Boletín UNAM-DGCS-0328
Ciudad Universitaria
20 BILLONES DE
DÓLARES COSTARÍA DESTRUIR LAS ARMAS QUÍMICAS DE EU Y RUSIA
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Alrededor de un millón 300 mil toneladas de
ese tipo de armamento suman los dos países, informó José Luis González Chávez,
de la Facultad de Química
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Poco se han utilizado en el combate, pero
graves son los daños a la ecología
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Según un tratado de la ONU, los países que
las poseen están obligados a destruirlas y no producir más
Estados Unidos y Rusia son los
países con mayor cantidad de armamento químico con volúmenes de entre 300 mil y
500 mil toneladas, y un millón de toneladas, respectivamente, por lo que para
su destrucción se necesitarían aproximadamente 20 billones de dólares, señaló
el químico universitario José Luis González Chávez, en el Instituto de
Investigaciones Económicas (IIEc).
El problema de Rusia, dijo, no
estriba en la eliminación propia de los materiales, sino en que por cada
kilogramo de tóxicos existen diez del contenedor, y el país europeo no cuenta
con los recursos económicos suficientes para eliminarlos, a pesar de estar
obligado de acuerdo al tratado: Convención Sobre la Prohibición del Desarrollo,
la Producción, el Almacenamiento y el
Empleo de Armas Químicas y su Destrucción, acordado por la Organización
de las Naciones Unidas (ONU).
Durante su conferencia: El
impacto de los tratados sobre el control de armas químicas, el académico de la
Facultad de Química de la UNAM apuntó que a través de la historia se ha
comprobado la ineficiencia en el uso de las armas químicas durante combates;
por ejemplo, en la Primera Guerra Mundial por cada cien muertes registradas,
sólo el siete por ciento fue a causa de los químicos, el 25.4 por ciento por heridas
de proyectiles y el resto por diversas causas.
Sin embargo, éstas sí han
afectado de manera importante al medio ambiente, como en el caso de la guerra
de Vietnam, pues después de tres décadas algunos campos apenas comienzan a ser
productivos, aclaró.
José Luis González señaló que
la producción de armas químicas no es
propia de países pobres, sino que obedece a toda una serie de intereses
ocultos por parte de las naciones económicamente superiores, entre cuyos beneficios
están las ganancias generadas por la venta de equipos de protección y detección
de sustancias que ellos mismos fabrican.
Además, para producir este
tipo de armamento se requieren grandes cantidades de dinero, investigación y
tecnología que sólo tienen las naciones desarrolladas.
Aunque han habido avances en
el control y destrucción de arsenales químicos, Estados Unidos ha reclamado en
varias ocasiones por las revisiones hechas por la ONU a su armamento, bajo el
argumento de que se vulnera su derecho al manejo de información confidencial.
Los países firmantes del
tratado están obligados a no desarrollar, producir, adquirir, almacenar o
retener armas químicas, a destruirlas, lo mismo que sus lugares de producción.
Se establece, de igual manera,
el intercambio de información entre las naciones firmantes para la elaboración
de equipos de protección, cuyo mercado es peleado entre los países
desarrollados, añadió
El también miembro de la
Comisión de Confidencialidad para el Control de Armas Químicas de la ONU,
reconoció que no se ha contemplado alguna reglamentación sobre los desechos
derivados de la destrucción de las armas químicas, por tanto, se desconoce su
posterior uso o posible comercialización.
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PÍE DE FOTO
Estados Unidos y Rusia son los países con mayor
cantidad de armas químicas, cuyo costo de destrucción se estima en 20 billones
de dólares, destacó José Luis González Chávez, de la UNAM.