15:00 hrs. Mayo 08 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-0417

Ciudad Universitaria

 

 

Pies de fotos al final del boletín

EL ACERCAMIENTO ENTRE MÉXICO Y CUBA, CÍCLICO Y DE ACUERDO A SUS INTERESES: LUIS VALDÉS-UGALDE

 

·       Investigadores de la UNAM señalaron que es falso que la relación históricamente haya sido de solidaridad

·       Participaron en la mesa redonda "México, Cuba, Estados Unidos. Encuentros y desencuentros", organizada por el CISAN

 

Es falso que México y Cuba tengan una relación de solidaridad histórica. Su acercamiento ha sido cíclico y de acuerdo con los intereses de ambas naciones, aseveraron investigadores de la UNAM.

 

Al participar en la mesa redonda "México, Cuba, Estados Unidos. Encuentros y desencuentros", organizada por el Centro de Investigaciones Sobre América del Norte (CISAN), su director, José Luis Valdés-Ugalde, afirmó que una política exterior moderna tiene como prioridades el desarrollo económico y político, así como el entorno mundial, rubros que afectan las prioridades nacionales.

 

Durante 71 años, y en forma particular en los últimos 40, la política exterior mexicana fue de régimen cerrado, que encontraba en los principios la mejor excusa para parapetarse en forma eterna en el autoritarismo revolucionario.

 

Se trata de dejar una política exterior estática frente a un mundo cambiante que ha dejado atrás ideas, prácticas e, incluso, principios "sesenteros".

 

En el auditorio "Mario de la Cueva", el investigador del Centro Coordinador y Difusor de Estudios Latinoamericanos (CCYDEL), Enrique Camacho Navarro, subrayó la importancia del contexto histórico para comprender la actual y tensa situación en que se encuentran las relaciones entre México y Cuba, así como de los medios de comunicación para despojar a la política de su esencia, la cual privilegia la forma y no el fondo.

 

Señaló que luego del voto de México contra Cuba en la reunión de la Organización de Naciones Unidas en Ginebra, y tras la conversación entre el Ejecutivo federal y Fidel Castro, no es conveniente caer en la polarización simple, sino que debe haber un análisis de fondo.

 

Si bien Cuba es un Estado monopartidista que limita la libertad de expresión y la asociación de la prensa, no obliga a avalar la actitud del gobierno mexicano para con ese país.

 

A pesar de que con la justificación de la defensa de los derechos humanos Estados Unidos podría intervenir en Cuba y poner en peligro a la región, tampoco obliga a México a apoyar a la isla caribeña, agregó.

 

Nuestro país, consideró, debe asumir una postura nueva y propia, acorde a las circunstancias que nos rodean.

 

Por su parte, el investigador sobre México y Estados Unidos del CISAN y del Centro de Investigación y Docencia Económicos (CIDE), Raúl Benítez Manaut, indicó que sobre la relación de nuestra nación con Cuba hay diversos mitos y realidades.

 

Los mitos son que México siempre se solidariza con la isla y se confronta con Estados Unidos, lo cual es falso porque son relaciones cíclicas en ambos casos; tampoco es real que nuestra política exterior sea de defensa de la de Cuba, pues el esquema nacional es pragmático y de acuerdo con las circunstancias.

 

Además, resaltó, hasta los años 90 la política exterior cubana era de promoción del socialismo y, en el intento de cambio geopolítico, totalmente intervencionista.

 

El especialista apuntó que la política exterior de Estados Unidos a veces se relaciona con la de México debido a los intereses comunes, pero en ocasiones se fricciona.

 

Coincidió con el señalamiento de Fidel Castro, en el sentido de que la política exterior de México ha cambiado con la apertura comercial. Es lógico, dijo, porque se volvió muy pragmática por la geoeconomía, lo que provocó que México ya no pueda cooperar con otros países de manera unilateral.

 

Incluso, añadió, la democracia mexicana acerca al país a Estados Unidos, dado que todas las fuerzas políticas reconocen que el Tratado de Libre Comercio es inevitable, situación que se ha resentido en Cuba.

 

El economista expuso que en cuanto a la política exterior, el gobierno actual sólo aplica la heredada por el PRI, que da atribuciones al Ejecutivo para decidir sobre ésta.

 

Para este gobierno, comentó, los derechos humanos son fundamentales, son sus principios y los defiende, "que no le gusten a Fidel Castro, al PRI o al PRD, es otra cosa".

 

Por ello, remató, ante la difícil relación entre México y Cuba es necesario despersonalizar y desmitificar la situación, así como verla como una relación con otras naciones.

 

A su vez, el investigador visitante del CISAN, Ernesto Rodríguez Chávez, sostuvo que hay intereses geopolíticos y de seguridad nacional que son comunes entre México, Cuba y Estados Unidos.

 

Apuntó que todas las posiciones importantes de México respecto a Cuba están condicionadas por la postura "intransigente" del vecino país del norte y no por los intereses de nuestra política interior.

 

Así, dijo, México ha tenido posturas de mayor acercamiento o distancia de Cuba, según la presión ejercida por Estados Unidos.

 

A su juicio, México y Cuba siempre han tenido una relación histórica y simbólica, "aunque no sea feliz", debido a que ambos han pasado por una independencia y revolución, lo que crea un mito político en cada una de las sociedades.

 

El especialista cubano advirtió que aunque nuestro país siempre mantiene su distancia respecto a la postura de Estados Unidos con Cuba, nunca ha habido una real ayuda.

 

El aspecto económico nunca ha sido fundamental en la relación de las dos naciones, pues la cooperación que Cuba ha tenido siempre fue de parte del ala socialista. Hasta los años 70 no se dio ningún tratado bilateral, éstos surgieron después y concluyeron en los 90.

 

De la posición de México en la reunión de la ONU en Ginebra, dijo que aprobar ese tipo de resoluciones justifica la política de agresión de Estados Unidos contra Cuba.

 

En su intervención, el articulista Joel Ortega Juárez aseguró que la relación triangulada entre Estados Unidos, México y  Cuba siempre es aprovechada por las tres naciones.

 

El gobierno mexicano supo beneficiarse de su relación con el vecino del norte a favor de sus propios intereses, mientras que Estados Unidos lo hizo en el siglo XIX para frenar la intervención de Europa en América Latina.

 

Los dos países mantienen siempre un silencio cómplice y ninguno interviene y opina en lo que hace el otro en su país. Los regímenes priístas y Fidel Castro confundieron los intereses políticos de facción con los del conjunto nacional.

 

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Foto 1

 

José Luis Valdés-Ugalde, director del Centro de Investigaciones Sobre América del Norte (CISAN), participó en la mesa redonda "México, Cuba, Estados Unidos Encuentros y desencuentros" que organizó esa dependencia universitaria.

 

 

Foto 2

 

El Centro de Investigaciones Sobre América del Norte, realizó la mesa redonda "México, Cuba, Estados Unidos Encuentros y desencuentros", donde participaron especialistas de la UNAM e independientes