06:00 hrs. Julio 13 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-0626

Ciudad Universitaria

 

 

SE PUEDEN COMBINAR ANALGÉSICOS PARA ALIVIAR EL DOLOR, PERO HAY QUE TENER CUIDADO

 

·        Rosa Ventura Martínez, del Cinvestav, afirma que una mala mezcla puede tener efectos adversos

·        Dictó la conferencia “Analgésicos” en la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán

 

Con el fin de atenuar o anular el dolor de los pacientes y evitar gastos médicos excesivos, investigaciones recientes en torno a los analgésicos recomiendan combinar medicamentos como el acetaminofén con la morfina, con mejores efectos porque ataca el dolor activando tanto receptores como enzimas, pero algunos otros pueden resultar peligrosos.

 

Lo anterior fue afirmado por Rosa Ventura Martínez, del Centro de Investigación de Estudios Avanzados (Cinvestav), quien agregó que por ello es necesario saber cuáles analgésicos se pueden combinar porque si, por ejemplo, se suman la morfina con la pentazocina, ésta puede neutralizar el efecto analgésico de la primera.

 

Al dictar la ponencia “Analgésicos”, en el marco de la cátedra “Farmacología del Infarto Miocárdico”, Ventura Martínez comentó que el dolor señala un trastorno en el organismo, por lo cual se debe tratar junto con la patología que lo causa.

 

Comentó que la presencia de dolor de personas en el ámbito laboral genera importantes pérdidas económicas, de ahí que muchas investigaciones se han dirigido a mejorar la calidad de vida de los pacientes.

 

El dolor, dijo, se puede aliviar con analgésicos de tipo opioides y no opioides. Los primeros se usan para los dolores intensos, como el cáncer o quemaduras severas, y los segundos son útiles en afecciones leves o moderadas, como dolores de cabeza o musculares.

 

Dentro de la clasificación de los opioides se encuentran la morfina, la heroína y la codeína, que se pueden administrar por vía oral o intramuscular, esta última más efectiva porque son mejor absorbidos por el organismo, penetran hasta la médula espinal y actúan sobre el sistema nervioso central. Aunque la heroína también es asimilada a través de las mucosas nasal o bucal, explicó.

 

Ventura Martínez indicó que los efectos adversos de estos analgésicos son la euforia, sedación, depresión respiratoria, náuseas, vómito, constipación, hipotensión, tolerancia y dependencia. Por ello, su venta es controlada y sólo los puede recetar un médico en casos específicos.

 

Tanto doctor como paciente deben evitar combinarlos con inhibidores, antidepresivos tricíclicos y antipsicóticos, porque pueden potenciar los efectos adversos como la depresión respiratoria, advirtió.

 

Los analgésicos tipo no opioide, también conocidos como antiinflmatorios, actúan principalmente a nivel periférico para desinflamar, aliviar dolores de leves a moderados, como los musculares; generalmente se administran vía oral.

 

También son utilizados como compuestos que disminuyen la temperatura cuando hay una elevación de 37 grados centígrados.

 

Sus efectos adversos a la larga son: la ulceración gastrointestinal en el hígado y los riñones, además de la intolerancia al medicamento, a excepción del acetaminofén.

 

La investigadora dijo que cuando un paciente ingiere medicamentos no opioides no debe combinarlos con antiácidos, anticoagulantes orales, fenitonina, tiopentral, tiroxina o bilirrubina, ya que pueden incrementarse sus efectos adversos.

 

El dolor en los humanos, finalizó, no es percibido de la misma forma que en los animales; mientras en los primeros es una experiencia subjetiva que depende de diversos factores como el sexo, la edad, la raza, el nivel sociocultural, el miedo, el estrés, el sueño, la depresión y la experiencia previa; en el segundo es más puro al no considerar algunos de los factores mencionados.

 

 

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