Boletín UNAM-DGCS-0307
Ciudad Universitaria
Pies de fotos al final del boletín
NO HAY POLÍTICAS
PARA PREVENIR LA POBREZA: DAVID IBARRA MUÑOZ
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El integrante de la Comisión Económica para América Latina, agregó que
esta situación representa una grave debilidad
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En la Facultad de Economía de la UNAM, el representante del Banco
Mundial, Joost Draaisma, advirtió que ese organismo internacional está en
México por el combate a la pobreza y la inequidad distributiva del ingreso
La pobreza no sólo se ataca al mitigar sus
efectos, sino mediante la prevención, hecho del que "estamos a varios años
luz de lograrlo, tanto en las políticas que se recomiendan como en los esquemas
nacionales", lo cual representa una grave debilidad, aseguró David Ibarra
Muñoz, integrante de la Comisión Económica para América Latina, sede México.
Al participar en el Seminario de Reflexión
sobre la Cumbre del Financiamiento para el Desarrollo, organizado por la
Facultad de Economía de la UNAM, destacó que se pone mayor atención en el
desarrollo, necesario pero no suficiente para aplacar la pobreza.
El especialista indicó que hay un mundo
globalizado, pero se carece de un referente político universal que compagine lo
económico con lo social y lo político. Por ello, la lección que da la historia
es que la liberación de los mercados es un gran motor de crecimiento y
expansión a futuro, pero ahora produce concentración del ingreso, de la riqueza
y malestares sociales costosos.
El fenómeno de la globalización, advirtió,
afecta y aterra a muchos latinoamericanos, porque "algo ha quedado
cojo", nuestra soberanía económica está sensiblemente disminuida. Cuando
se ceden todos los elementos de comercio, dijo, se afecta un gran número de
empresas y trabajadores.
En la Sala Multimedia "Octaviano Campos
Salas" de la FE, manifestó que existe la posibilidad de que este fenómeno
conduzca a un progreso mayor, pero ahora "nos mete en un proceso doloroso
de transición, porque no hemos sido capaces de diseñar mecanismos que permitan
la unidad política".
Planteó que detrás de la reunión de Monterrey
está el proceso de globalización que abarca prácticamente a todo el mundo. Se
ha tomado como un fenómeno económico desprovisto de connotaciones sociales,
políticas y distributivas. Es decir, sin todo lo que hace al conjunto de una sociedad
viva y cambiante.
Esta situación ha generado el aumento del
número de pobres y el florecimiento de unas cuantas empresas grandes. Tan sólo
en América Latina, el 98% de los negocios están en situación difícil, aseguró.
Por su parte, el representante del Banco
Mundial para México, Joost Draaisma, sostuvo que el recorte presupuestal recién
anunciado por el gobierno federal –10 mil 100 millones de pesos- es una
continuación de la política del 2001 para preservar la estabilidad
macroeconómica.
Sin embargo, se requiere un mayor consenso
entre la sociedad mexicana para aumentar los ingresos presupuestales que
permitan mayores ingresos sociales.
Advirtió que la justificación de la presencia
del Banco Mundial en México es el combate a la pobreza y la inequidad
distributiva del ingreso.
En particular, subrayó, el hecho de que
el país todavía tiene gran cantidad de gente en pobreza y pobreza extrema, debe
propiciar la búsqueda de formas para combatir este problema de manera más
efectiva, así como incorporar un mayor número de personas en el proceso de
desarrollo económico y social de México.
Señaló que la relevancia de los Consensos de
Monterrey para México es menor en términos de ayuda oficial para el desarrollo,
por el nivel de avance, pues el ingreso per cápita es de cinco a seis
mil dólares al año.
Joost Draaisma puntualizó que México no es
receptor de flujos de ayuda oficial para el desarrollo, y resaltó el énfasis
sobre algunas políticas orientadas hacia el mercado, la apertura comercial y de
la inversión extranjera, así como la necesidad de tener sistemas financieros
internos que canalicen los recursos hacia los proyectos más productivos.
A su vez, el catedrático de la FE, Clemente
Ruiz Durán, apuntó que los recursos destinados por las naciones más industrializadas
para impulsar el desarrollo de los países pobres muestran que la voluntad
política todavía es insuficiente y, por lo tanto, se requiere analizar otras
alternativas.
Además, agregó, "es claro que la ayuda
oficial para el desarrollo no es tan crítica para países de ingresos medios
como para los de menores recursos. Estos últimos, no han logrado impulsar una
fuerza endógena que permita impulsar su desarrollo, la ayuda que reciben es muy
baja en términos per cápita y tienen poblaciones enormes".
El economista universitario señaló que el
objetivo de esa reunión era contribuir a la discusión de cuántos recursos
adicionales se requerían para erradicar la pobreza, lograr un desarrollo
sustentable y un crecimiento económico sostenido.
Recordó que la Organización de las Naciones
Unidas (ONU) estableció como objetivo obtener 50 mil millones de dólares
adicionales de ayuda oficial para el crecimiento. La meta que se habían fijado
los países industriales para atender el problema de la pobreza era que todas
destinaran el 0.70% de su PIB para el 2000.
Al contrastar el porcentaje establecido con el
logrado, se encontró que Dinamarca destinó 1%, Holanda 0.84% y los demás
disminuyeron su aportación hasta llegar a Estados Unidos, que contribuyó con el
0.10%.
Bajo esta perspectiva, explicó Ruiz Durán, en
la actualidad la transferencia de ayuda oficial para el desarrollo es de 46 mil
millones de dólares y la que se estaría dando, si se hubiera logrado el
objetivo del 0.70, sería de 148 mil millones.
Recordó que previo a la cumbre de Monterrey, la
Unión Europea acordó aumentar la ayuda de 0.33 a 0.39% del PIB. Antes de ello,
Alemania aportaba el 0.27 contra 0.39, lo que aumenta de manera sustancial su
ayuda.
Sin embargo, los recursos adicionales que se
lograrían con este incremento, y el de Estados Unidos, que comprometió 10 mil
millones más, llegarían a 68 mil 444 millones; es decir, 22 mil millones de
dólares adicionales, por lo que no se logra la meta propuesta por la ONU de 50
mil millones más.
Empero, el economista reconoció que sí hay un
avance, ya que Estados Unidos sube el porcentaje de su ayuda del 0.10% al 0.17%
del PIB.
Por su parte, Salvador de Lara, funcionario de
la Secretaría de Relaciones Exteriores, destacó que la cumbre tuvo un primer
significado importante: la formalización del diálogo entre la ONU e instituciones como la Organización Mundial
del Comercio.
Además, hay un giro conceptual, ya que el
documento "Consenso de Monterrey" hace una ruptura con los
planteamientos realizados en las dos últimas décadas para promover el
desarrollo, que ponían al mercado como el centro de la solución de todos los
problemas, y aquél establece que debe haber una participación activa de todos
los actores, con el fin de solucionar el problema de la pobreza.
Otro avance de la cumbre es que en la mayoría
de los planteamientos hay una crítica explícita al tema de la condicionalidad
de los apoyos, y ahora se asegura que cada país es responsable y debe asumir su
desarrollo.
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FOTO 1
Roberto Escalante
Semerena, director de la Facultad de Economía de la UNAM, y David Ibarra Muñoz,
miembro de la Comisión Económica para América Latina, sede México, participaron
en el Seminario de Reflexión sobre la Cumbre del Financiamiento para el
Desarrollo
FOTO 2
Joost Draaisma,
representante para México del Banco Mundial, señaló que el organismo se
encuentra en el país debido a la pobreza y la inequidad distributiva del
ingreso. Participó en el Seminario de Reflexión sobre la Cumbre del
Financiamiento para el Desarrollo, organizado por la Facultad de Economía de la
UNAM
FOTO 3
Luis Miguel
Galindo, profesor de la Facultad de Economía de la UNAM, y Salvador de Lara,
funcionario de la Secretaría de Relaciones Exteriores, durante el Seminario de
Reflexión sobre la Cumbre del Financiamiento para el Desarrollo