Boletín UNAM-DGCS-0486
Ciudad Universitaria
Pies de fotos al
final del boletín
VACÍO JURÍDICO
DEJA INDEFENSOS A LOS HOMOSEXUALES: ÁLVAREZ ICAZA
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Para el sistema jurídico el tema no parece
ser importante y sólo recoge la diferencia de sexos, dijo Víctor Manuel
Martínez Bulle-Goyri, primer visitador de la CNDH
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Lo que antes fue un escándalo, hoy es el
ejercicio de un derecho: expresar públicamente los sentimientos, lo cual no
puede ser motivo de represión, agregó el presidente de la CDHDF
A pesar del avance del
movimiento lésbico-gay, sus integrantes son víctimas de la indefensión por el
gran vacío jurídico que no permite tutelar sus derechos, afirmó Emilio Álvarez
de Icaza, presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal.
En el sistema jurídico no
existe el concepto de derecho a la sexualidad y sólo recoge la diferencia de
sexos. En ese contexto, los seres humanos, hombres y mujeres, parecemos ser
asexuados, afirmó Víctor Manuel Martínez Bulle-Goyri, primer visitador de la
Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
Al participar en la Feria
Universitaria de la Sexualidad, “Eros a todo color. Los contornos de la piel”,
organizada por la Dirección General de Atención a la Comunidad Universitaria,
dijo que el terreno de la sexualidad existe un rezago importante en aspectos
culturales, que incluyen asuntos religiosos y tradición de nuestro país.
Víctor Manuel Martínez,
integrante del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, reconoció que
esa situación también se registra en países avanzados.
En la mesa “Los derechos
sexuales de los hombres y las mujeres” aseveró que “evidentemente, hay un
atraso en lo referente a la conceptualización de la propia sexualidad, a su
entendimiento y su ejercicio”.
En los últimos años se han
registrado transformaciones importantes y ahora existe una sociedad más
abierta; empero, las instituciones son lentas para reaccionar ante los cambios
sociales. El derecho va detrás de los desarrollos de la cultura.
Explicó que, desde la
perspectiva de los derechos humanos, el tema de la sexualidad está presente, y
muchos de sus aspectos están protegidos y reconocidos de manera implícita en
otro tipo de facultades.
La libertad, después de la
vida, es el derecho más importante, expresado en la posibilidad individual para
diseñar el futuro de manera autónoma, pensar, creer y ejercer la sexualidad.
Algunos aspectos de ese
ejercicio sí están en normas del Derecho, como la regulación del matrimonio y
el concubinato en el Código Civil. Pero en la libertad entra la posibilidad de
decidir sobre la propia sexualidad y su ejercicio, lo que en otros países se ha
construido de manera teórica como el derecho a ser diferente.
Martínez comentó que cuando se
ejerce una opción diferente a las aceptadas no puede haber discriminación.
“Siempre que no se realicen actos que puedan ser sancionados por la ley, por
ser contrarios a los valores establecidos jurídicamente, no puede haber nada
que afecte el disfrute de cualquier otro derecho”.
Otros de los derechos
vinculados con la libertad del ejercicio de la sexualidad son la educación -resulta
absurdo que no esté recogido en los programas de estudio- y la información.
Los derechos reproductivos y la sexualidad se relacionan con el derecho a la salud, empero, es en esos temas donde los servicios públicos tienen mayores deficiencias; no se abordan de manera institucional.
Álvarez de Icaza mencionó que ha habido
una enorme evolución y reflexión de los derechos sexuales, la cual obedece a la
discusión para repensar el ámbito de lo público y lo privado e, incluso, la
consideración de las pautas del deber ser o la moral.
Así, lo que en el pasado era
un escándalo, hoy es el ejercicio de un derecho: el de expresar públicamente
los sentimientos, lo cual no puede ser motivo de represión o sanción.
Se aceptaba que una expresión
de la sexualidad era la reproducción. Pero los derechos sexuales van más allá,
y ejercerlos implica libertad y, en consecuencia, información, conciencia,
independencia y autonomía moral.
La sexualidad se ejerce y se
vive con parámetros como “los niños no lloran” y “las mujeres visten de rosa”,
construcciones sociales que determinan el deber ser del hombre y de la mujer.
Por ello, cuando encontramos la expresión de una preferencia diferente, a
quienes optan por la vivencia de su sexualidad como un derecho que va contra lo
establecido, nos estrellamos contra el muro de la discriminación.
Tampoco se pueden poner en la
mesa de la discusión los derechos sexuales, porque hay quienes consideran que
al promover estas reflexiones, el estudio y la información de la sexualidad, se
fomentan las relaciones homosexuales y prematrimoniales, en un contexto donde
sólo es válido que éstas se expresen en el matrimonio. “Ahí es donde se enreda
el vínculo entre lo moral y lo social”.
Como sociedad, cuestionó,
¿apostamos por la educación y la información? ¿cómo diferenciamos el deber ser?
Si suponemos que los derechos sexuales son el resultado de un ejercicio
informado, la libre elección requiere precisamente información.
En el tema, los derechos
humanos pueden ser útiles para tomar la ruta de la congruencia, donde no queda
sino respetar nuestra condición como seres humanos y de dignidad en tanto lo
somos.
En la sociedad son víctimas de
la discriminación y factor de ajuste en materia del nuevo ejercicio de derechos
quienes han optado por una preferencia sexual distinta y la han hecho pública.
En ello tenemos enormes pendientes, concluyó.
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FOTO 1
Víctor Manuel
Martínez Bulle-Goyri, primer visitador de la Comisión Nacional de Derechos
Humanos, reconoció la ausencia del derecho a la sexualidad en el orden
jurídico.
FOTO 2
El presidente de
la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, Emilio Álvarez Icaza,
aseguró que ha habido una enorme evolución y reflexión de los derechos sexuales
en el país.