INDIFERENCIA JUVENIL CON RESPECTO A ENFERMEDADES SEXUALES

· Ofelia Reyes Nicolat, de la Facultad de Psicología, consideró además que aún prevalecen mitos; la educación y la iglesia impiden hablar de sexualidad

· La falta de erotismo frena el avance de la integración individual: Benjamín Anaya González, jefe del Departamento de Publicaciones de la ENM

La sensibilización sobre la importancia del uso de preservativos ha sido muy lenta en México por las resistencias del sistema educativo y de la iglesia, que han impedido hablar de la sexualidad e intentado prohibir actividades relacionadas con el tema, opinó Ofelia Reyes Nicolat, del Programa de Sexualidad Humana de la Facultad de Psicología.

Al participar la semana “Entona tu vida, diseñemos un mundo sin SIDA”, organizado por la Escuela Nacional de Música (ENM) de la UNAM, la docente señaló que a partir de la aparición del Sida se habla del tema a través de talleres de sexo protegido y seguro.

Quienes tienen más acceso a la información son los más sensibilizados en torno al Sida, pero quienes se niegan a recibir la orientación debida –incluso algunos universitarios- es porque aún mantienen ciertos mitos.

Lo anterior, reconoció, porque cada vez llegan a la Universidad jóvenes de estratos socioeconómicos más bajos y de diferentes niveles culturales.

Al dirigir el taller denominado Sexo Protegido, Ofelia Reyes destacó que hacen falta más campañas de información referentes al VIH, ya que luego de algunos estudios realizados entre jóvenes, se ha detectado un número considerable de ellos que padecen enfermedades de transmisión sexual, aunque por el momento no se les haya detectado el Sida.

Estudiantes en ocasiones se sienten muy confiados en la poca posibilidad de contraer enfermedades como el Sida, debido a que tienen la oportunidad de bañarse a diario, hacer ejercicio o poseer un nivel intelectual alto; sin embargo, no han entendido cabalmente que no sólo se trata de medidas higiénicas, sino de mantener la cultura de la prevención.

La finalidad de los talleres de educación sexual, explicó, radica en la sensibilización de las personas hacia sus encuentros protegidos, seguros y responsables, es decir, no dejar la responsabilidad de su salud en otros, sino asumirla.

Se hizo énfasis en promover el uso de las llamadas barreras y condones; e incluso el sexo que no incluye intercambio de fluidos, como el coito simulado, el autoerotismo, acariciamientos o visual.

Por otra parte, Benjamín Anaya González, jefe del Departamento de Publicaciones de la ENM, refirió que el erotismo es un conocimiento que, al no tenerlo, impide el avance de la integración individual, más en los tiempos actuales donde se insiste en dividir a la sociedad en moralistas y pornográficos.

Por ello, dijo, una de las cuestiones en que se debe trabajar es en educar a la población, particularmente a los hombres, para que aprendan a manejar bien sus órganos sexuales y eviten la eyaculación precoz, que es una de las causas principales del incremento poblacional.

Durante la charla ¿Qué tienes que decir sobre SIDA, vida y sexualidad?, consideró que en México, la ausencia de reflexión acerca de estos temas ha provocado la proliferación de imágenes impresas y visuales, desorientadoras e incitadoras a conductas reprobables como la pedofilia u otras formas de conducta violenta.

Anaya González comentó que las nuevas generaciones han adelantado la sexualidad a través de la música de masas y estereotipos determinados, por lo que es necesario integrar en los planes de estudio de las secundarias, materias encaminadas a la higiene sexual, ya que los jóvenes de esa edad son las principales víctimas de la cultura de masas y los más desorientados, abundó.

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Necesario incrementar las campañas de información y la promoción de los métodos anticonceptivos, en aras de combatir las enfermedades de transmisión sexual, consideró Ofelia Reyes Nicolat, del Programa de Sexualidad Humana de la Facultad de Psicología.

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Continúan las actividades la semana “Entona tu vida, diseñemos un mundo sin SIDA”, organizado por la Escuela Nacional de Música, de la UNAM.

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La falta de información ha permitido la proliferación de publicaciones que desorientan a la población, afirmó Benjamín Anaya González