Boletín UNAM-DGCS-0316
Ciudad Universitaria
Pies de fotos al final del boletín
PREPARADO EL SECTOR SALUD PARA ATENDER CUALQUIER EMERGENCIA BACTERIOLÓGICA
·
Destacó Miguel Betancourt Cravioto, de la
Secretaría de Salud
·
Participó en la mesa “Bacterias al ataque”,
organizada por la FES Cuautitlán
El sector salud se encuentra
preparado para hacer frente a situaciones extraordinarias, aunque poco
probables, de casos de ántrax, viruela, o cualquier padecimiento derivado de
ataques bioterroristas, aseguró Miguel Betancourt Cravioto, subdirector de Vigilancia Epidemiológica de Enfermedades
no Transmisibles, de la Secretaría de Salud (SSA).
Al participar en la mesa:
“Bacterias al ataque”, organizada por la Facultad de Estudios Superiores
Cuautitlán (FESC), el funcionario destacó que los esfuerzos en materia
preventiva, llevados a cabo por el sector, también contemplan accidentes
químicos, nucleares y radiológicos, a los cuales los mexicanos podrían estar
expuestos.
Betancourt reconoció que
aunque desafortunadamente hay muertes de niños por diarrea u otras
enfermedades, no se pueden descuidar las medidas precautorias para aquellas
poco frecuentes.
Es necesario tener información
sobre las investigaciones de las enfermedades infecciosas y aquellas que no son
tan comunes en México, como las de tipo bacteriológico, apuntó.
Consideró que a algunos
médicos se les olvidan las enfermedades
que no ven constantemente, por lo que la SSA mantiene una campaña para
recordarles los padecimientos causados por agentes como ántrax, viruela, botulismo,
entre otros, aunque reconoció que en ocasiones, no se tiene la capacidad
científica, a nivel internacional, para detectar agentes patógenos que
propicien mutaciones.
En casos de bioterrorismo,
indicó, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, se debe contener a la
población posiblemente infectada por alguna bacteria, para evitar su
esparcimiento o dispersión a través de cepas o agentes biológicos dañinos.
Miguel Ángel Cevallos, del
Centro de Investigación sobre Fijación de Nitrógeno de la UNAM, apuntó que si
bien es cierto que existen enfermedades que implican una problemática más real
que las biológicas, es necesario destacar que en el siglo XX sí se utilizaron
armas biológicas como el ántrax, desde la Primera Guerra Mundial, por lo cual
se deben tomar las medidas preventivas necesarias.
El investigador enfatizó que
la mayor parte de las enfermedades infecciosas no se curan con medicamentos; se
pueden prevenir con drenajes y mosquiteros, es decir, autoridades y la propia
población deben poner mayor interés en cuestiones de sanidad.
En tanto, Claudia María López
David, responsable del sector académico para la delegación de México, América
Central y el Caribe hispanohablante del Comité Internacional de la Cruz Roja,
informó que existe una norma internacional en cuanto a la prohibición de armas
que no distingan entre civiles y combatientes, por lo que las armas
bacteriológicas están prohibidas por el Derecho Internacional Público, sin
embargo, dijo, lamentablemente no se respeta.
Durante la mesa, los
participantes coincidieron en señalar que el uso de bacterias como el ántrax,
no representan una arma de destrucción
masiva, pero sí un instrumento eficaz
de terrorismo.
Finalmente, destacaron que
deben tomarse en cuenta otros problemas derivados del uso de armas
bacteriológicas, como la contaminación ambiental que facilita las mutaciones
bacterianas y la aparición de cepas raras que el sistema inmunológico del ser
humano no reconoce.
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FOTO 1
Miguel
Bentancourt, de la Secretaría de Salud, dijo que este sector realiza esfuerzos
preventivos en materia de ataques bioterroristas y accidentes químicos, nucleares y radiológicos.
FOTO 2
Miguel Angel
Cevallos, del Centro de Investigación sobre Fijación del Nitrógeno de la UNAM,
señaló que para combatir las enfermedades
infecciosas se debe poner mayor interés en cuestiones de sanidad.