06:00 hrs. Junio 4 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-0494

Ciudad Universitaria

 

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GANA FEDERICO PÁEZ OSUNA, INVESTIGADOR DE LA UNAM, EL PREMIO AL MÉRITO ECOLÓGICO 2002

 

·        Por sus aportaciones a la química y geoquímica marina, sobre la contaminación costera y  la calidad del agua en granjas camaronícolas del país

·        Es el primer químico que obtiene esta presea

·        Le será entregada mañana miércoles

 

 

 

Las aguas con mayor contaminación son las continentales –ríos y lagos– y las costeras, siendo las primeras las más afectadas, afirmó el investigador del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICML) de la UNAM, Federico Páez Osuna, ganador del Premio al Mérito Ecológico 2002, en la categoría académica, otorgado por la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

 

El especialista, con 23 años de labor docente y de investigación, fue premiado por su trayectoria académica en la que destacan sus estudios en química, así como química y geoquímica marinas, además de problemas de contaminación costera.

 

Entre sus mayores aportes destaca la determinación de metales pesados en organismos de importancia comercial en el pacífico mexicano, y el desarrollo de estudios sobre la calidad del agua en granjas camaronícolas del país, los cuales contribuyeron a la definición de la NOM–089–ECOL–1994.

 

Asimismo, formuló uno de los primeros modelos biogeoquímicos en México y el mundo sobre la dinámica del fósforo y el nitrógeno en las granjas camaronícolas.

 

En entrevista, Páez Osuna subrayó que la contaminación de las aguas nacionales es multifactorial. Sin embargo, las que tiene mayor problema son las que están relacionadas con la actividad petrolera, como Minatitlán, al sur de Veracruz, y algunas lagunas de Tabasco.

 

También está afectado el noroeste del país, donde se localizan los valles agrícolas más tecnificados, donde se utilizan agroquímicos, plaguicidas y órganos clorados y fosforados, lo que provoca que estos productos se concentren en los cuerpos de agua.

 

Puntualizó que a pesar de que hay manifestaciones de contaminación costera, como en Mazatlán, Veracruz y Acapulco, el problema nacional que todavía no se puede resolver es la falta de tratamiento de las aguas municipales.

 

En Sinaloa, donde se ubica la Unidad Académica Mazatlán del ICML y sitio en el que labora, dijo, el tratamiento de las aguas municipales es de una quinta parte, cuando hay 2.5 millones de habitantes. La situación es similar en todo el país.

 

El investigador del ICML precisó que muchos de los cuerpos de agua dulce y costeros manifiestan síntomas de eutroficación –respuesta que presentan cuando reciben exceso de aporte nutriente–, además de la  presencia de anoxias o falta de oxígeno y “mareas rojas”,  proliferación masiva de organismos coloridos.

 

Las “mareas rojas”  producen toxinas que pueden provocar la muerte, diarrea y parálisis. Se generan, sobre todo, si se dan las condiciones favorables para ello. Para su aparición, agregó, se requieren nitrógeno y fósforo, así como la temperatura propicia y salinidad.

 

Debido a que por primera vez se otorga este galardón a un académico que trabaja la química en el ambiente costero, el especialista precisó que este reconocimiento estimulará a este sector y, sobre todo, a las nuevas generaciones para que continúen su labor en este campo.

 

El investigador comentó que entre sus trabajos sobresale la edición del libro La camaronicultura y el medio ambiente, el cual fue determinante para la obtención del premio.

 

El texto contiene capítulos fundamentales: interacción medio ambiente camaronicultura; la calidad del agua; eutroficación, y contaminación costera desde varias perspectivas. Respecto al primero, dijo, puede volverse una fuente de contaminación e impacto a la propia camaronicultura.

 

Otro apartado se refiere a las enfermedades más comunes y frecuentes del camarón; ordenamiento costero, estrategias para ordenar esta actividad; impacto ambiental y desarrollo sustentable de esta actividad.

 

Federico Páez expuso que a diferencia de la industria, la camaronicultura es una actividad que no arroja  compuestos no degradables. La mayoría de los desechos de las granjas camaronícolas se caracterizan por tener elevados niveles de carga orgánica: nitrógeno y fósforo.

 

En el sureste asiático, informó, se utilizan algunos compuestos para combatir plagas propias del camarón, con lo que surge la presencia de compuestos orgánicos difíciles de degradar.

 

En años anteriores, en México empezaron a surgir problemas de enfermedades, sobre todo virales, de ahí el interés y trabajo que comenzaron a realizar investigadores de la Universidad Nacional.

 

Aunque, reconoció, la contaminación no incide en la producción del camarón porque los niveles de ésta no son alarmantes, pasan la norma oficial.

 

El miércoles 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambienten, se entregará el Premio al Mérito Ecológico 2002 con la presencia del  presidente de la República, Vicente Fox, en Las Estacas, Tlaltizapán, Morelos.

 

 

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Federico Páez Osuna, académico del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM, fue el ganador del Premio al Mérito Ecológico 2002 que otorga la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales