Boletín UNAM-DGCS-0546
Ciudad Universitaria
Pie de foto al final del boletín
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El geólogo Sergio Almazán Esqueda explicó
que se trata de un proceso natural de nuestro planeta, el cual no debe
alarmarnos
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En el museo Universum dijo que además de
tomar acciones como la alerta sísmica, es necesario fomentar una cultura de
prevención entre la gente
Es deseable que tiemble
continuamente, porque así se libera de forma gradual la energía que guarda la
Tierra. De otra forma, puede descargarse de manera brusca y producir
terremotos, aseguró el geólogo Sergio Almazán Esqueda.
Durante la conferencia “El
suelo se mueve: tectónica de placas” que se llevó a cabo en el Museo de las
Ciencias, Universum, explicó que a pesar de que hasta la fecha resulta
imposible predecir un temblor, se sabe perfectamente que la Tierra seguirá
temblando, como lo ha hecho desde siempre, porque se trata de un proceso
natural que no debe alarmarnos.
Recordó que nuestro país se
ubica sobre placas tectónicas que al chocar entre ellas producen sismos. Por
ello, si sabemos que seguirá temblando, debemos vigilar que la construcción de
casas, oficinas, escuelas, etcétera, se realicen bajo reglamentos apropiados
para zonas sísmicas y, en especial, tenemos que saber cómo comportarnos ante un
temblor.
Precisó que medidas como la
alerta sísmica han funcionado, pero además es necesario fomentar la cultura de
la prevención y evitar alarmar a la gente.
Aseguró que la teoría de que
se espera un temblor más fuerte que el registrado en 1985, es una noticia
alarmista, porque vivimos en una zona sísmica, lo que quiere decir que seguirá
temblando, aunque desconocemos la magnitud de cada evento sísmico.
Almazán precisó que las placas
tectónicas se mueven unas con respecto de otras y ese movimiento es el que
transforma continuamente la faz de la Tierra. En específico, nuestra ciudad, se
ve afectada por la Norteamericana, la de Cocos y la del Pacífico.
Los epicentros de los
terremotos en México se sitúan en las costas de Guerrero, Michoacán y Oaxaca,
principalmente, porque la placa de Cocos se introduce por debajo de la
Norteamericana.
El geólogo explicó que hasta
ahora sólo es posible monitorear los movimientos de las placas y estar al
pendiente de ellos. De esa forma se establece si se ha liberado energía o no,
como sucede en la Brecha de Guerrero, donde hace muchos años no se registran
movimientos. Esos datos merecen focos de atención (no de alarma), para prever un
posible terremoto de mayores dimensiones.
Dijo que los movimientos
sísmicos se registran en todo el mundo y hay ocasiones en que se presentan con
semejanzas de tiempo en diversas partes. Ello se debe a que el planeta se
acomoda y cuando sucede un temblor es factible que ocurra otro en otra parte y
que ambos estén relacionados de alguna manera.
El también divulgador de la
ciencia mencionó que los movimientos telúricos producen ondas, de las cuales
unas viajan más rápido que otras (primarias). “En eso se basa la metodología de
predecir, no en el sentido de establecer qué día o semana temblará, sino de
detectar en el subsuelo algún movimiento y prepararnos con segundos de
anticipación”.
Finalmente, señaló que en
México existen excelentes instrumentos sísmicos, pero “nos gustaría tener más”.
Sin embargo, debido a que el país no ha atravesado por momentos económicos
buenos, la tecnología se queda un poco rezagada. En contraparte, se cuenta con
investigadores de gran valía.
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