Boletín UNAM-DGCS-0314
Ciudad Universitaria
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PÉRDIDA DE LA SOBERANÍA Y NULO CRECIMIENTO, RESULTADO DE LA
GLOBALIZACIÓN
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Ruperto Patiño Manffer, de la Facultad de
Derecho de la UNAM, participó en el Coloquio Interdisciplinario “Globalización,
Derecho y Constitución”
·
Graciela Staines, catedrática de la misma
Facultad, dijo que el desafío es construir un núcleo de derechos humanos,
sociales, ambientales y laborales
La globalización ha provocado
en los países emergentes la pérdida notable de soberanía, sin permitir o
promover el crecimiento de sus economías ni la más justa distribución de sus
ingresos, afirmó el jefe de la División de Estudios de Posgrado de la Facultad
de Derecho (FD), Ruperto Patiño Manffer.
Al participar en el Coloquio
Interdisciplinario “Globalización, Derecho y Constitución”, organizado por el
Seminario de Derecho Constitucional de la FD, destacó que el gobierno mexicano
cedió su derecho a manejar los aranceles, pero está incapacitado para compensar
a los productores nacionales de las ineficiencias del mercado que no ha podido
superar.
El proceso de globalización,
agregó, no ha contribuido a reducir las desigualdades entre los países ni sus
habitantes; las naciones emergentes se empobrecen cada vez más; los gobiernos
aceptan la transferencia del sector privado de las decisiones fundamentales en
materia de defensa del mercado interno y de la producción nacional, las
políticas de inversión y la generación de empleo, entre otros aspectos.
El excesivo endeudamiento
externo, adquirido y multiplicado con grave responsabilidad de los gobiernos
pasados, agregó, han obligado al país a permitir condicionamientos que en
situaciones normales serían inaceptables porque afectan la soberanía nacional.
Señaló que luego de permanecer
ajeno a los procesos de globalización de la economía, México ingresó al Acuerdo
General sobre Aranceles y Comercio (GATT, por sus siglas en inglés) en 1986. De
ese entonces a la fecha, ha sido dinámica la actividad gubernamental hasta
ocupar un importante lugar.
Sin embargo, aunque
formalmente el Tratado de Libre Comercio se inscribe en el artículo 24 del
GATT, en la realidad es claro que no hay intención de los gobiernos de Estados
Unidos y Canadá de integrar las tres naciones. Su objetivo es ampliar su
mercado y sus fronteras hacia Latinoamérica, porque ellos son los que mejor
pueden aprovechar esas circunstancias, indicó.
El GATT, explicó, plantea para
sus países miembros la eliminación de barreras arancelarias, pero privilegia el
uso del arancel, por ser una forma de reconocer las asimetrías de los mercados.
De esta manera, considera que
los países con menos desarrollo tienen la posibilidad de lograr aranceles más
altos, lo que compensa a sus productores en la competencia internacional.
Pese a ello, en el GATT no hay
un solo país de los casi 150 que pertenecen a la Organización Mundial de
Comercio (OMC) que haya eliminado sus tasas arancelarias. Incluso los
desarrollados como Estados Unidos, Japón y los europeos, tienen tasas
importantes para proteger a sus industrias, aun cuando por la madurez de sus
economías podrían vivir sin estos mecanismos.
A su vez, Graciela Staines, catedrática
de la Facultad de Derecho de la UNAM, aseguró que el desafío para la
globalización es construir un núcleo de derechos humanos individuales,
sociales, ambientales y laborales, así como de la salud, la información
pública, la intimidad y la diversidad cultural.
La globalización, como posibilidad de
desarrollo, no garantiza que los individuos o sus formas de organización
política comprendan las implicaciones de ésta.
La ex secretaria técnica de la Cámara de
Diputados indicó que “la revolución científico–tecnológica ha provocado una
fractura en el orden mundial que se gesta en el renacimiento y los estados
nacionales. Esa fractura revela que la estructura de poder es insuficiente y
débil”.
Sostuvo que la historia del
capitalismo, en sus diversas modalidades, es también la historia de la
globalización, ya que no borra las desigualdades ni las contradicciones de la
vida social nacional y mundial.
Por su parte, el investigador
del Colegio de México, Carlos Alba Vega, subrayó que la globalización en México
ha afectado los ámbitos financiero, social, cultural y político.
Ante este fenómeno la
identidad nacional más que desaparecer se refuerza, pero pone en tensión dos
conceptos clásicos de la política: soberanía y ciudadanía.
La soberanía se transforma y
pone en cuestión su categoría clásica, mientras que la ciudadanía se reformula
en su concepción original, dado que se plantea con más insistencia que los
derechos humanos se refieren al individuo sin importar el Estado nación a que
pertenezca.
En materia financiera,
especificó, ante las nuevas reglas de la competencia internacional, el país se
ve obligado a aumentar las ventajas comparativas para ofrecerse
internacionalmente a través de la reducción de niveles salariales, los cuales
se pueden dar con una devaluación y no sólo por la contención de salarios, o
los cambios en la reglamentación laboral y la reducción de las cargas fiscales
para inversionistas y productores.
En cuanto a las consecuencias
sociales, abundó, la globalización en México significa un cambio en el mercado
de trabajo, al incrementarse el sector terciario ante la incapacidad del sector
industrial de absorber la fuerza de trabajo disponible en el mercado.
Otro aspecto es la expansión del sector
informal; la proliferación de los microestablecimientos, y el crecimiento de la
feminización del empleo y los cambios regionales de la ocupación, sobre todo en
las zonas centro y norte del país.
En el ámbito cultural, Alba Vega comentó
que la modernización capitalista no es uniforme y la globalización del México
multicultural se niega a modificar la marginación económica y social de las
etnias.
Para enfrentar a un mundo
globalizado, dijo, el país debe tener una capacidad de respuesta al cambio. El gobierno
tiene que establecer las normas, las leyes, rediseñar sus instituciones,
colocarse en una posición competitiva y ser suficientemente inteligente para
dar espacio de probabilidad de competencia a sus propios miembros.
El experto en temas de administración
pública insistió en la necesidad de que el gobierno establezca políticas
viables, internas y externas, de comercialización, toda vez que la
globalización se impone como una realidad mientras “nuestras normas e
instituciones pertenecen a los años pasados”.
Estudioso de los problemas del
federalismo y el gobierno local, García del Castillo señaló que la visión de
muchos gobiernos locales, estatales y municipales está lejos de la globalidad,
es decir, “tienen muy poca idea de lo global y sus consecuencias. Parecen ver
este concepto como un decorado y no como el lugar en donde viven”.
Si queremos un crecimiento
sustentable, para México las diferencias regionales internas deben desaparecer.
Por ello, concluyó, las políticas compensatorias tienen un doble reto: igualar
las condiciones internas y encontrar formas alternativas de crecimiento que las
hagan competitivas.
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Carlos Sola, del
Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey; Ruperto Patiño
Manffer, jefe de la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Derecho,
y Carlos Alba Vega, del Colegio de México, durante el Coloquio
Interdisciplinario "Globalización, Derecho y Constitución"
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Ruperto Patiño
Manffer, jefe de la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Derecho
de la UNAM, dijo que la globalización ha provocado la pérdida de soberanía de
las naciones emergentes. Participó en el Coloquio Interdisciplinario
"Globalización, Derecho y Constitución"
FOTO 3
Al participar en
el Coloquio Interdisciplinario "Globalización, Derecho y
Constitución", que organizó la Facultad de Derecho de la UNAM, el
investigador del Colegio de México, Carlos Alba Vega, dijo que la globalización
ha provocado, entre otras cosas, el crecimiento del sector terciario
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Rodolfo García
Castillo, del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), durante su
participación en el coloquio