14:00 hrs. Abril 24 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-0370

Ciudad Universitaria

 

Pies de fotos al final del boletín 

NECESARIO ELIMINAR LA INTOLERANCIA Y LA DISCRIMINACIÓN: JOSÉ LUIS SOBERANES

 

 

·        El presidente de la CNDH habló en la primera jornada del ciclo de conferencias Diez años de vigencia de la ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público en México

·        La reforma constitucional en materia religiosa terminó el desfase social que prevaleció durante décadas, afirmó el subsecretario de Gobernación, Javier Moctezuma Barragán

·        La libertad religiosa, piedra angular de los derechos humanos, señaló el secretario del CEM, Abelardo Alvarado Alcántara

 

 

La intolerancia ocasiona muchos males sociales y sufrimientos a la humanidad, por lo que en una sociedad democrática y abierta, como pretendemos que sea la mexicana, debemos eliminar por totalitarios o dictatoriales cualquier tendencia a la intolerancia o a la discriminación.

 

Aseguró José Luis Soberanes Fernández, presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), al participar en el ciclo de conferencias “Diez años de vigencia de la ley de asociaciones religiosas y culto público en México”, organizado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ), la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) y la Secretaría de Gobernación (Segob).

 

Reiteró que en México debemos evitar, por todos los medios, cualquier discriminación y especialmente por motivos religiosos, situación que se da con mucha frecuencia, ya que cada día es una realidad más presente en la sociedad.

 

Convocó a acabar con la discriminación a través del fomento de la tolerancia,  es decir, debemos asumir una actitud que nos lleve a aceptar al otro tal como es. “No se trata sólo de aguantarlo, sino de aceptarlo como es, porque tiene dignidad humana”.

 

En el auditorio Héctor Fix Zamudio del IIJ, el ombudsman nacional aseguró que “el único límite a la intolerancia es precisamente ser intolerantes con los intolerantes”. Empero, no se trata de reconocer la dictadura de la mayoría o de la minoría, sino de aceptar la igualdad esencial de todos los seres humanos.

 

Destacó que en México, donde se pensaba que el tema de la intolerancia religiosa había sido superado hace años, hoy lo vemos resurgir, por ejemplo, al ver comunidades de Chiapas excluidas por su fe religiosa. “En vez de ser un tema que se apaga poco a poco, está muy vivo. Ni siquiera conocemos el número de desplazados en esa entidad, se habla de entre 8 mil y 20 mil personas, y con hechos muy lamentables como los de Acteal”.

 

Soberanes Fernández reconoció que el gran problema que tenemos en México en materia de derechos humanos es de educación, “la gente no conoce sus derechos por lo cual no los puede exigir y la autoridad si no los conoce no los respeta. No nos hemos educado, como pueblo, para aceptar y admitir la tolerancia religiosa, a reconocer que el otro piensa diferente a nosotros, sobre todo en un tema tan sensible como el religioso”, afirmó.

 

Esta intolerancia, esta violencia física y moral que se produce cada día tiene su causa en una falta de educación y de formación en la tolerancia. Y la discriminación aún es una realidad cotidiana en nuestros días.

 

El presidente de la CNDH opinó que desde el punto de vista jurídico, el tema de la libertad religiosa es un asunto agudo. Esta libertad, dijo, va a lo más profundo del ser humano, porque está relacionada con su ser y su actuar, puesto que la aceptación o rechazo a Dios implica una actitud intelectual de un ser racional.

 

Comentó que en ocasiones se confunden la libertad religiosa con la de pensamiento. Pero en nuestra Constitución nunca se habla de esta última, porque es un tema ajeno al orden jurídico. En cambio, la primera tiene que ver con las conductas que el individuo relaciona con su pensamiento religioso.

 

Por su parte, Javier Moctezuma Barragán, subsecretario de Población y Migración de la Segob, explicó que la reforma constitucional de 1992 en materia religiosa marcó un parteaguas en México, ya que reconoció y amplió la libertad de creencias y de culto, y dio certidumbre y transparencia a la relación del Estado con las iglesias.

 

Esa reforma, abundó, terminó con el desfase que durante décadas hubo entre las expresiones religiosas de la población y las condiciones jurídicas que establecía la Constitución de 1917.

 

“Hoy todos estamos comprometidos en forjar un clima propicio para la coexistencia pacífica de la pluralidad religiosa, promoviendo la tolerancia, y para ello no sólo se requiere la participación de las instancias gubernamentales, sino de la sociedad en su conjunto”.

 

El funcionario de la Segob apuntó que los 10 años de vigencia de la reforma constitucional en materia religiosa, que renovó el marco jurídico gestado a principios del siglo pasado, invita a fortalecer la vinculación que debe prevalecer entre derechos humanos, democracia y desarrollo, al tiempo que brinda la oportunidad de hacer un balance de nuestro marco jurídico en ese ámbito, el cual aún continúa en proceso de consolidación.

 

En tanto, el secretario de la CEM, Abelardo Alvarado Alcántara, comentó que el derecho a la libertad religiosa es la piedra angular del edificio de los derechos humanos, porque toca la dimensión más profunda del ser, el santuario más íntimo de la persona, donde nace la dignidad humana.

 

Consideró que en la actualidad todas las religiones deben tener una contribución especial a la convivencia pacífica, a la construcción de una paz duradera y justa. “Las religiones, por su misma naturaleza, contribuyen a la convivencia humana y fraterna, son inspiradoras siempre de lo que es una relación solidaria, de reconocimiento y de respeto”.

 

Sin embargo, agregó, nosotros no estamos ajenos a las situaciones de violencia que a veces se dan entre los grupos humanos por razones ideológico-religiosas. Por ello, en México “los líderes religiosos debemos empeñarnos en que este derecho a la libertad, reconocida por nuestras leyes, se traduzca en la práctica”.

 

Además, las religiones no sólo deben contribuir hoy a la construcción de la paz, sino que es necesario que participen en el combate a la pobreza y en el buen entendimiento entre los pueblos.

 

 

 

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Pies de fotos

 

FOTO 1

 

José Luis Soberanes Fernández, presidente de la CNDH, aseguró que la intolerancia ocasiona muchos males sociales y sufrimientos a la humanidad

 

FOTO 2

 

Javier Moctezuma, Hugo Concha, Abelardo Alvarado y José Luis Soberanes, durante la Primera Jornada del Ciclo de Conferencias “Diez años de vigencia de la ley de asociaciones religiosas y culto público en México”