país mediante la formación de cuadros, con los
instrumentos que le permitan hacer realidad tal futuro. Agregó que cuando la
Universidad sea capaz de entender cuál es su papel y lo difunda a la sociedad,
ésta última podrá comprender que se trata de un bien suyo.
En el auditorio “Dr. Ramón de la Fuente” de la Facultad de
Medicina, el investigador del CESU,
Pablo Latapí, manifestó la necesidad de redefinir a la universidad pública no
desde fuera, sino que lo debe hacer ella misma, con la intervención de todos
sus miembros.
En esta redefinición, precisó, se deben tomar en cuenta cinco
características fundamentales de la universidad pública: que es un bien como
propiedad colectiva; da acceso a todos sin restricciones y con la salvaguarda
de su calidad académica; por los valores que encarna como la pluralidad, la
independencia y la tolerancia; su vocación nacional, y su representación
nacionalista.
Durante la mesa “La función social de la UNAM en el México de hoy”, en
el Auditorio “Javier Barrios Sierra” de la Facultad de Ingeniería, Néstor de
Buen, Agustín Rodríguez y Lilia Beatriz Ortega Villalobos, coincidieron en
señalar que el papel de la Universidad Nacional es básico para el desarrollo y
la competitividad de nuestro país en el ámbito internacional.
El especialista en derecho laboral, Néstor de Buen, reconoció que la
función social de esta casa de estudios “forma parte de su propia naturaleza y
la institución no podría ser entendida sin esa tarea”.
Por ello, dijo, la UNAM debe hacer más con menos, para que con los
escasos recursos que tiene cumpla con la función de la educación superior. Al
mismo tiempo, no sólo debe conformarse la Universidad con satisfacer esa
educación superior, sino, además, debe provocar en los estudiantes el impulso
para llegar a estudios superiores.
El secretario general del Sindicato de Trabajadores de la UNAM
(STUNAM), Agustín Rodríguez, advirtió que tener un país competitivo en una
economía globalizada sólo será posible si existe el convencimiento de que la
universidad pública es un factor fundamental para el desarrollo social y
económico del país.
Sin embargo, si sólo se le considera a ésta como un factor secundario
y complementario, las dificultades que se estarán desarrollando en los centros
de educación media superior y superior estarán a la vista. Por ello, es
necesario llevar a cabo un Congreso Universitario de reforma, presentar
planteamientos, entrar a la discusión y al debate no con acciones negativas
sino propositivas.
En tanto, la académica de la Escuela Nacional de Estudios
Profesionales (ENEP) Acatlán, Lilia Beatriz Ortega Villalobos, comentó que el
reto que se le plantea a las universidades públicas en general y a la UNAM en
particular es enorme, “mantener viva y activa la función social para la cual
fue creada. Plantearse alternativas para lograrlo será un asunto indispensable
dentro de la agenda del Congreso.
El ejercicio de la razón debe llevarnos a posiciones claras, a consensarlas
y ponerlas en práctica, porque “uno de los mayores peligros es que no seamos
capaces de defender nuestras diferencias y particularidades como proyecto
educativo y cultural”, recalcó
Durante la mesa redonda “Educación pública superior, universidad
pública y globalización”, especialistas coincidieron en que ante el proceso de
globalización de la educación superior que ya es un hecho y avanza de manera
acelerada, la universidad pública se trabaja a contracorriente, por lo que es
necesario encontrar caminos comunes y emprender acciones solidarias en su
defensa.
La investigadora del Instituto de Física, Ana María Cetto, advirtió
que en el campo de la enseñanza
superior, la tendencia de los últimos años ha sido su comercialización, por lo
que “la necesaria defensa de la universidad pública rebasa ahora los
muros del campus y las calles de su ciudad y también esta acción se globaliza”.
Cetto advirtió que actualmente
las políticas estatales de apoyo a las universidades, en especial en los
países en desarrollo, están cada vez más sometidas a las presiones y decisiones
de los organismos internacionales y, en el momento actual, esto significa a las presiones del mercado.
Por su parte, el también físico Jorge Flores Valdés expuso que la
prioridad de la Reforma Universitaria
debe ser mejorar el posgrado, ya que
existe un desequilibrio entre
éste y la investigación.
En el Auditorio “Nabor Carrillo” de la Coordinación de la Investigación
Científica, afirmo que la globalización ha existido desde hace siglos como
una característica de la investigación científica.
En su oportunidad, Roberto Ehrman, de la Universidad Iberoamericana,
expresó que el proceso de globalización de la educación superior está hoy en curso y algunos de sus aspectos
condicionan la identidad y las
expectativas de la universidad pública mexicana.
Consideró que una buena política educativa es necesaria, pero no es
suficiente para el crecimiento económico, debido a que los indicadores
macroeconómicos influyen cada vez más que los niveles educativos de la población.
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Al participar en la mesa La función social de la UNAM
en el México de hoy, en la Facultad de Ingeniería, Lilia Ortega, Néstor de Buen
y Agustín Rodríguez, coincidieron en que el papel de la institución es básico
para el desarrollo y la competitividad del país en el ámbito internacional.
PIE DE FOTO 2
Eduardo Francisco Ramírez García, de la CECU; el
profesor emérito Leopoldo Zea; María Teresa Espinosa, de la CECU; Pablo Latapí,
investigador del CESU, y Orlando Montiel Marrón, de la CECU, durante la mesa
redonda “El papel de la universidad pública en la sociedad contemporánea”, en
“El debate por la UNAM”
PIE DE FOTO 3
Jorge Flores, Ana
María Cetto y Roberto Ehrman, durante la
mesa redonda “Educación pública superior, universidad pública y
globalización, realizada en el Auditorio Nabor Carrillo, de la Coordinación de
la Investigación Científica.