16:00 hrs. Julio 17 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-0640

Ciudad Universitaria

 

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DEFICIENTE CRECIMIENTO ECONÓMICO EN MÉXICO DURANTE LOS ÚLTIMOS 20 AÑOS: DAVID IBARRA

 

·        Resulta inferior y bastante más inestable al de otras economías que evolucionan dentro del mismo proceso de integración mundial, dijo el exsecretario de Hacienda y Crédito Público

·        Dictó la ponencia La transición mexicana, realizada en el marco del seminario Situación Económica Nacional y sus Perspectivas, organizado por la Facultad de Economía de la UNAM

 

En términos de crecimiento, los últimos 20 años desmerecen frente a los resultados del modelo anterior de política económica mexicana, afirmó David Ibarra, exsecretario de Hacienda y Crédito Público, quien indicó que entre 1950 y 1980 el PIB llegó a una tasa media anual del 6.5% y el ingreso por habitante subió al 3%; sin embargo, en los dos siguientes decenios el último rubro apenas alcanzó el 2%.

 

Al dictar la ponencia “La transición mexicana”, realizada en el marco del Seminario Situación Económica Nacional y sus Perspectivas, el especialista destacó que al deficiente comportamiento de la economía del país hay que agregar la crisis en toda América Latina entre 1983 y 1989, lo que provocó que el crecimiento en México resultara muy inferior y bastante más inestable al de otras economías que evolucionan dentro del mismo proceso de integración mundial, y sin la ventaja de la proximidad geográfica a los Estados Unidos.

 

En la sala de juntas de la Coordinación de Humanidades de la UNAM, Ibarra aseveró que las circunstancias macroeconómicas actuales tienen claro reflejo en el mercado laboral, el cual calificó como poco dinámico, heterogéneo y de calidad deteriorada en los puestos de trabajo.

 

A medida que se incrementa la competencia internacional, indicó, se adoptan formas flexibles de contratación de mano de obra, las cuales se traducen en proliferación de regímenes temporales de trabajo, contratos de tiempo parcial, paros transitorios y otras formas de vinculación obrero-patronal, mencionó.

 

Así, señaló, como resultado de la debilidad en la oferta de trabajo, el empleo informal ha crecido explosivamente, pues en la actualidad absorbe alrededor del 40 ó 50 por ciento de la fuerza laboral, la cual se encuentra inserta en actividades de muy baja productividad.

 

Este mismo fenómeno se refleja en la caída de los salarios reales, que entre 1991 y 1997 fue de 5.3% por año. También se ha deteriorado la calidad del empleo asalariado, ya que entre 1990 y 2001 las prestaciones bajaron de 80% a 77%.

 

En este sentido, es evidente que sin la búsqueda de equilibrio en el mercado de trabajo no podrán satisfacerse las metas más modestas en materia de bienestar social, ni impulsar la economía nacional, enfatizó.

 

Sin embargo, precisó, instaurar una política activa de empleo como estrategia vertebral de la reconstrucción socioeconómica del país, no consistirá simplemente en mejorar el entrenamiento de la mano de obra o en fortalecer diversos componentes de la formación del capital humano.

 

También, abundó, es imprescindible modificar la actitud de los empleadores en cuanto a considerar la eliminación de los puestos de trabajo o el incremento de las labores como vías principales o únicas para elevar la productividad.

 

Por otra parte, abundó, habría que acrecentar sostenidamente el producto nacional, aún “reconociendo que esto sería insuficiente para desaparecer el empleo informal”.

 

Sería requisito indispensable suprimir, aunque fuera gradualmente, los gravámenes que encarecen la mano de obra y limitan la oferta empresarial de puestos de trabajo, puntualizó.

 

Al mismo tiempo, tendrían que revisarse con mayor cuidado los impuestos a la nómina y el financiamiento de la seguridad social; así como ofrecer incentivos de diverso género: “desde la construcción de parques industriales inteligentes y acceso al crédito, hasta el otorgamiento de algunos subsidios promotores y la celebración de alianzas estratégicas con consorcios del exterior”, dijo.

 

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Durante los últimos 20 años, el crecimiento económico en México ha sido deficiente, afirmó David Ibarra, exsecretario de Hacienda y Crédito Público, al dictar la conferencia La transición mexicana, realizada en el marco del seminario Situación Económica Nacional y sus Perspectivas