Boletín UNAM-DGCS-0371
Ciudad Universitaria
Pies de foto al final del boletín
HAY TOLERANCIA
RELIGIOSA EN MÉXICO: JAVIER MOCTEZUMA BARRAGÁN
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El subsecretario de Población, Migración y Asuntos Religiosos subrayó que
en regiones de Chiapas, Hidalgo, Tabasco, Puebla, Guerrero y Oaxaca se han
presentado conflictos
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Con resultados favorables, los gobiernos federal, estatales y
municipales combaten la intolerancia religiosa, añadió
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Reiteró la obligación de todos los que vivimos en México de respetar los
símbolos patrios y la libertad de creencias
En México existe tolerancia religiosa en
términos generales, aunque en regiones de Chiapas, Hidalgo, Tabasco, Puebla,
Guerrero y Oaxaca –las más marginadas–, se han presentado conflictos derivados
de los usos y costumbres de sus poblaciones, aseguró el subsecretario de
Población, Migración y Asuntos Religiosos, Javier Moctezuma Barragán.
El funcionario de la
Secretaría de Gobernación (Segob) puntualizó que en el país hay 103 millones de
habitantes, entre quienes coexisten diversas religiones y prevalece la
tolerancia religiosa. En
la actualidad, la Segob tiene
registradas cinco mil 953 asociaciones de esta índole.
Los gobiernos federal,
estatales y municipales, apuntó, se esfuerzan por combatir la intolerancia religiosa, con
resultados favorables en la solución de algunos conflictos.
El subsecretario planteó: “no estamos
dispuestos a tolerar ninguna intolerancia, deseamos aplicar puntualmente la
ley, renovada hace diez años, y buscar nuevas herramientas útiles en función de
su contenido”. Por ello, dijo, se pretende dar a la Secretaría de Gobernación
no una imagen impositiva, sino de organismo encargado de vigilar en
cumplimiento de la ley en la materia.
Durante su participación en el
ciclo de conferencias “Diez años de Vigencia de la Ley de la Libertad Religiosa
en la Legislación Mexicana”, realizado en el Instituto de Investigaciones
Jurídicas (IIJ) de la UNAM, Moctezuma Barragán consideró que cualquier brote de intolerancia debe
llamar la atención y preocuparnos, porque los grandes conflictos inician en
pequeñas manifestaciones a las que no se les toma en cuenta.
Advirtió que existen importantes retos para
garantizar con plenitud el ejercicio de la libertad de creencias y de culto con
el propósito de reconocer y entender cabalmente el aporte sociocultural de las
religiones, así como valorar en su magnitud las actividades ministeriales en el
ámbito social, además de consolidar la cultura de la tolerancia y el respeto a
la pluralidad religiosa.
Destacó que las iglesias no deben subordinarse
al Estado, aunque éste último tampoco debe hacerlo con ellas. Ambos se tienen
que sujetar al orden público y al marco jurídico vigente.
En ese sentido, dijo que hay tareas concretas específicas
para las dos instancias, pero existe una línea que las divide y une al mismo
tiempo en el ámbito social. Ejemplo de ello, es la unión de esfuerzos en los
asuntos de protección civil y en todo lo referente al beneficio de la sociedad.
Luego explicó que las reformas constitucionales
de 1992 sirvieron de base para promulgar la Ley de Asociaciones Religiosas y
Culto Público.
El funcionario agregó que el mérito de
esta reforma es el reconocimiento, con mayor amplitud, del derecho a la
libertad de religión y el establecimiento de la apertura del Estado con las
entidades religiosas en materia de educación, culto público y personalidad
jurídica, al registrarse como asociaciones. Además, aceptó derechos público a
los ministros de culto.
Esa legislación concretó y definió los
nuevos preceptos generales acordados por el Constituyente permanente en materia
de asociaciones, agrupaciones religiosas, iglesias y culto público, cuyas
normas son de orden público y observancia general en el territorio general, resaltó.
De acuerdo con el sistema jurídico
vigente en materia de cultos y lo dispuesto por el Pacto de San José, se
concluye que México va a la par de la codificación internacional de carácter
vinculativo.
Subrayó que se debe reconocer que la reforma
constitucional per se no asegura el cumplimiento general, a fin de garantizar
los derechos y libertades que tutela. El combate a la intolerancia religiosa,
abundó, es otro de los beneficios generados con la reforma a la ley.
Se necesita, agregó, un gobierno proactivo que
dé significado y efecto práctico a lo dispuesto por el derecho, con una visión
histórica y valorativa, para hacer frente a las grandes tareas nacionales y a
las nuevas realidades sociales en el contexto de una sociedad abierta y
democrática.
Dejó en claro que se mantiene vigente la
separación Estado–Iglesia, con la reafirmación del carácter laico de las
instituciones públicas, que brindan certeza y seguridad a la libertad
religiosa.
Una década de vigencia para una ley que regula
un asunto sensible para los mexicanos, no es demasiado tiempo, sobre todo para
una nación como la nuestra con una amplia riqueza pluricultural y diversidad
religiosa.
Reiteró como obligación de los mexicanos el
respeto a los símbolos patrios y a la libertad de creencias, porque pueden
darse ambos factores sin menoscabo de alguno de ellos.
Al referirse a la presencia de funcionarios en
actos de carácter religioso, consideró importante revisar este aspecto por la
falsa percepción que se tenía, pues nunca hubo prohibiciones, ni siquiera
verbales o escritas. Antes, se autolimitaban para acudir o cuando asistían
preferían que no se notara su presencia, pero era un asunto personal.
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PIES DE FOTO
FOTO 1
En términos
generales, en México existe tolerancia religiosa, destacó en la UNAM, Javier
Moctezuma Barragán, subsecretario de Población, Migración y Asuntos Religiosos.
FOTO 2
Javier Moctezuma Barragán, y José Luis Soberanes Fernández, al participar en la conferencia “La libertad religiosa en la Legislación Mexicana”, realizada en la UNAM.