Boletín UNAM-DGCS-0551
Ciudad Universitaria
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EL SIGLO XXI SERÁ
EL DE LA DIVERSIDAD SEXUAL: MARTA LAMAS
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El acto sexual es ético si hay mutuo acuerdo y responsabilidad de las
personas involucradas, dijo la antropóloga
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No hay una sola forma de sexualidad “natural”, sino lo “natural” es que
existe una diversidad de sexualidades
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En la sociedad mexicana se plantea que la sexualidad sólo es válida si
tiene como fin la procreación, señaló
El siglo XXI será el de la gran batalla por la
diversidad sexual, donde ni la heterosexualidad es lo “natural” ni la
homosexualidad es un asunto “antinatural”, pues la libido es polimorfa y el
deseo humano no tiene más límite que el que logra imponer la cultura, afirmó la
antropóloga Marta Lamas.
Al participar en la conferencia ¿Derechos Civiles o Tolerancia? El caso de la sexualidad, en la Facultad de Arquitectura
de la UNAM, precisó que -desde una postura científica- si algo se puede afirmar
es que no hay una sola forma de sexualidad “natural”, sino lo “natural” es que
existe una diversidad de sexualidades.
Expuso que la heterosexualidad y la
homosexualidad son resultado de los procesos de estructuración psíquica que, de
manera inconsciente, posicionan el deseo de los seres humanos y, por otro, de
las normas culturales que permiten o prohiben este tipo de prácticas.
Sin embargo, aclaró que sí existen relaciones
patológicas y enfermas, lo que significa que aunque todas las expresiones
sexuales son dignas, también existen formas indignas, forzadas o abusivas.
Así, lo definitorio en torno a si el acto
sexual es o no ético, radica “no en un determinado uso de los orificios y
órganos corporales sino en la relación de mutuo acuerdo y de responsabilidad de
las personas involucradas”, precisó.
Ello, aclaró, requiere un acuerdo social sobre
la edad mínima para ejercer libremente la sexualidad, que suele ser a los 18
años, aunque los jóvenes actuales tienen relaciones sexuales desde los 14 o 15
años.
Señaló que apenas empieza a tomarse en cuenta
la evidencia psicoanalítica y las investigaciones históricas y antropológicas
que documentan la calidad polimorfa de la libido.
Explicó que la clásica expresión freudiana de
que “la libido es polimorfa y perversa” quiere decir que nuestro deseo se
desparrama en mil formas y se vierte fuera de los cauces previstos para la
reproducción.
Añadió que existen básicamente dos cuerpos en
los que encauzar la pasión (el
masculino y femenino, ya que es mínima la población de hermafroditas) y por eso
hay dos formas de estructuración psíquica
–heterosexualidad y homosexualidad-. Esto conlleva la existencia de la
bisexualidad.
En su exposición, Lamas indicó que los códigos
de conducta de la sociedad en nuestro país encubren profundas formas de
discriminación y marginación hacia
las personas homosexuales.
La sociedad mexicana, aseguró, plantea que la
sexualidad sólo es válida si tiene como fin la procreación y a partir de pensar
que hombres y mujeres somos complementarios reproductivamente.
Esto nos lleva a que se piense que la
sexualidad “decente”, “buena” y “natural” es la del modelo reproductivo, ”pero
dos penes o vaginas juntos generan un nivel de rechazo porque estamos
troquelados por ese modelo de la complementariedad reproductiva”.
Abundó en que el deseo del homosexual no puede
cambiarse a voluntad. En aras de no sufrir discriminación algunos pueden
ocultarlo, negarlo, asumirse públicamente como heterosexuales, casarse y tener
hijos, pero su verdadero deseo erótico es hacia personas con el mismo cuerpo
que ellas.
En este sentido, afirmó, mucha de la intolerancia
nace de la ignorancia; incluso personas progresistas o laicas consideran que
lesbianas y homosexuales son “perversos”, “desviados”, “antinaturales”. Sin
embargo, una persona bien informada suele tener un profundo respeto a la
diversidad sexual.
Concluyó que nadie le puede
imponer a otro sus ideas sobre su forma de vida. Los derechos civiles
garantizan un tratamiento igualitario ante la ley y generan un espacio de
igualdad humana con los demás. Cualquier forma de discriminación por sexo,
raza, religión, convicciones políticas y orientación sexual va en contra de la
igualdad ante la ley.
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PIE DE FOTO
La antropóloga
Marta Lamas señaló que el siglo XXI será el de la gran batalla por la
diversidad sexual.