Boletín UNAM-DGCS-0330
Ciudad Universitaria
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final del boletín
LA ASIGNACIÓN DEL
PRESUPUESTO A CIENCIA Y TECNOLOGÍA DEBE SER UNA POLÍTICA DE ESTADO A LARGO
PLAZO
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Margarita Rosado, de la Federación de Colegios del Personal Académico de
la UNAM, dijo que los recursos para el Conacyt deben incrementarse de forma
gradual hasta llegar al 2% del PIB
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El investigador del CESU, Axel Didriksson, opinó que la iniciativa del
Ejecutivo concentra y centraliza de manera "muy drástica" las tareas
y funciones del desarrollo científico y tecnológico de México
Es necesario crear un nuevo contrato entre la
ciencia y la sociedad, en el cual el presupuesto se asigne a largo plazo en
esos rubros, y se maneje como una política del Estado mexicano, mediante la
cual se brinde el apoyo decidido a las actividades científicas y tecnológicas,
aseguró Margarita Rosado, de la Federación de Colegios del Personal Académico
de la UNAM.
La investigadora del Instituto de Astronomía
(IA) participó en un foro de discusión organizado por dicha Federación, acerca del
Proyecto de Modificación a la Ley de Ciencia y Tecnología enviado por el
Ejecutivo a la Cámara de Diputados el 4 de diciembre pasado, mediante el cual
cambia la legislación correspondiente del Consejo Nacional de Ciencia y
Tecnología (Conacyt) y se introduce una nueva, referida al fomento de la
investigación científica y tecnológica.
En el Auditorio Paris Pishmish el IA, dijo que
el Conacyt debe contar con un presupuesto definido "en un pacto
nacional", que se incremente gradualmente hasta llegar a la meta del 2%
del Producto Interno Bruto (PIB).
Dichos recursos, añadió, deben estar
comprometidos por el Estado, de forma independiente al gobierno en turno, de
manera tal que no sea necesario aprobarlos cada año.
Asimismo, señaló, dentro del presupuesto se
debe considerar una proporción definida para apoyar a la ciencia básica, la
cual no puede ser menor al 0.4% del PIB.
La científica mencionó que el Conacyt debe
tener como funciones primordiales fomentar, apoyar y realizar todas las
investigaciones científicas que representen un interés en el avance de la
ciencia, así como para el progreso económico, social y cultural del país.
Asimismo, debe evaluar la investigación
científica y a los investigadores con base en una calificación entre pares,
donde éstos sean representantes electos por los científicos de las diferentes
áreas del saber.
También debe fomentar la formación de nuevos
científicos y tecnólogos, participar en programas educativos en todos los
niveles y, en particular, apoyar la investigación científica realizada en las
universidades públicas, entre otras tareas.
Empero, añadió, no puede ser un objetivo del
Consejo el desarrollo industrial de México porque sería enfrentarlo a "una
meta de tal magnitud que en gobiernos pasados ha requerido la creación de una
secretaría de Estado, rango que no tiene el Conacyt".
Ese organismo, aseveró, debe cambiar su
organización de forma que incorpore a una proporción mayoritaria de científicos
y tecnólogos dentro de su estructura operativa, así como dentro de los comités
de evaluación, para garantizar que la ciencia y la tecnología que se
desarrollan en el país sean de alto nivel y que generen conocimiento nuevo.
Opinó que el discurso manejado por el Ejecutivo
en la materia es, "en el mejor de los casos, contradictorio. Si piensa que
ambos son el motor de desarrollo del país, entonces no se entiende por qué no
se mencionó a la ciencia en la cumbre de Monterrey".
Por su parte, Axel Didriksson, presidente de
esa Federación e investigador del Centro de Estudios sobre la Universidad
recordó que mediante la iniciativa del Ejecutivo enviada a los diputados, el
Conacyt, que hasta ahora forma parte de la Secretaría de Educación Pública, se
constituye en un organismo descentralizado independiente.
Dicho órgano estaría determinado por un Consejo
General de Fomento al Desarrollo de la Ciencia y la Tecnología, integrado, a su
vez, por el presidente de la República, nueve secretarios de Estado y un
secretario ejecutivo (en este caso, el propio director del Conacyt).
Por ello, opinó, la iniciativa concentra y
centraliza de manera "muy drástica" las tareas y funciones del
desarrollo científico y tecnológico de México. Dicho Consejo General definiría
las políticas, planes y programas del gobierno en la materia, además de determinar
el presupuesto anual.
Pero además, el foro consultivo donde
participan las representaciones de diversas comunidades académicas, también
presidida por el Conacyt, no contaría con los mecanismos idóneos efectivos para
que los científicos tengan un nivel de participación mayor. De ahí la necesidad
de promover que los científicos tomen parte en las decisiones políticas en esa
materia.
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PIES DE FOTO
FOTO 1
Margarita Rosado,
de la Federación de Colegios del Personal Académico de la UNAM, mencionó que el
Conacyt debe contar con un presupuesto definido y de forma independiente al
gobierno en turno, de manera tal que no sea necesario aprobarlo cada año. La
acompaña Axel Didriksson.
FOTO 2
El proyecto de
modificación a la Ley de Ciencia y Tecnología enviado por el Ejecutivo a la
Cámara de Diputados concentra y centraliza de manera "muy drástica"
las tareas y funciones del desarrollo de México en esos ámbitos, afirmó Axel
Didriksson, académico de la UNAM.