14:00 hrs. Mayo 06 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-0408                      

Ciudad Universitaria

 

 

MÉXICO, PROVEEDOR DE CRUDO: FABIO BARBOSA

 

·        El académico del IIEc de la UNAM, señaló que esta política es parte del esquema liberal que se perfila desde hace casi dos décadas

·        Sarahí Ángeles, del IIEc, señaló que se han acentuado las presiones para completar el proceso de privatización del sector energético

 

La política en materia petrolera acepta la inserción del país en una nueva estructura de división internacional del trabajo, “donde nos condenan a ser proveedores de la materia prima –crudo– y a desatender otras ramas fundamentales de la industria petrolera, como la refinación o la petroquímica”

 

Fabio Barbosa, académico del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM, agregó que hay continuidad del esquema liberal que se practica desde hace casi dos décadas.

 

El estudioso de las tecnologías de exploración y perforación petrolera, destacó que en la actualidad se producen diariamente tres millones de barriles de crudo y el propósito es elevarla a cuatro millones para el 2006.

 

Por ello, explicó, una de las primeras acciones de la paraestatal es solicitar prestamos a la banca internacional para financiar proyectos de desarrollo.

 

Señaló que el potencial más grande del país en materia de extracción petrolera se encuentra en el Golfo de México, tercera zona más importante en su tipo, donde se exploran aguas profundas. En Campeche, por ejemplo, se tienen planeadas 900 perforaciones.

 

Como resultado del Tratado de Libre Comercio y de los llamados errores de diciembre, donde las restricciones financieras se agudizaron, Pemex se vio obligado a adoptar nuevas formas de contratación y “nos dejan fuera de la competencia, sólo los grandes contratistas extranjeros pueden hacer negocio con la paraestatal”.

 

Apuntó que en México se tiene una larga experiencia en la construcción de plataformas que pueden competir en el ámbito internacional. Sin embargo, dijo, no está contemplada la participación de trabajadores mexicanos en estos proyectos.

 

Sin duda, subrayó, es necesaria la contribución del capital privado en la industria petrolera, pero ello no implica la privatización del sector. Resulta grave que cientos de miles de obreros queden sin empleo y, en cambio, unos cuantos trabajadores de empresas estadounidenses encargadas de construir los equipos, sean retribuidos en dólares por sus compañías, finalizó.

 

A su vez, la economista Sarahí Ángeles, también del IIEc, al participar en el panel “Industria energética”, resaltó que se han acentuado las  presiones para completar el proceso de privatización del sector energético.

 

Indicó que en estos dos últimos días circuló la noticia de que la devaluación que sufrió el peso durante el viernes y el sábado, es una presión de las grandes empresas para que el gobierno insista en la profundización de la reforma liberal.

 

En el auditorio “Ricardo Torres Gaitán”, comentó que “con Fox la embestida es aún más fuerte para la privatización total del sector energético. Sin embargo, acotó, el éxito o fracaso de estos propósitos dependerá de la oposición de la sociedad y de sus representantes en el Congreso de la Unión”.


Planteó que el sector energético está sometido a grandes presiones que se ilustran con la gran volatilidad de los precios del petróleo en el mundo. Una de las presiones más fuertes, añadió, la ejerce Estados Unidos, consumidor del 25% de la producción petrolera a nivel internacional. Sus importaciones provienen de Venezuela, Arabia Saudita, México y Canadá, importantes para cubrir la brecha entre su producción y consumo.

 

De ahí su insistencia en impulsar una política de integración energética a nivel continental para poder contar con un abastecimiento en el mediano plazo en materia de energéticos, ponderó.

 

Empero, como todas las reservas del continente americano son insuficientes en el largo plazo para abastecer el consumo de ese país, mantiene una actitud agresiva en la geopolítica donde se concentra la mayor parte de reservas de hidrocarburos.

 

Por otra parte, resaltó que un fenómeno que se profundiza en el actual gobierno, es que la industria petrolera nacional, la cual era autosuficiente, ha pasado a ser dependiente de las importaciones de productos que antes se producían en el país: petrolíferos y petroquímicos, incluso gas natural.

 

Es decir, al interior del sector energético se da un proceso de desindustrialización, como producto de una política equivocada que promueve la expansión eléctrica basada en tecnología de ciclo combinado, concluyó.

 

 

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PIES DE FOTO

 

Foto 1

Fabio Barbosa, catedrático del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, aseguró que la política petrolera del país mantiene una continuidad liberal desde hace casi dos décadas

 

Foto 2

La economista de la UNAM, Sarahí Ángeles, aseguró que se han acentuado las presiones para completar el proceso de privatización del sector  energético