Boletín UNAM-DGCS-0356
Ciudad Universitaria
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final del boletín
LA INSEGURIDAD PÚBLICA,
LIGADA AL DESEMPLEO, LA MIGRACIÓN Y LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR: NÉSTOR MÉNDEZ
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Si hay empleo seguro aumentan las posibilidades de contar con una
sociedad próspera, afirmó el coordinador del Proyecto de Abuso Sexual del
Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo
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Participó en la mesa redonda Seguridad pública, readaptación y
participación social, realizada en la ENTS de la UNAM
La seguridad pública no está aislada de los
problemas de desempleo, migración, educación y violencia intrafamiliar, afirmó
Néstor José Méndez González, coordinador del Proyecto de Abuso Sexual del
Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo.
Si los miembros del Estado participan de manera
adecuada en la transformación y desarrollo del país, la población estará en
posibilidades de obtener los recursos necesarios para su subsistencia y la
realización de sus proyectos de vida, subrayó.
En ese sentido, acotó, el desempleo es un
factor importante que contribuye a fomentar la delincuencia, es decir, "si
hay empleo seguro, existen muchas posibilidades de contar con una sociedad
próspera".
Al participar en la mesa redonda Seguridad
pública, readaptación y participación social, realizada en la Escuela Nacional
de Trabajo Social (ENTS), el también integrante de la Sociedad Mexicana de
Victimología destacó: "Mientras en América Latina la incorporación de los
jóvenes al mercado de trabajo ha sido significativa ya que la población de 15 a
24 años representa del 20 al 25% de la fuerza de trabajo; en México no se han
incrementado las tasas de empleo a pesar de que las tasas de educación han
aumentado".
Específicamente, abundó, en los niveles
técnicos, de donde egresan alrededor del 50% de los educandos; sin embargo,
"de esta cifra sólo el 27% tiene alguna posibilidad de encontrar trabajo
en lo que se preparó".
En el auditorio "Manuel Sánchez
Rosado" de la ENTS, Méndez González destacó que una comunidad o país con
hambre alimentan resentimiento, lo cual puede llegar a obstaculizar el orden y
la paz pública.
De ahí la urgente necesidad no sólo de atender
las necesidades del campo, sino de mejorar sus condiciones en cuanto a apoyos
técnicos y financiamientos. Además, es necesario incorporar a los campesinos a
los programas de desarrollo y de justicia social.
También, destacó, el problema de la migración
es colateral al olvido en que se ha mantenido al campo mexicano. Según la
Subsecretaría de Población y Asuntos Migratorios de la Secretaría de
Gobernación, en México el movimiento migratorio masculino actual es en promedio
de unas 380 mil personas al año.
La migración, abundó, es un elemento de peligro
que inhibe la seguridad pública porque nuestros compatriotas, al no tener
ninguna posibilidad de desarrollo en su tierra, no poseen ningún margen de
seguridad y cuando intentan cruzar la frontera muchos de ellos mueren cazados
como si fueran delincuentes y si logran pasar son victimizados bajo las peores
condiciones de trabajo o con violaciones a sus derechos humanos.
Según el Censo de Estados Unidos del año 2000
de los 33 millones de latinos en ese país, 23 millones son mexicanos, subrayó.
En cuestiones de violencia intrafamiliar, sólo
por dar un dato, la Procuraduría General de la República atiende en promedio,
al día, 50 casos de agresiones.
En su oportunidad, Armando Salinas Torre,
presidente de la Comisión de Gobernación y Seguridad Pública de la Cámara de
Diputados, destacó que América Latina es la región del mundo donde la policía
ha sido más penetrada por las fuerzas armadas.
Es decir, el orden público de los países
latinoamericanos se construye a través de una concepción militarizada, lo cual
es muy peligroso porque a partir de esta idea se ha construido la imagen y los
valores de los cuerpos policiacos, enfatizó
Por su parte, Marcela Briseño López, del Centro
de Asistencia Postpenitenciaria de la Secretaría de Gobernación, dijo que las
prisiones son un mecanismo de control y censura permanente, pues lejos de
solucionar el problema de inseguridad lo incrementan debido, sobre todo, al
deterioro que ocasiona el encierro en la gente.
Las personas, al estar encarceladas, inhiben su
instinto de huida y, al mismo tiempo, desarrollan el de supervivencia al verse obligadas
a enfrentarse a la violencia y promiscuidad ocasionadas por la actual
sobrepoblación de los reclusorios en nuestro país, destacó.
Además, abundó, una persona que sale de la
cárcel presenta problemas de inhabilitación psicomotriz y, la mayoría de las
ocasiones, de adicción.
Por ello, es necesario buscar alternativas que
les permitan insertarse nuevamente en la sociedad, algunas de las cuales
serían: crear bolsas de trabajo y centros de atención para sus adicciones, así
como proporcionarles la terapia psicológica necesaria para lograr su total
rehabilitación.
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PIES DE FOTO
FOTO 1
El desempleo fomenta la
delincuencia, afirmó Néstor José Méndez, durante la mesa redonda “Seguridad
pública, readaptación y participación social”; a su izquierda, Nelly Tello
FOTO 2
Peligrosa, la concepción de la policía militarizada en
América Latina, afirmó Armando Salinas Torre
FOOTO3
Las cárceles incrementan el problema de inseguridad:
Marcela Briseño