Boletín UNAM-DGCS-0532
Ciudad Universitaria
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Víctor Adrián Manzanares, director general de Participación Ciudadana de
la Delegación Cuauhtémoc, dijo que dicha reforma ha restituido algunos derechos
políticos
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La idea de una reforma integral también se asocia a la necesidad de
construir un nuevo régimen interno, republicano, representativo y muy
participativo
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Propone fortalecer las facultades de los gobiernos delegacionales para
intervenir en temas sustanciales
A pesar de los beneficios de la Reforma
Política del Distrito Federal, hay
temas pendientes para la ciudad y sus habitantes: la municipalidad, el Congreso
y la Constitución locales, así como la Reforma a la Ley de Participación Ciudadana.
Aseguró lo anterior Víctor Adrián Manzanares,
director general de Participación Ciudadana de la Delegación Cuauhtémoc, quien
reconoció que sin dicha reforma difícilmente hoy se hablaría de la
participación ciudadana y de la restitución de algunos derechos políticos.
En cuanto a la Ley de Participación Ciudadana,
la cual ni siquiera está reglamentada, aseveró que es "preocupante"
que los partidos no amplíen y fortalezcan las facultades de los gobiernos
delegacionales para intervenir en temas sustanciales como ese.
Durante su intervención en el seminario
"Participación social, participación ciudadana y gestión social",
organizado por la Escuela Nacional de Trabajo Social, aclaró que también está
asociada a la necesidad de construir un nuevo régimen interno, republicano,
representativo y muy participativo.
En ella existen vacíos y lagunas; por ejemplo,
este año se debía programar la renovación de los órganos vecinales y, por
acuerdo de la Asamblea Legislativa, se aplazó hasta el 2004. "Estos
órganos de representación difícilmente llegarán más allá de este año, así que
habrá una especie de declive en términos de la representación vecinal".
Manzanares consideró que la fuerza de la
reconstrucción de la ciudad se halla en manos de los ciudadanos, quienes poseen
un gran potencial y experiencia organizativa, social y de acción.
"Los espacios no institucionalizados
permiten la participación ciudadana y empiezan a dar resultados en relación con
la intervención de la gente en asuntos públicos. Tienen que ver con la política
y los programas de gobierno del DF, como el de Prevención del Delito y el de
Rescate de las Unidades Habitacionales", puntualizó.
Si se logra dar un paso más para que esa
participación ciudadana se convierta en ley, se generará una ruta para
construir modelos alternativos de actuación vecinal en el Distrito Federal.
Manzanares reconoció que otro de los asuntos
pendientes es la municipalidad; de nada sirve elegir jefe de gobierno y
delegacional, y ejercer el voto en un marco jurídico-administrativo, si sus
facultades para intervenir en temas importantes son limitadas.
Por ejemplo, las leyes de Seguridad Pública y
Orgánica de la Administración Pública, así como el Estatuto de Gobierno del DF,
señalan la obligación de las delegaciongs de elaborar, diseñar y conducgr un
programa de seguridad en cada demarcación. Sin embargo, resultan
contradictorias porque a la vez no tienen la facultad para contratar policías.
La municipalidad y la construcción de cabildos
como órganos de representación delegacionales son temas eludidos por casi todos
los partidos políticos, como parte de los consensos para reformar el marco
jurídico del Distrito Federal.
Por ello, apuntó que "mientras el tema de
la municipalidad no avance, el asunto del fortalecimiento de los gobiernos
delegacionales y de otras experiencias de participación estarán
limitadas", finalizó.
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Víctor Adrián
Manzanares, director general de Participación Ciudadana de la Delegación
Cuauhtémoc, mencionó que la fuerza de reconstrucción de la ciudad se halla en
manos de los ciudadanos. Lo acompaña Julia Chávez, de la Escuela Nacional de
Trabajo Social de la UNAM.