14:00 hrs. Abril 24 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-0371

Ciudad Universitaria

 

 

Pies de foto al final del boletín

HAY TOLERANCIA RELIGIOSA EN MÉXICO: JAVIER MOCTEZUMA BARRAGÁN

 

 

·        El subsecretario de Población, Migración y Asuntos Religiosos subrayó que en regiones de Chiapas, Hidalgo, Tabasco, Puebla, Guerrero y Oaxaca se han presentado conflictos

·        Con resultados favorables, los gobiernos federal, estatales y municipales combaten la intolerancia religiosa, añadió

·        Reiteró la obligación de todos los que vivimos en México de respetar los símbolos patrios y la libertad de creencias

 

En México existe tolerancia religiosa en términos generales, aunque en regiones de Chiapas, Hidalgo, Tabasco, Puebla, Guerrero y Oaxaca –las más marginadas–, se han presentado conflictos derivados de los usos y costumbres de sus poblaciones, aseguró el subsecretario de Población, Migración y Asuntos Religiosos, Javier Moctezuma Barragán.

 

El funcionario de la Secretaría de Gobernación (Segob) puntualizó que en el país hay 103 millones de habitantes, entre quienes coexisten diversas religiones y prevalece la tolerancia religiosa. En la actualidad,  la Segob tiene registradas cinco mil 953 asociaciones de esta índole.

 

Los gobiernos federal, estatales y municipales, apuntó, se esfuerzan por combatir la intolerancia religiosa, con resultados favorables en la solución de algunos conflictos.

El subsecretario planteó: “no estamos dispuestos a tolerar ninguna intolerancia, deseamos aplicar puntualmente la ley, renovada hace diez años, y buscar nuevas herramientas útiles en función de su contenido”. Por ello, dijo, se pretende dar a la Secretaría de Gobernación no una imagen impositiva, sino de organismo encargado de vigilar en cumplimiento de la ley en la materia.

 

Durante su participación en el ciclo de conferencias “Diez años de Vigencia de la Ley de la Libertad Religiosa en la Legislación Mexicana”, realizado en el Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM, Moctezuma Barragán consideró que cualquier brote de intolerancia debe llamar la atención y preocuparnos, porque los grandes conflictos inician en pequeñas manifestaciones a las que no se les toma en cuenta.

 

Advirtió que existen importantes retos para garantizar con plenitud el ejercicio de la libertad de creencias y de culto con el propósito de reconocer y entender cabalmente el aporte sociocultural de las religiones, así como valorar en su magnitud las actividades ministeriales en el ámbito social, además de consolidar la cultura de la tolerancia y el respeto a la pluralidad religiosa.

 

Destacó que las iglesias no deben subordinarse al Estado, aunque éste último tampoco debe hacerlo con ellas. Ambos se tienen que sujetar al orden público y al marco jurídico vigente.

 

En ese sentido, dijo que hay tareas concretas específicas para las dos instancias, pero existe una línea que las divide y une al mismo tiempo en el ámbito social. Ejemplo de ello, es la unión de esfuerzos en los asuntos de protección civil y en todo lo referente al beneficio de la sociedad.

 

Luego explicó que las reformas constitucionales de 1992 sirvieron de base para promulgar la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público.

 

El funcionario agregó que el mérito de esta reforma es el reconocimiento, con mayor amplitud, del derecho a la libertad de religión y el establecimiento de la apertura del Estado con las entidades religiosas en materia de educación, culto público y personalidad jurídica, al registrarse como asociaciones. Además, aceptó derechos público a los ministros de culto.

 

Esa legislación concretó y definió los nuevos preceptos generales acordados por el Constituyente permanente en materia de asociaciones, agrupaciones religiosas, iglesias y culto público, cuyas normas son de orden público y observancia general en el territorio general, resaltó.

 

De acuerdo con el sistema jurídico vigente en materia de cultos y lo dispuesto por el Pacto de San José, se concluye que México va a la par de la codificación internacional de carácter vinculativo.

 

Subrayó que se debe reconocer que la reforma constitucional per se no asegura el cumplimiento general, a fin de garantizar los derechos y libertades que tutela. El combate a la intolerancia religiosa, abundó, es otro de los beneficios generados con la reforma a la ley.

 

Se necesita, agregó, un gobierno proactivo que dé significado y efecto práctico a lo dispuesto por el derecho, con una visión histórica y valorativa, para hacer frente a las grandes tareas nacionales y a las nuevas realidades sociales en el contexto de una sociedad abierta y democrática.

 

Dejó en claro que se mantiene vigente la separación Estado–Iglesia, con la reafirmación del carácter laico de las instituciones públicas, que brindan certeza y seguridad a la libertad religiosa.

 

Una década de vigencia para una ley que regula un asunto sensible para los mexicanos, no es demasiado tiempo, sobre todo para una nación como la nuestra con una amplia riqueza pluricultural y diversidad religiosa.

 

Reiteró como obligación de los mexicanos el respeto a los símbolos patrios y a la libertad de creencias, porque pueden darse ambos factores sin menoscabo de alguno de ellos.

 

Al referirse a la presencia de funcionarios en actos de carácter religioso, consideró importante revisar este aspecto por la falsa percepción que se tenía, pues nunca hubo prohibiciones, ni siquiera verbales o escritas. Antes, se autolimitaban para acudir o cuando asistían preferían que no se notara su presencia, pero era un asunto personal.

 

 

 

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PIES DE FOTO

 

FOTO 1

 

 

En términos generales, en México existe tolerancia religiosa, destacó en la UNAM, Javier Moctezuma Barragán, subsecretario de Población, Migración y Asuntos Religiosos.

 

 

FOTO 2

 

Javier Moctezuma Barragán, y José Luis Soberanes Fernández, al participar en la conferencia “La libertad religiosa en la Legislación Mexicana”, realizada en la UNAM.