15:00 hrs. Junio 6 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-0503

Ciudad Universitaria

 

Pies de fotos al final del boletín

 

LA PRODUCCIÓN DEL CAMPO BAJÓ DEL 15% AL 6% DEL PIB

 

·        Yolanda Trápaga Delfín y Antonio Gazol Sánchez, de la FE, señalaron que hoy el sector pierde peso e importancia dentro de la economía nacional

·        Trápaga Delfín puntualizó que los recursos naturales para la producción agrícola se encuentran en clara tendencia de agotamiento

·        Se propone una política que tenga como eje el mercado interno y no el mundial

 

México carece de una política agrícola, lo que le ha hecho perder importancia dentro de la economía nacional, toda vez que en los años 60 representaba el 15% del Producto Interno Bruto (PIB) y hoy  sólo es de alrededor del 6%, señalaron Yolanda Trápaga Delfín y Antonio Gazol Sánchez,  de la Facultad de Economía (FE).

 

El campo mexicano, dijo Yolanda Trápaga durante la conferencia “El sector agrícola mexicano: perspectivas de crecimiento”, organizada por la FE, es el sector que menos aporta a la economía nacional y por ello se le resta importancia.

 

La economista universitaria propuso el diseño de una política que tenga como eje el mercado interno y no el mundial, estructurada con programas rurales que conduzcan a actividades de transformación del producto primario del campo.

 

"Hay que reconstruir encadenamientos productivos y aprovechar las tecnologías locales en el manejo de recursos naturales al tiempo de reconstituir mercados regionales para dinamizar un crecimiento con desarrollo, al mismo tiempo de estimular la agricultura urbana para lograr la seguridad alimentaria de los pobres urbanos".

 

Puntualizó que los recursos naturales dedicados a la producción agrícola tienden al agotamiento, pues conducen a la depredación de los recursos por su uso extractivo, y la aplicación de tecnología pobre e inadecuada en un contexto de libre mercado.

 

Además, agregó, la pérdida de la cobertura vegetal, la permanente deforestación, el crecimiento desmedido de la población y la escasez permanente de agua ponen al sector en una situación delicada.

 

Por esa razón, dijo, las regiones más capitalizadas y de vocación exportadora, como Sinaloa, han sido declaradas en estado de emergencia por la sequía que padecen, y la situación tiende a agravarse en la región norte del país, la más eficiente en términos comerciales.

 

Refirió que la insuficiencia del vital líquido obligará a los agricultores a llevar a cabo una reconversión de sistemas de riego para pagar la deuda de agua que el país tiene con Estados Unidos y además porque las presas están a un mínimo de su capacidad.

 

Para que el campo mexicano sea rentable se requiere de subsidios y ventas anuales por un millón de dólares, como ocurre en Estados Unidos.

 

El modelo económico neoliberal en México ha provocado la concentración de la riqueza en los grandes productores y la expulsión de los pequeños campesinos que, aunque envían remesas de su trabajo como inmigrantes en Estados Unidos, estos recursos no se aplican en el campo.

 

Dicha política inserta a los productores mexicanos en una lógica de total subordinación mundial en mercados de materias primas sin valor agregado, mismos que tienden a la saturación y al desplome de los precios con un sólo socio comercial que fija precios, calidades y condiciones, "todo ello, a costa del mercado interno y del bienestar de los agricultores".

 

En ese contexto, acotó que los programas sectoriales resultan erráticos porque no obedecen a una política general, "sólo surgen para tapar hoyos".

 

En términos sociales, dijo, el modelo económico neoliberal aplicado al agro deja tres alternativas a la gran mayoría de los productores: emigrar con la ventaja de las remesas; los narcocultivos que también generan divisas y, en última instancia, la guerrilla, "externalidad negativa".

 

Gazol Sánchez acotó que la crisis del sector agropecuario es innegable y tiene un largo periodo de gestación que se identifica con el de la sustitución de la producción por las importaciones y el proteccionismo.

 

En rigor, dijo, hubo un proceso de imposición del excedente agrícola a favor del sector industrial, y un mayor apoyo a la urbanización del país, a costa del campo.

 

 

 

 

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Foto 1

 

Antonio Gazol Sánchez y Yolanda Trápaga, académicos de la Facultad de Economía de la UNAM, consideraron que desde hace tres décadas México carece de una política agrícola.

 

 

Foto 2

 

Yolanda Trápaga, economista de la UNAM, apuntó que el sector agrícola nacional se considera sin importancia, pues es el que menos divisas aporta a la economía mexicana.