Boletín UNAM-DGCS-0360
Ciudad Universitaria
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MEXICANOS, CON SOBREPESO, OBESIDAD Y DEFICIENCIA DE MICRONUTRIENTES
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Satisfacen la necesidad primaria del hambre, sin preocuparse por la
calidad de sus alimentos: María del Carmen Jiménez Jiménez, de la Clínica
Especializada de Nutrición Integral
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La comida promedio de un mexicano contiene aproximadamente 1000
kilocalorías de carbohidratos puros, la mayoría es grasa saturada
En México, el mayor consumo de hidratos de
carbono son simples, es decir, almidones o azúcares que causan problemas de
sobrepeso y obesidad, así como deficientes micronutrientes, aseguró María del
Carmen Jiménez Jiménez.
La integrante de la Clínica Especializada de
Nutrición Integral mencionó que cuando los carbohidratos simples sobran en los
alimentos que se consumen se transforman en glucógeno y se almacenan.
Refirió que una comida promedio de un mexicano
contiene aproximadamente 1000 kilocalorías de carbohidratos puros; el mayor
consumo es de grasa saturada.
“Si comemos el 55% de carbohidratos simples,
más 30% de lípidos no adecuados, hablaríamos de cerca del 85% de alimentos que
van a proporcionarnos grasa en el organismo o una composición corporal no
deseable”.
Ante tal problema, añadió la especialista, no
es suficiente decir que hay que comer menos, sino determinar cuánto es
necesario disminuir o aumentar en grasa o masa muscular en el caso de cada
persona.
Informó que los mexicanos, quienes comen para
satisfacer la necesidad primaria del hambre -sin preocuparse si sus alimentos contienen el zinc, calcio o proteínas
requeridas- ingieren entre tres mil y cinco mil kilocalorías, pero sólo
consumen 40% de los 114 nutrimentos identificados hasta ahora, cuya totalidad
es requerida por las células del cuerpo.
Las células toman de los alimentos la energía
que necesitan; la materia prima para conformar membranas celulares; los
elementos para la formación de compuestos y para realizar una destoxificación
adecuada.
“Un organismo que no los tiene, entra en un
estado de emergencia en el cual busca bajar su metabolismo a niveles basales
(de reposo) aunque realice diferentes actividades, con la finalidad de
protegerse de esa deficiencia. Empero, se tiene más cansancio y mayor
intolerancia al estrés”, aclaró.
Somos lo que comemos y nuestra composición
corporal está basada en porcentajes de peso en agua, masas muscular y ósea, y
grasa. En el caso de los deportistas, de acuerdo con la actividad que
practiquen, necesitarán un mayor porcentaje de músculo o grasa.
En cualquier caso, ya sea de gente que practica
algún deporte o de pacientes en general, es necesario tener una evaluación
nutricional como instrumento para orientarlos y ayudarlos a mejorar su salud y
rendimiento.
Dicha evaluación, añadió, comienza con una
historia clínica con datos antropométricos, bioquímicos, patrones de ejercicio,
hábitos alimentarios, una valoración para el requerimiento de suplementos
alimenticios, así como de hábitos y prácticas deportivas.
En el caso de los deportistas “se debe indagar
el tipo de ejercicio que realizan, con qué intensidad y frecuencia, días y
horarios de entrenamiento; lo mismo que los hábitos alimentarios, los patrones
de hidratación y la sesión de ejercicio”.
Mediante un sistema de apoyo nutrimental
deportivo, a partir de esa evaluación, se determinan las necesidades
energéticas del paciente: porcentaje de proteínas, lípidos, carbohidratos y
determinación de macro y micronutrientes.
También es necesaria la determinación del gasto
energético. Considerar las necesidades del metabolismo basal; luego, el gasto
por actividad realizada sin considerar el deporte, y más tarde tomándolo en
cuenta. Así se determinan las necesidades calóricas de forma individualizada y
con buenos resultados, concluyó.
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DE FOTO
La
nutrióloga María del Carmen Jiménez aseguró que en nuestro país la población
sólo consume 40% de los 114 nutrimentos identificados hasta ahora, cuya
totalidad es requerida por las células del cuerpo.