Boletín UNAM-DGCS-0567
Ciudad Universitaria
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NECESARIA LA REFORMA DEL SISTEMA DE PROCURACIÓN DE JUSTICIA
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El magistrado José Guadalupe Carrera Domínguez consideró la necesidad de
ésta en todo lo relacionado con la procuración y administración de justicia
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No tendrá sentido contar con un nuevo Código Penal si no se dan los
cambios y ajustes en otros ordenamientos e instituciones
Se requiere reformar todo lo
relacionado con la procuración y administración de justicia, pues no se debe
permitir que las cuestiones partidistas o filosóficas en materia penal se
conviertan en una lucha estéril que nos conduzca a una inamovilidad de nuestras
leyes, afirmó José Guadalupe Carrera Domínguez, magistrado del Tribunal
Superior de Justicia del Distrito Federal.
Al participar en las Terceras
Jornadas sobre Justicia Penal. Análisis del nuevo Código Penal del DF,
organizadas por el Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM,
resaltó la urgente necesidad de justicia que tiene la sociedad.
La reforma debe ser congruente con
una política basada en un Estado democrático de derecho y en nuestra realidad;
de otra forma, “no tendrá ningún sentido tener un Código Penal y otro de
Procedimientos Penales si no se dan los cambios y ajustes en otros
ordenamientos e instituciones”.
Carrera Domínguez mencionó que la necesidad de
un nuevo código surge en la medida en que el ordenamiento anterior resulta
obsoleto, oscuro, ineficaz o represivo. Ello, “nos lleva a reflexionar si serán
suficientes esas razones para contar con nuevo instrumento”.
Una reforma lleva implícito cierto
desequilibrio, no sólo en la mente del gobernado sino de la autoridad que lo
aplica. En este sentido, es evidente que un nuevo código penal implica muchas
consecuencias, entre ellas, que el surgimiento de una nueva ley con contenido
diferente a la anterior, puede traer aparejada la falta de vigencia de la jurisprudencia.
Por ello, apuntó, la reforma a la procuración y
administración de la justicia debe ser integral, en todos los órdenes.
“Voltaire decía que el último grado de la perversión es hacer servir las leyes
para la injusticia; es por ello que debemos estar preparados para los cambios
que implica el nuevo código”.
En referencia a La estructura del delito a la
luz del nuevo Código Penal y su repercusión en al ámbito jurisdiccional,
explicó que tal ordenamiento (cuya nueva versión fue aprobada el 30 de abril en
la Asamblea Legislativa del DF, pero que aún no entra en vigor) implica grandes
retos.
Son de esperarse críticas, oposiciones e
indiferencias, pero lo cierto es que los resultados no pueden ser valorados de
un día para otro, sino a través de un período de aplicación e interpretación de
la norma que permita establecer si se logran con eficacia los fundamentos y
motivos que se tuvieron para su cambio.
El Código Penal, que data de 1931 y que aún se
aplica, no responde a las necesidades de hoy, tiene descripciones de conductas
obsoletas y duplicidad en los tipos penales.
Además, existen fallas en la técnica
legislativa, se mantienen conceptos intolerantes como el de “criado” y
agregados a artículos cuando se reforma sobre un particular.
En ese código hay un incipiente respeto a la
reparación del daño; “ese es uno de los puntos en los cuales podríamos observar
que sí se requería tener uno nuevo”, añadió el magistrado.
Al reconocer que ese ordenamiento ha sido
reformado en múltiples ocasiones, advirtió que ello no implica modernidad, sino
todo lo contrario. Los cambios fueron originados por una política de Estado que
en muchas ocasiones tendió a ser represiva.
El código mantiene penas altas,
aunque lo cierto es que ya no se puede apostar a que con el incremento de los
años en prisión o la imposición de medidas más drásticas, como la cadena
perpetua o la pena de muerte, se logre prevenir el delito.
En cualquier caso, finalizó Carrera
Domínguez, la pena debe traducirse como “una luz de justicia, equilibrio y
comunicación entre el infractor con la norma y la sociedad”.
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En el Instituto de Investigaciones
Jurídicas de la UNAM, José Guadalupe Carrera Domínguez, magistrado del Tribunal
Superior de Justicia del DF, resaltó la urgente necesidad de justicia que tiene
la sociedad.