06:00 hrs. Julio 20 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-0651

Ciudad Universitaria

 

 

CUIDADO CON EL PÉNFIGO Y EL LUP, ENFERMEDADES  INCURABLES DE PERROS Y GATOS

 

·        Es posible controlarlas gracias a un diagnóstico eficaz y oportuno, seguido de un tratamiento adecuado, aseguró Gerardo Garza Malacara, profesor de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán de la UNAM

·        El presidente de la Asociación Mexicana de Medicina Veterinaria dijo que son dos de las dermatitis más frecuentes en las especies referidas

 

Es necesario que los veterinarios conozcan mejor el pénfigo y el lupus, enfermedades dermatológicas incurables que atacan a perros y gatos; si se hace el diagnóstico eficaz y oportuno de las mismas, seguido del tratamiento adecuado, es posible controlarlas, aseguró Gerardo Garza Malacara, profesor de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán de la UNAM.

 

El también presidente de la Asociación Mexicana de Medicina Veterinaria, agregó que ambos padecimientos son autoinmunes, es decir, resultado de “reacciones en las que el organismo produce sustancias en contra de sí mismo, debido a múltiples factores: edad, estrés, alimentación, genética y, obviamente, una autorregulación defectuosa de la respuesta inmunológica normal”.

 

Indicó que existen varios tipos de pénfigo (foláceo, el vulgar, el eritematoso y el bucoso), así como de lupus (discoide y sistémico), enfermedades que, en ocasiones, se inician afectando principalmente cara y orejas.

 

El pénfigo, explicó, se caracteriza por lesiones vesículo-ampulosas, pudiendo también aparecer algunas erosivas o ulcerativas; causadas inmunológicamente por la presencia de anticuerpos pénfigos.

 

En el caso de los caninos, el pénfigo foláceo constituye una dermatitis que comienza a manifestarse con la aparición de pequeñas ampollas que resultan transitorias, condición que no se debe perder de vista “porque en ocasiones no se les da importancia creyendo que son provocadas porque el animal se ha  rascado y tiene una alergia, y no reparan en que puede tratarse de un problema más grave”. También ocurre pérdida de pelo, despigmentación nasal y, a veces,  un desprendimiento de piel (nikolsky), anotó.

 

Dicho padecimiento, el cual se inicia en cara y orejas, se agrava si los dueños no se preocupan por conocer las causas de las ampollas de su perro o gato, aseguró el especialista en pequeñas especies.

 

Respecto a los felinos, las lesiones también ocurren en los pezones; se inflama el tejido que rodea las uñas y, al igual que en los canes, tienen dolor en la piel. Respecto a este último síntoma, el doctor precisó que si bien se origina por diversas causas, entre ellas la hipersensibilidad, es importante tomarlo en cuenta al momento de hacer el diagnóstico del pénfigo foláceo.

 

El pénfigo eritematoso es el más severo, pues  no se limita a piel sino que afecta órganos vitales, tales como bazo e hígado. Los signos: lesiones de erosivas a ulcerativas en cara, nariz y hocico, prurito, depresión, fiebre, dolor en las zonas afectadas y anorexia.

 

Luego de señalar que con el fin de diagnosticar se recurre a examen físico, biopsia y fluorescencia, aplicándose la tercera para buscar el anticuerpo pénfigo, Garza Malacara comentó que sea cual fuere la presentación de la enfermedad en cuestión, un aspecto que debe tener en cuenta el médico veterinario es que el paciente no se exponga a la luz solar, y si por alguna razón es inevitable, entonces se le debe cubrir con bloqueador para uso humano.

 


El gran imitador

 

Al dictar la conferencia “Enfermedades autoinmunes en perros y gatos” añadió que el lupus eritematoso sistémico afecta a diversos órganos y produce múltiples alteraciones.

 

“Estamos hablando de un proceso genético, hereditario, de una alteración inmunológica; incluso se dice que un factor desencadenante podrían ser las vacunas, principalmente las que se utilizan para prevenir moquillo, hepatitis, influenza y parvovirus, aunque no en todos los casos se desarrolla por las mismas causas".

 

Lo cierto, indicó, es que son muchos los factores involucrados en el lupus eritematoso, también conocido como el gran imitador debido a que al dañar todos los sistemas puede provocar desde una fiebre hasta desórdenes neurológicos. Por ejemplo, es posible encontrar a un perro con ataques, y se piensa que es epiléptico cuando en realidad lo que tiene es la enfermedad. Aunado a la fragilidad y despigmentación de la piel, otros problemas derivados de este tipo de males son anemia, diarreas sanguinolentas, así como afecciones renales y articulares.

 

Menos recurrente es el lupus discoide, una dermatitis caracterizada por despigmentación, eritema y descamación nasal, erosiones, ulceraciones y costras. Cuando el animal se expone a la luz ultravioleta se puede exacerbar y desencadenar un proceso más grave.

 

Al concluir el evento organizado en la FES Cuautitlán, el doctor Garza Malacara comentó que de hecho la fase costosa del tratamiento tanto del pénfigo como del lupus es el diagnóstico. Sin embargo, tal situación no es la única que impide mitigar los padecimientos. “En cuanto al tratamiento el problema radica en que es de por vida y los dueños difícilmente le dan continuidad”.

 

 

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