14:30 hrs. Mayo 31 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-0486

Ciudad Universitaria

 

Pies de fotos al final del boletín

 

VACÍO JURÍDICO DEJA INDEFENSOS A LOS HOMOSEXUALES: ÁLVAREZ ICAZA

 

 

·        Para el sistema jurídico el tema no parece ser importante y sólo recoge la diferencia de sexos, dijo Víctor Manuel Martínez Bulle-Goyri, primer visitador de la CNDH

·        Lo que antes fue un escándalo, hoy es el ejercicio de un derecho: expresar públicamente los sentimientos, lo cual no puede ser motivo de represión, agregó el presidente de la CDHDF

 

A pesar del avance del movimiento lésbico-gay, sus integrantes son víctimas de la indefensión por el gran vacío jurídico que no permite tutelar sus derechos, afirmó Emilio Álvarez de Icaza, presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal.

 

En el sistema jurídico no existe el concepto de derecho a la sexualidad y sólo recoge la diferencia de sexos. En ese contexto, los seres humanos, hombres y mujeres, parecemos ser asexuados, afirmó Víctor Manuel Martínez Bulle-Goyri, primer visitador de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).

 

Al participar en la Feria Universitaria de la Sexualidad, “Eros a todo color. Los contornos de la piel”, organizada por la Dirección General de Atención a la Comunidad Universitaria, dijo que el terreno de la sexualidad existe un rezago importante en aspectos culturales, que incluyen asuntos religiosos y tradición de nuestro país.

 

Víctor Manuel Martínez, integrante del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, reconoció que esa situación también se registra en países avanzados.

 

En la mesa “Los derechos sexuales de los hombres y las mujeres” aseveró que “evidentemente, hay un atraso en lo referente a la conceptualización de la propia sexualidad, a su entendimiento y su ejercicio”.

 

En los últimos años se han registrado transformaciones importantes y ahora existe una sociedad más abierta; empero, las instituciones son lentas para reaccionar ante los cambios sociales. El derecho va detrás de los desarrollos de la cultura.

 

Explicó que, desde la perspectiva de los derechos humanos, el tema de la sexualidad está presente, y muchos de sus aspectos están protegidos y reconocidos de manera implícita en otro tipo de facultades.

 

La libertad, después de la vida, es el derecho más importante, expresado en la posibilidad individual para diseñar el futuro de manera autónoma, pensar, creer y ejercer la sexualidad.

 

Algunos aspectos de ese ejercicio sí están en normas del Derecho, como la regulación del matrimonio y el concubinato en el Código Civil. Pero en la libertad entra la posibilidad de decidir sobre la propia sexualidad y su ejercicio, lo que en otros países se ha construido de manera teórica como el derecho a ser diferente.

 

Martínez comentó que cuando se ejerce una opción diferente a las aceptadas no puede haber discriminación. “Siempre que no se realicen actos que puedan ser sancionados por la ley, por ser contrarios a los valores establecidos jurídicamente, no puede haber nada que afecte el disfrute de cualquier otro derecho”.

 

Otros de los derechos vinculados con la libertad del ejercicio de la sexualidad son la educación -resulta absurdo que no esté recogido en los programas de estudio- y la información.

 

Los derechos reproductivos y la sexualidad se relacionan con el derecho a la salud, empero, es en esos temas donde los servicios públicos tienen mayores deficiencias; no se abordan de manera institucional.

Álvarez de Icaza mencionó que ha habido una enorme evolución y reflexión de los derechos sexuales, la cual obedece a la discusión para repensar el ámbito de lo público y lo privado e, incluso, la consideración de las pautas del deber ser o la moral.

 

Así, lo que en el pasado era un escándalo, hoy es el ejercicio de un derecho: el de expresar públicamente los sentimientos, lo cual no puede ser motivo de represión o sanción.

 

Se aceptaba que una expresión de la sexualidad era la reproducción. Pero los derechos sexuales van más allá, y ejercerlos implica libertad y, en consecuencia, información, conciencia, independencia y autonomía moral.

 

La sexualidad se ejerce y se vive con parámetros como “los niños no lloran” y “las mujeres visten de rosa”, construcciones sociales que determinan el deber ser del hombre y de la mujer. Por ello, cuando encontramos la expresión de una preferencia diferente, a quienes optan por la vivencia de su sexualidad como un derecho que va contra lo establecido, nos estrellamos contra el muro de la discriminación.

 

Tampoco se pueden poner en la mesa de la discusión los derechos sexuales, porque hay quienes consideran que al promover estas reflexiones, el estudio y la información de la sexualidad, se fomentan las relaciones homosexuales y prematrimoniales, en un contexto donde sólo es válido que éstas se expresen en el matrimonio. “Ahí es donde se enreda el vínculo entre lo moral y lo social”.

 

Como sociedad, cuestionó, ¿apostamos por la educación y la información? ¿cómo diferenciamos el deber ser? Si suponemos que los derechos sexuales son el resultado de un ejercicio informado, la libre elección requiere precisamente información.

 

En el tema, los derechos humanos pueden ser útiles para tomar la ruta de la congruencia, donde no queda sino respetar nuestra condición como seres humanos y de dignidad en tanto lo somos.

 

En la sociedad son víctimas de la discriminación y factor de ajuste en materia del nuevo ejercicio de derechos quienes han optado por una preferencia sexual distinta y la han hecho pública. En ello tenemos enormes pendientes, concluyó.

 

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FOTO 1

 

Víctor Manuel Martínez Bulle-Goyri, primer visitador de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, reconoció la ausencia del derecho a la sexualidad en el orden jurídico.

 

FOTO 2

 

El presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, Emilio Álvarez Icaza, aseguró que ha habido una enorme evolución y reflexión de los derechos sexuales en el país.