14:30 hrs. Mayo 20 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-0448

Ciudad Universitaria

 

 

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MÉXICO NO DEBE “EMBARCARSE” EN UNA POLÍTICA DE FUERZA

 

·       “Los tambores de guerra ya suenan en el Norte y las posiciones intolerantes ya se expresan”, agregó Manuel Becerra Ramírez, del IIJ

·       La primera potencia del mundo desdeña el derecho internacional que integraron sus pares

 

México debe ser cuidadoso para “no embarcarse” en una política de fuerza que en nada lo favorece, independientemente de su natural sentido de solidaridad ante una tragedia; el país debe mantener una posición pacifista y de cooperación en el marco del derecho internacional, señaló Manuel Becerra Ramírez, del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM.

 

Sostuvo que “los tambores de guerra ya suenan en el Norte y las posiciones intolerantes ya se expresan”. En el aspecto de las relaciones políticas internacionales es evidente que después del fin de la guerra fría se fortaleció Estados Unidos. El gran vencedor de esta conflagración participa ahora intensamente con su fuerza militar y con diplomacia agresiva en los conflictos internacionales.

 

Es dramático cómo la principal potencia del mundo desdeña el derecho internacional, en el que participaron para su redacción los que se entiende son sus pares, señaló el también coordinador del programa de Posgrado en Derecho de la UNAM.

 

Estados Unidos se niega a aprobar los acuerdos de Kioto sobre cambio climático, la convención de Cartagena sobre bioseguridad, la convención de Río sobre biodiversidad, y recientemente negó la convención de Roma. Sin embargo, la gran potencia mundial se dice modelo de derechos humanos.


Todos estos son ejemplos de la displicencia de los Estados Unidos, de sus posiciones unilaterales de fuerza en las relaciones internacionales, aun en contra de la oposición critica mundial, precisó Manuel Barrera Ramírez.

 

Al participar en el Seminario de derecho internacional y los acontecimientos del 11 de septiembre, organizado por el Programa de Posgrado de Derecho y el IIJ de la UNAM, el investigador universitario aseguró que la acción de Estados Unidos en Afganistán, posterior al 11 de septiembre, fortaleció a este país como la hegemonía mundial sobre un barril de pólvora.

 

El 11 de septiembre es un parteaguas en el derecho internacional. La acción salvaje del terrorismo internacional en contra de objetivos civiles estadounidenses y la reacción desmesurada de nuestro vecino del norte con la invasión de un país que se supone apoyó a los terroristas, ponen en el cesto de la basura la legalidad internacional.

 

En el auditorio Guillermo Floris Margadant del IIJ, el investigador universitario señaló que los atentados a las torres gemelas de Nueva York crearon un peligroso precedente; es decir, la posibilidad de que un país con el supuesto de buscar a terroristas realice acciones punitivas como la invasión a Afganistán.

 

Becerra Ramírez aseguró que estos momentos de crisis deben motivar la reflexión de los gobernantes de todo el mundo en torno al derecho internacional, toda vez que, dijo, es el único elemento que puede hacer posible la convivencia pacífica de los Estados.

 

El también profesor de derecho internacional en las facultades de Derecho y Ciencias Políticas y Sociales, comentó que los atentados del 11 de septiembre dejan al descubierto la vulnerabilidad de la máxima potencia.

 

“Por primera vez en la historia contemporánea los estadounidenses sufrieron un conflicto y un ataque en su terreno. Esta vulnerabilidad debería impulsar y dejar a un lado su falta de apego a la normatividad internacional y crear un sistema de derecho en donde ellos sean los principales impulsores”, subrayó el catedrático universitario.

 

Por otra parte, agregó, Estados Unidos debe detenerse y analizar las consecuencias de una desigualdad creciente que está produciendo la globalización y enfocar los esfuerzos para resolver los conflictos añejos que verdaderamente son un foco de tensión universal, como el caso de Israel y Palestina.

 

Los acontecimientos del fatídico martes negro fueron también un punto de arranque para que se reactivara el conflicto bajo la estructura de los conceptos de terrorismo. Los conflictos internacionales no se han resuelto; al contrario, están causando una gran frustración y tensión en Medio Oriente e inquietud en los pueblos de Iraq, Irán y Corea del Norte, a los cuales Estados Unidos considera como los nuevos ejes del mal, concluyó.

 

 

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Manuel Becerra Ramírez, del Instituto de Investigaciones Jurídicas, calificó como dramático que la principal potencia del mundo desdeñe el derecho internacional, al referirse a los acontecimientos del 11 de septiembre.