14:00 hrs. Julio 16 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-0633

Ciudad Universitaria

 

 

Pie de foto al final del boletín

 

MÉXICO REQUIERE LIDERAZGO HUMANISTA

 

·        Juan Pablo García Olvera, del Centro de Investigaciones sobre la Libre Empresa, dijo que se necesitan dirigentes que posean información y conocimiento

·        Ante el “paternalismo” del mexicano, debe anteponerse el “liderazgo real”, añadió en la Facultad de Contaduría y Administración

 

Nuestro país requiere líderes, no caudillos ni guerreros ni revolucionarios que crean que sólo se puede competir con las armas y la represión; es decir, necesita figuras que recurran a la herramienta fundamental del conocimiento, aseguró Juan Pablo García Olvera, del Centro de Investigaciones sobre la Libre Empresa.

 

En tal sentido, acotó el especialista al participar en la conferencia “Formación de líderes”, durante la Semana Cultural de la Facultad de Contaduría y Administración (FCyA) de la UNAM, el último líder político de México fue Lázaro Cárdenas.

 

“¿Por qué se está enjuiciando a un ex presidente como Luis Echeverría? -preguntó García Olvera-. Porque en su momento careció de liderazgo humanista abocado hacia los valores y los principios. Un líder humanista posee información y conocimiento, uno de los valores más elevados a los que puede aspirar el ser humano”.

 

En México somos “paternalistas”, por eso es importante que exista liderazgo real, de facto. Si le va mal al presidente, nos va mal a todos, añadió.

 

Señaló que en el ámbito empresarial los requerimientos de dirigentes no deben estar ligados a imágenes de bondad, honestidad y valentía, sino “globales”. Capaces de manejar aspectos de contabilidad, derecho fiscal, administración y recursos humanos, entre otros.

 

Pero también deben estar más vinculados hacia las relaciones humanas, porque si se descuidan, el trabajo puede ser defectuoso. Las empresas buscan gente competitiva, con calidad, pero sobre todo humana, con valores. Así, el líder del Siglo XXI será aquella persona que tenga principios sólidos y compromiso con la visión y la misión de la empresa.

 

Un dirigente, cualquiera que sea su ámbito, debe dominar cuatro grandes temas: la comunicación eficaz, la acertividad, la inteligencia emocional y el liderazgo.

 

El primero se refiere a la posibilidad de expresarse correctamente; el segundo a la capacidad de molestarse, en el momento, con la persona indicada, con la intensidad y por los motivos adecuados. Esta virtud “se ha dejado de lado y hoy vemos cómo jefes, líderes y políticos regañan a sus subalternos frente a todo el personal y eso no debe ser”, opinó.

 

La inteligencia emocional se refiere a ser empático: reconocer los sentimientos de las personas con las que se trabaja para evitar que, si existen el odio, la ira o el rencor, salgan a la luz y se proyecten como problemas para la empresa o la institución.

 

El integrante del Centro de Investigaciones sobre la Libre Empresa mencionó que uno de los dos grandes rasgos de un líder, según estudios de los últimos 300 años, es el carisma, que junto con la personalidad se pueden obtener y desarrollar.

 

Pero la característica esencial de los dirigentes ha sido la comunicación, saber hablar y de ese modo “llegar” a la imaginación, el pensamiento y el sentimiento de las personas. Por eso no todo orador es líder, aunque todo líder deba ser orador.

 

Finalmente, García Olvera expuso que la formación de líderes en nuestro país “es decadente porque existen pocas consultorías especializadas y los cursos son muy caros y, por lo tanto, poco accesibles para la población en general”.

 

--o0o—

 

PIE DE FOTO

 

Juan Pablo García Olvera, del Centro de Investigaciones sobre la Libre Empresa, dijo, en la UNAM, que el líder debe dominar los temas de la comunicación eficaz y la inteligencia emocional, entre otros.