06:00 hrs. Mayo 27 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-0468

Ciudad Universitaria

 

 

Pies de fotos al final del boletín

 

LEJANA LA POSIBILIDAD DE UNA REFORMA FISCAL INTEGRAL

 

·       Luis Angel Ortiz Palacios, de la ENEP Acatlán, señaló que “son muchos obstáculos y reticencias políticas e ideológicas que la frenan”

·       Genaro Sánchez, de la Facultad de Economía, sugirió no generar nuevos impuestos, sino eficientar la recaudación tributaria

 

A pesar de la urgencia por elevar los ingresos públicos para atender las demandas sociales de los grupos mayoritarios, la posibilidad de una reforma fiscal integral es todavía lejana, aseguró el académico Luis Angel Ortiz Palacios, de la Escuela Nacional de Estudios Profesionales (ENEP) Acatlán.

 

La oposición a la reforma fiscal se explica por la pérdida de la confianza en el papel que juega el gasto público en el mejoramiento de la calidad y el bienestar social de la población, añadió el especialista  en sociología política.

 

Al participar en el Seminario de Economía Política Fiscal y Política Financiera, en el Contexto de la Desregulación Económica en América Latina, Ortiz Palacios consideró que el problema del gasto público y sus fuentes de financiamiento ha erosionado el papel del sector público como factor dinamizador de la inversión pública y privada que permita abatir los altos niveles de pobreza.

 

De igual manera, añadió, se han cancelado las posibilidades de que el gasto público reoriente el desarrollo económico, tanto a nivel sectorial como regional.

 

Al dictar la conferencia Política fiscal y financiamiento del gasto público en México, indicó que la de nuestro país es una de las economías con menor proporción del Producto Interno Bruto (PIB) destinado al gasto público,  fuerte limitante para que las finanzas públicas cumplan con el papel de dinamizador del crecimiento económico.

 

En el acto, organizado por el Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc), apuntó que dicha situación ha tenido un alto costo en términos del deterioro de la infraestructura, la insuficiencia de recursos para el fomento industrial y el combate a la pobreza.

 

Opinó que la reforma tributaria debe alentar la inversión privada y la creación de empleos en el sector formal. Igualmente, la modernización administrativa tiene que alcanzar al menos tres objetivos: fortalecer la recaudación, combatir la evasión y la elusión, así como simplificar los sistemas de gravámenes.

 

“Es urgente incrementar la recaudación tributaria, en virtud de que ya no es posible reducir el gasto público. Se requiere suficiencia presupuestal. Para ello, es indispensable la reducción en el servicio de la deuda pública total, capaz de elevar los recursos para atender las insuficiencias en el gasto social y en el desarrollo del sector agropecuario”, puntualizó.

 

En suma, concluyó, la política fiscal debe recuperar su tarea activa en el crecimiento económico, de ello depende la recuperación de la confianza en el Estado y de su papel en la integración social.

 

A su vez, el académico de la Facultad de Economía, Genaro Sánchez Barajas, comentó que sí se podrá alcanzar un equilibrio entre el ingreso y el gasto en función del país al que aspiramos.

 

Esto significa que a través de la estrategia económica se determina anualmente el crecimiento del PIB, en qué regiones y sectores de dará, así como las empresas que deben privilegiarse.

 

En su exposición La política fiscal como instrumento de la política económica nacional, consideró que para el corto plazo, el gobierno debe conducirse de manera administrativa y coactiva, es decir, no aumentar tasas de interés ni generar nuevos impuestos, sino eficientar la recaudación tributaria.

 

Señaló que las autoridades hacendarias, se darían por satisfechas si con los ordenamientos o programas de recaudación se logra captar el 40% de la evasión y elusión fiscal (equivalente a cerca de 700 mil millones de pesos) que se dan principalmente a través de los impuestos al Valor Agregado y Sobre la Renta.

 

 Ese monto, subrayó, podría aprovecharse para ingresarlo a la hacienda pública y sustentar con ello el gasto público sin incrementar los impuestos.

 

“No recomiendo aumentar tasas ni tarifas impositivas, sugiero ampliar instalaciones de atención al contribuyente, es decir, la eficiencia administrativa”, concluyó.

 

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Foto 1

 

Luis Angel Ortiz, de la ENEP Acatlán, indicó que la oposición a la reforma fiscal se explica en la pérdida de la confianza sobre el sobre que juega el gasto público en el mejoramiento de la calidad y el bienestar de la población.

 

 

Foto 2

 

El académico de la Facultad de Economía, Genaro Sánchez Barajas, señaló que para el corto plazo, el gobierno debe conducirse de manera administrativa y coactiva. Es decir, no aumentar tasas de interés ni generar nuevos impuestos, sino eficientar la recaudación tributaria.