06:00 hrs. Julio 16 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-0632

Ciudad Universitaria

 

 

Pies de fotos al final del boletín

 

DE 16 CICLONES QUE SE ESPERAN ESTE AÑO, CUATRO PODRÍAN SER PELIGROSOS

 

·        Mónica Jiménez Gómez, del SMN, dijo que se estima que en el Océano Pacífico sea uno más, es decir, 16 y en el Atlántico, donde generalmente se presentan 10, se esperan 12

·        No todos tocarán territorio nacional, ni se convertirán en huracanes

 

Se espera un número mayor de ciclones tropicales para este año, de acuerdo con estudios climáticos y de comportamiento de la atmósfera, aseguró la geógrafa Mónica Jiménez Gómez, del Servicio Meteorológico Nacional (SMN).

 

En el Océano Pacífico podrían registrarse 16 ciclones en todo el año, uno más del promedio anual histórico; mientras en el Atlántico, donde generalmente se presentan 10, se esperan 12, afirmó durante su participación en las actividades “Julio, mes del Agua”, realizado en el Museo de las Ciencias Universum de la UNAM.

 

No obstante, ello no significa que todos tocarán territorio nacional, ni que se transformarán en huracanes. De los 16 del Pacífico, se espera que ocho sean tormentas tropicales; cuatro, huracanes de categoría 1 o 2 en la escala de Saffir-Simpson, y cuatro serían los más peligrosos, con categorías de 3 a 5.

 

De los 12 del Atlántico, cinco serían tormenta tropical; cuatro huracanes categorías 1 y 2, y tres huracanes 3 y 4.

 

Cabe recordar que de acuerdo a la escala referida, el nivel 1 causa daños mínimos en árboles y arbustos, parciales o totales en letreros, así como en casas móviles; sus vientos fluctúan entre los 118 y 152 kilómetros. El nivel 2 produce daños considerables en vegetación y destruye parcialmente techos y pequeñas estructuras de edificios; los vientos fluctúan entre los 152 y 176 kilómetros. El nivel 3 derriba grandes árboles, destruye casas móviles y daña techos y edificios; sus vientos se ubican entre los 176 y 208 kilómetros.

 

El nivel 4 provoca extensos daños y derrumbes parciales de puertas, techos y ventanas de muchos edificios; se producen además inundaciones nueve kilómetros adentro de las costas, y vientos entre los 208 y 248 kilómetros; se recomienda la evacuación de pobladores hasta ocho kilómetros tierra adentro.

 

En tanto, explicó, el nivel 5 causa daños de gran consideración en techos y edificios, así como el colapso total de muchas viviendas, muchos edificios son derribados por completo; es probable el desalojo de todos los residentes de un área de entre los ocho y 10 kilómetros; sus vientos rebasan los 248 kilómetros.

 

Señaló la posibilidad de que, en un año, por lo menos un huracán entre a tierra, aunque no se puede determinar qué categoría tendría, ya que no se puede predecir el comportamiento de estos sistemas, ni tampoco los factores que modifican su ruta.

 

Se han hecho modelos numéricos para establecer de manera aproximada la trayectoria de los huracanes y conocer las zonas donde podrían incidir. Empero, las ecuaciones matemáticas sólo pueden hacer estimados con un 80% de acierto, por lo que aún “nos falta mucho que aprender”, opinó.

 

Jiménez Gómez explicó que en el 2002 se esperan ciclones tropicales por arriba de la media, debido a que el presente es un año anómalo (debido al fenómeno de El Niño, que no se prevé sea fuerte).

 

Indicó que el origen de los huracanes son las ondas tropicales que, cuando encuentran las condiciones necesarias, se transforman en depresión tropical –de 63 kilómetros por hora o menos-.

 

Si este tipo de fenómeno continúa creciendo a lo ancho y alto, y presenta más convección o nubosidad con giros, se le da la categoría de tormenta tropical y se le asigna un nombre. Sus velocidades van de 64 a 118 kilómetros por hora, y cuando la rebasa se habla de un huracán.

 

La geógrafa recordó que los ciclones se forman en el hemisferio norte en el verano, época en la que sube la temperatura del mar; la temporada comienza a mediados de mayo y concluye el último día de noviembre, tanto en el Pacífico como en el Atlántico.

 

Entre otros daños, causan lluvias torrenciales e inundaciones, pérdida de cosechas, la marea de tormenta (cuando el huracán empieza a girar se eleva el nivel del mar y cuando se acerca a las costas se forma una pared que puede medir hasta ocho metros de alto), vientos huracanados que alcanzan 120 kilómetros por hora o más, pérdidas de servicios como teléfono y luz eléctrica pero, sobre todo, pueden ocasionar afectaciones a grupos sociales y pérdidas humanas.

 

Para prevenir desastres, el SMN vigila la atmósfera de manera constante mediante imágenes satelitales y emite boletines que se envían a las dependencias relacionadas con la seguridad de la población: la Comisión Nacional del Agua, el Centro Nacional para la Prevención de Desastres, el Sistema Nacional de Protección Civil, y las secretarías de Medio Ambiente y Recursos Naturales y Gobernación.

 

Una vez que se detecta un ciclón que podría acercarse al territorio nacional, se entra a la fase preventiva. Entonces, el SMN emite boletines cada 6 horas, siempre y cuando el sistema tropical mida más de 500 kilómetros.

 

La fase de alerta inicia cuando el ciclón está a menos de 500 kilómetros de las costas; entonces, los boletines se hacen cada tres horas para revisar cómo evoluciona el fenómeno, precisó la geógrafa.

 

Para cumplir con su misión, el SMN cuenta con una red de satélites meteorológicos (como el GOES) que proporcionan imágenes cada 15 minutos y un sistema de radares meteorológicos en todo el país.

 

Además, en las 15 estaciones de radiosondeo en todo el territorio  se detecta, por ejemplo, la temperatura del aire y la presión para determinar la estabilidad de la atmósfera.

 

Finalmente, Jiménez Gómez señaló que en los últimos 22 años el huracán Gilberto (1988) ha sido el más fuerte que ha entrado al país, y el único de categoría 5, con vientos de 270 kilómetros por hora y rachas de hasta 320. Se le recuerda por la gran destrucción que provocó en Cancún y otras partes de la península de Yucatán, así como en el noreste del país.

 

Otro muy fuerte fue Paulina (1997), en el Pacífico, de categoría 4, que causó muchos daños y pérdidas de vidas en el puerto de Acapulco. Sin embargo, a pesar de lo que podría parecer, los huracanes no sólo dejan destrucción sino, en el norte del país, beneficios con las lluvias que provocan, finalizó.

 

 

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PIES DE FOTO

 

FOTO 1

 

Mónica Jiménez Gómez, del Servicio Meteorológico Nacional, dijo que este año se espera en México un número de ciclones tropicales por encima del promedio, al participar en las actividades “Julio mes del agua”.

 

FOTO 2

 

Aunque este año se esperan más ciclones tropicales, no todos tocarán territorio nacional ni evolucionarán a huracanes, señaló Mónica Jiménez Gómez, del Servicio Meteorológico Nacional.