06:00 hrs. Junio 22 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-0556

Ciudad Universitaria

 

Pie de foto al final del boletín

NECESARIO REINTEGRAR AL PACIENTE OPERADO DE LA LARINGE A UNA VIDA PLENA

 

·        Xochiquetzal Hernández, del Instituto de Comunicación Humana, destacó la búsqueda permanente  de la mejor calidad de vida para los pacientes

·        Una de las principales alteraciones que presentan es la separación de las vías respiratoria y digestiva, pérdida de voz, además, el gusto y el olfato son menos agudos y se presenta una gran depresión, entre otras

 

Se debe tratar de reintegrar a la vida productiva a los pacientes operados de la laringe, e intentar controlar sus alteraciones en lo laboral, social y funcional, pues los cambios que experimentan son muchos: respiran por un hueco en el cuello, pierden la voz, además el olfato y el gusto son menos agudos, aseguró Xochiquetzal Hernández, jefa del Servicio de Foniatría del Instituto de la Comunicación Humana (ICH).

 

Al dictar la conferencia "Alteraciones físicas y funcionales secundarias al tratamiento", en el marco del simposio ¿Qué hay con el cáncer de laringe y los ingenieros?, organizado por la Facultad y el Instituto de Ingeniería y el ICH, comentó que el objetivo es que los pacientes con este problema tengan la mejor calidad de vida posible.

 

Dijo que una de las principales alteraciones en las personas operadas de cáncer de laringe es la separación de las vías respiratoria y digestiva, porque se produce un vaciamiento al retirar ganglios y músculos, lo que provoca, como principal alteración, que el paciente respire por el hueco que se le hace en la parte inferior del cuello, conocido como estoma.

El estoma es similar a cualquier orificio artificial que se hace en el cuerpo, y tiende a cerrarse, por lo que el paciente debe tener cuidado de que no cicatrice.

 

La especialista comentó que la consecuencia inmediata al quitar la laringe es la pérdida de voz. "No importa cuánto se prepare el paciente antes de la cirugía; la parte más dramática es cuando despierta de la anestesia y trata de emitir un sonido y sólo escucha el propio silencio".

 

Otra alteración son los problemas de deglución, independiente de que le hagan una cirugía en la base de la lengua. Con cirugías extensas hay problemas de deglución porque la cicatriz estira los tejidos, se presenta fibrosis y puede haber problemas para tragar los alimentos.

 

Esta situación también ocasiona estrechez en el esófago por las radiaciones a las que son sometidos los pacientes, ya que se van quemando los tejidos, por consecuencia, habrá trastornos en su digestión.

 

También hay alteraciones del olfato, debido a que el aire ya no pasará por la nariz. El paciente pierde de manera paulatina la sensibilidad olfatoria a olores y aromas muy suaves y sólo se percata de los fuertes.

 

Xochiquetzal Hernández comentó que también se presentan problemas en el gusto, ya que al no circular el aire por la nariz no se estimularán las pupilas gustativas de la lengua y paulatinamente se pierde el gusto por los sabores más suaves.

 

Hay alteraciones digestivas, por lo que el paciente empezará a tener distensiones abdominales, va a digerir mal los alimentos y padecerá estreñimiento. Además, tendrá una digestión lenta y retendrá aire.

 

Explicó que a ello también se le agregará una deficiente defecación, ya que se necesita la laringe para realizar tal esfuerzo, por lo que se deberá modificar la dieta, haciéndola rica en fibras, con vegetales y alimentos un poco laxantes para mejorar la digestión.

 

Asimismo, el paciente sufre una modificación física total. El estar frente al espejo todos los días y ver su estoma, deprime al paciente. También hay rechazo social, es decir, "si no estamos preparados o acostumbrados a tratar con pacientes en esas condiciones, lo primero que hacemos al oír una voz rara es voltear. A veces esa situación no es aceptada ni por el propio paciente o su familia".

 

De la misma manera, añadió, se registra un desplazamiento laboral o se pierde el empleo, lo cual repercute en la economía familiar, por lo que pasan a ser dependientes de la familia.

 

El paciente se vuelve un ermitaño, no quiere salir o tener contacto con su propia familia, ni acude a cines o teatros como lo hacía antes y se deprime más. Ello se trata de evitar por medio de asociaciones o clubes de pacientes laringetomizados.

 

Por último, Xochiquetzal Hernández apuntó que hay otra serie de alteraciones en las que a veces no pensamos, como la risa y la tos, que también se verán modificadas.

 

 

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PIE DE FOTO

Xochiquetzal Hernández, jefa del Servicio de Foniatría del Instituto de Comunicación Humana, afirmó que es necesario reintegrar al paciente operado de la laringe a una vida plena, al dictar la conferencia "Alteraciones físicas y funciones secundarias al tratamiento", en el marco del simposio "¿Qué hay con el cáncer de laringe y los ingenieros?", organizado por la Facultad y el ICH