Boletín UNAM-DGCS-0408
Ciudad Universitaria
MÉXICO, PROVEEDOR
DE CRUDO: FABIO BARBOSA
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El académico del IIEc de la UNAM, señaló que esta política es parte del
esquema liberal que se perfila desde hace casi dos décadas
· Sarahí Ángeles, del IIEc, señaló que se han acentuado las presiones para completar el proceso de privatización del sector energético
La política en materia petrolera
acepta la inserción del país en una nueva estructura de división internacional
del trabajo, “donde nos condenan a ser proveedores de la materia prima –crudo–
y a desatender otras ramas fundamentales de la industria petrolera, como la
refinación o la petroquímica”
Fabio Barbosa, académico del
Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM, agregó que hay continuidad
del esquema liberal que se practica desde hace casi dos décadas.
El estudioso de las tecnologías de
exploración y perforación petrolera, destacó que en la actualidad se producen
diariamente tres millones de barriles de crudo y el propósito es elevarla a
cuatro millones para el 2006.
Por ello, explicó, una de las
primeras acciones de la paraestatal es solicitar prestamos a la banca
internacional para financiar proyectos de desarrollo.
Señaló que el potencial más grande
del país en materia de extracción petrolera se encuentra en el Golfo de México,
tercera zona más importante en su tipo, donde se exploran aguas profundas. En
Campeche, por ejemplo, se tienen planeadas 900 perforaciones.
Como resultado del Tratado de Libre
Comercio y de los llamados errores de diciembre, donde las restricciones
financieras se agudizaron, Pemex se vio obligado a adoptar nuevas formas de
contratación y “nos dejan fuera de la competencia, sólo los grandes
contratistas extranjeros pueden hacer negocio con la paraestatal”.
Apuntó que en México se tiene una
larga experiencia en la construcción de plataformas que pueden competir en el
ámbito internacional. Sin embargo, dijo, no está contemplada la participación
de trabajadores mexicanos en estos proyectos.
Sin duda, subrayó, es necesaria la
contribución del capital privado en la industria petrolera, pero ello no
implica la privatización del sector. Resulta grave que cientos de miles de
obreros queden sin empleo y, en cambio, unos cuantos trabajadores de empresas
estadounidenses encargadas de construir los equipos, sean retribuidos en
dólares por sus compañías, finalizó.
A su vez, la economista Sarahí
Ángeles, también del IIEc, al participar en el panel “Industria energética”,
resaltó que se han acentuado las
presiones para completar el proceso de privatización del sector
energético.
Indicó que en estos dos últimos días
circuló la noticia de que la devaluación que sufrió el peso durante el viernes
y el sábado, es una presión de las grandes empresas para que el gobierno insista
en la profundización de la reforma liberal.
En el auditorio “Ricardo Torres
Gaitán”, comentó que “con Fox la embestida es aún más fuerte para la
privatización total del sector energético. Sin embargo, acotó, el éxito o
fracaso de estos propósitos dependerá de la oposición de la sociedad y de sus
representantes en el Congreso de la Unión”.
Planteó que el sector energético
está sometido a grandes presiones que se ilustran con la gran volatilidad de
los precios del petróleo en el mundo. Una de las presiones más fuertes, añadió,
la ejerce Estados Unidos, consumidor del 25% de la producción petrolera a nivel
internacional. Sus importaciones provienen de Venezuela, Arabia Saudita, México
y Canadá, importantes para cubrir la brecha entre su producción y consumo.
De ahí su insistencia en impulsar
una política de integración energética a nivel continental para poder contar
con un abastecimiento en el mediano plazo en materia de energéticos, ponderó.
Empero, como todas las reservas del
continente americano son insuficientes en el largo plazo para abastecer el
consumo de ese país, mantiene una actitud agresiva en la geopolítica donde se
concentra la mayor parte de reservas de hidrocarburos.
Por otra parte, resaltó que un
fenómeno que se profundiza en el actual gobierno, es que la industria petrolera
nacional, la cual era autosuficiente, ha pasado a ser dependiente de las
importaciones de productos que antes se producían en el país: petrolíferos y
petroquímicos, incluso gas natural.
Es decir, al interior del sector
energético se da un proceso de desindustrialización, como producto de una
política equivocada que promueve la expansión eléctrica basada en tecnología de
ciclo combinado, concluyó.
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PIES DE FOTO
Foto 1
Fabio Barbosa,
catedrático del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, aseguró que
la política petrolera del país mantiene una continuidad liberal desde hace casi
dos décadas
Foto 2
La economista de
la UNAM, Sarahí Ángeles, aseguró que se han acentuado las presiones para
completar el proceso de privatización del sector energético