6:00 hrs. Mayo 18 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-0443

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LA LIBERACIÓN COMERCIAL NO CONVIENE  A PAÍSES COMO MÉXICO: JOSÉ LUIS CALVA

 

·        La aplicación de medidas de corte neoliberal ha generado una profunda polarización socioeconómica, añadió el académico del IIEc de la UNAM

·        Miguel Angel Contreras, expresidente de la CDH del Estado de México, resaltó la urgencia de aplicar políticas efectivas que permitan cumplir las obligaciones plasmadas en las leyes

 

No es conveniente para países como México la forma como la Organización Mundial del Comercio (OMC), el Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Banco Mundial (BM) apoyan el libre comercio, afirmó José Luis Calva, del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM.

 

La lógica supone que la liberación comercial propicia el traslado de recursos de los sectores ineficientes a los eficientes; pero en realidad se cancelan plazas laborales antes de crear otras nuevas, y en lugar de que los trabajadores pasen de actividades de baja productividad y escasos ingresos a otras de mayor rendimiento y remuneración, transitan del empleo al desempleo, explicó el especialista.

 

La aplicación de medidas de corte neoliberal, ha generado una profunda polarización socioeconómica. “La pobreza rural, es el corolario natural de la estrategia que llevamos aplicando durante dos décadas”, puntualizó Calva al participar en la mesa redonda Los derechos económicos, sociales y culturales, realizada en la Facultad de Derecho.


 

Calva resaltó que el país se encuentra en un proceso de recesión económica. "Tenemos seis trimestres consecutivos de caída del producto interno bruto (PIB)”.

 

Destacó que mientras los países ricos –en especial Estados Unidos– aplican políticas monetarias activas para expandir el crecimiento económico y evitar lo que se perfilaba como una depresión en sus economías, en México se adoptó una medida restrictiva, llamada corto monetario y una política fiscal contraccionista".

 

Es decir, la economía estadounidense promovió una rebaja de impuestos para dar mayor poder adquisitivo a la población y reactivar la economía, así como un programa de gasto emergente correspondiente al 1.3% del PIB, lo que "a los países en desarrollo les están prohibidas esas políticas económicas".

 

Por ello, dijo, con el proceso de globalización, la convergencia en niveles de crecimiento económico y bienestar social, en lugar de reducirse ocasiona profundas divergencias entre naciones y en los grupos sociales al interior de cada país.

 

Señaló que en las últimas dos décadas de acelerada integración económica internacional, el PIB per cápita de las naciones ricas pasó de 9 mil 500 dólares en 1980, a 28 mil 750 dólares en 2000, mientras que en los países pobres ese índice, durante el mismo periodo, sólo pasó de 884 a mil 300 dólares. Lo que indica, añadió, que las divergencias no tienden a diluirse, sino se profundizan.

 

Frente a estas realidades, indicó, hay dos caminos: la reforma de organismos internacionales, como el FMI, el BM y la OMC que conforman un sistema de manejo global, pero que carecen de un mecanismo democrático de rendición de cuentas.

 

La otra vía, añadió, es que las naciones en desarrollo "nos rasquemos con nuestras propias uñas para salir adelante en el crecimiento económico". Es decir, es necesario promover la autodeterminación de los países y, como mexicanos, idear nuestro propio camino hacia el crecimiento sostenido a tasas aceleradas.

 

Debe abandonarse la estrategia neoliberal y pasar a una de mercado dirigido, crear un consenso entre los mexicanos y los latinoamericanos para dar paso a un nuevo esquema de desarrollo que asegure, de antemano, los beneficios y derechos económicos de los individuos, finalizó.


Por su parte, Miguel Angel Contreras, expresidente de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México, consideró que los derechos económicos, sociales y culturales de los individuos se caracterizan por ser demandas o exigencias que promueven la actividad gubernamental y responden a los valores de igualdad y solidaridad tendientes a reducir las diferencias sociales.

 

Mencionó que el derecho a la enseñanza es elemental para hacer realidad el desarrollo integral del ser humano, pues dota al individuo de instrumentos para enfrentar con ventaja la vida.

 

La educación, subrayó, debe valorarse como una prioridad nacional e internacional; sin embargo, en aquellos lugares donde la población tiene los más bajos índices de alfabetismo concurren otros problemas que agudizan la pobreza, en el que se encuentran millones de individuos en el mundo.

 

Por otra parte, consideró que el trabajo, además de significar un cauce privilegiado para la realización de las capacidades humanas, constituye uno de los medios de subsistencia y satisfacción de las necesidades materiales del ser humano; por tanto, debe contribuir al desarrollo y realización integral de las personas.

 

En cuanto a la salud, dijo que se trata de uno de los bienes más preciados de la humanidad y el Estado está obligado a otorgar los servicios en este ámbito a toda la población, con énfasis en el fomento de una cultura sanitaria que favorezca la prevención y control individual y colectivo, concluyó.

 

 

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José Luis Calva, del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, señaló que si bien existen razones importantes para apoyar el libre comercio, la forma como se impulsa no es la más conveniente

 

 

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Miguel Angel Contreras Nieto, ex presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México, consideró en la UNAM que es urgente implantar políticas efectivas que permitan cumplir con las obligaciones generadas en materia de derechos, tanto a nivel nacional como internacional