Boletín UNAM-DGCS-0651
CUIDADO CON EL PÉNFIGO
Y EL LUP, ENFERMEDADES INCURABLES DE
PERROS Y GATOS
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Es posible controlarlas gracias a un
diagnóstico eficaz y oportuno, seguido de un tratamiento adecuado, aseguró Gerardo
Garza Malacara, profesor de la Facultad de Estudios
Superiores Cuautitlán de la UNAM
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El presidente de la Asociación Mexicana de
Medicina Veterinaria dijo que son dos de las dermatitis más frecuentes en las
especies referidas
Es necesario que los
veterinarios conozcan mejor el pénfigo y el lupus, enfermedades dermatológicas
incurables que atacan a perros y gatos; si se hace el diagnóstico eficaz y
oportuno de las mismas, seguido del tratamiento adecuado, es posible
controlarlas, aseguró Gerardo Garza Malacara, profesor
de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán de la UNAM.
El también presidente de la
Asociación Mexicana de Medicina Veterinaria, agregó que ambos padecimientos son
autoinmunes, es decir, resultado de “reacciones en las que el organismo produce
sustancias en contra de sí mismo, debido a múltiples factores: edad, estrés,
alimentación, genética y, obviamente, una autorregulación defectuosa de la
respuesta inmunológica normal”.
Indicó que existen varios
tipos de pénfigo (foláceo, el vulgar, el eritematoso
y el bucoso), así como de lupus (discoide y sistémico), enfermedades que, en
ocasiones, se inician afectando principalmente cara y orejas.
El
pénfigo, explicó, se caracteriza por lesiones vesículo-ampulosas, pudiendo
también aparecer algunas erosivas o ulcerativas; causadas inmunológicamente por
la presencia de anticuerpos pénfigos.
En el caso de los caninos, el pénfigo
foláceo constituye una dermatitis que comienza a manifestarse con la aparición
de pequeñas ampollas que resultan transitorias, condición que no se debe perder
de vista “porque en ocasiones no se les da importancia creyendo que son
provocadas porque el animal se ha
rascado y tiene una alergia, y no reparan en que puede tratarse de un
problema más grave”. También ocurre pérdida de pelo, despigmentación nasal y, a
veces, un desprendimiento de piel (nikolsky),
anotó.
Dicho padecimiento, el cual se
inicia en cara y orejas, se agrava si los dueños no se preocupan por conocer
las causas de las ampollas de su perro o gato, aseguró el especialista en
pequeñas especies.
Respecto
a los felinos, las lesiones también ocurren en los pezones; se inflama el
tejido que rodea las uñas y, al igual que en los canes, tienen dolor en la
piel. Respecto a este último síntoma, el doctor precisó que si bien se origina
por diversas causas, entre ellas la hipersensibilidad, es importante tomarlo en
cuenta al momento de hacer el diagnóstico del pénfigo foláceo.
El
pénfigo eritematoso es el más severo, pues
no se limita a piel sino que afecta órganos vitales, tales como bazo e
hígado. Los signos: lesiones de erosivas a ulcerativas en cara, nariz y hocico,
prurito, depresión, fiebre, dolor en las zonas afectadas y anorexia.
Luego
de señalar que con el fin de diagnosticar se recurre a examen físico, biopsia y
fluorescencia, aplicándose la tercera para buscar el anticuerpo pénfigo, Garza
Malacara comentó que sea cual fuere la presentación
de la enfermedad en cuestión, un aspecto que debe tener en cuenta el médico
veterinario es que el paciente no se exponga a la luz solar, y si por alguna
razón es inevitable, entonces se le debe cubrir con bloqueador para uso humano.
Al
dictar la conferencia “Enfermedades autoinmunes en perros y gatos” añadió que
el lupus eritematoso sistémico afecta a diversos órganos y produce múltiples
alteraciones.
“Estamos
hablando de un proceso genético, hereditario, de una alteración inmunológica;
incluso se dice que un factor desencadenante podrían ser las vacunas,
principalmente las que se utilizan para prevenir moquillo, hepatitis, influenza
y parvovirus, aunque no en todos los casos se desarrolla por las mismas
causas".
Lo
cierto, indicó, es que son muchos los factores involucrados en el lupus
eritematoso, también conocido como el gran imitador debido a que al dañar todos
los sistemas puede provocar desde una fiebre hasta desórdenes neurológicos. Por
ejemplo, es posible encontrar a un perro con ataques, y se piensa que es
epiléptico cuando en realidad lo que tiene es la enfermedad. Aunado a la
fragilidad y despigmentación de la piel, otros problemas derivados de este tipo
de males son anemia, diarreas sanguinolentas, así como afecciones renales y
articulares.
Menos
recurrente es el lupus discoide, una dermatitis caracterizada por
despigmentación, eritema y descamación nasal, erosiones, ulceraciones y
costras. Cuando el animal se expone a la luz ultravioleta se puede exacerbar y
desencadenar un proceso más grave.
Al
concluir el evento organizado en la FES Cuautitlán, el doctor Garza Malacara
comentó que de hecho la fase costosa del tratamiento tanto del pénfigo como del
lupus es el diagnóstico. Sin embargo, tal situación no es la única que impide
mitigar los padecimientos. “En cuanto al tratamiento el problema radica en que
es de por vida y los dueños difícilmente le dan continuidad”.
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