Boletín UNAM-DGCS-0294
Ciudad Universitaria
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de foto al final del boletín
EL
CENTRO HISTÓRICO CAPITALINO NO SE PRIVATIZARÁ
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Guillermo Boils Morales, del Instituto de
Investigaciones Sociales (IIS), asegura que el rescate de la zona mejorará la
calidad de vida de vecinos y visitantes
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Es el Centro Histórico más grande de América: en 400
hectáreas se asientan decenas de edificios con un alto valor histórico o
arquitectónico
La restauración del Centro Histórico de la
ciudad de México no significa que la zona se vaya a privatizar, la inversión en
su rescate revitalizará inmuebles, muchos de ellos para fines habitacionales,
aseguró Guillermo Boils Morales, del Instituto de Investigaciones Sociales de
la UNAM.
Sin embargo, advirtió, al participar en el
programa capitales privados, es necesario se cumplan escrupulosamente las
normas de conservación del patrimonio histórico y arquitectónico de México,
para evitar que los propietarios, nacionales o extranjeros, limiten el acceso a
visitantes, cambien el uso de suelo o destruyan o sustraigan obras de arte
ubicadas en el interior de los inmuebles.
Destacó que, en términos legales, la alteración
o modificación de los edificios no es sencilla, ya que están catalogados y
cualquier modificación extraordinaria en su interior o exterior, debe ser
aprobada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia o por el
Instituto Nacional de Bellas Artes, según sea el caso.
El especialista en estudios de centros
históricos, comentó que el de la Ciudad de México es el más grande de América,
con una superficie de 400 hectáreas aproximadamente, donde se asientan 70
iglesias y decenas de inmuebles que forman parte del patrimonio histórico y
arquitectónico del país.
La conservación de una zona de esta magnitud,
representa un alto costo de mantenimiento, razón por la que el gobierno local,
al no contar con recursos económicos suficientes, tuvo que invitar a la
iniciativa privada para el rescate de la zona, lo cual, apuntó, implica riesgos
y ventajas.
Explicó que uno de los peligros de la
participación privada sería que algunos predios ya catalogados pasaran a ser
propiedad de empresas internacionales, pues “dentro del proceso de
globalización se desnacionaliza la propiedad de los inmuebles, y éste puede ser
a futuro un riesgo para el patrimonio del país”.
Dentro de las ventajas está que los inmuebles
serán revitalizados y eventualmente utilizados para fines habitacionales.
Evidentemente, dijo el académico, la prioridad
para los inversionistas es la obtención de ganancias y no el beneficio de la comunidad. Sin embargo,
consideró que sí habrá un beneficio social, pues al mejorar las condiciones de
edificios y plazas se dará mejor calidad de vida tanto a sus habitantes como a
los visitantes.
Fomentar el repoblamiento de la zona, apuntó
Boils Morales, es un objetivo importante para este proyecto, pues de acuerdo
con datos del INEGI, en 1990 la delegación Cuauhtémoc tenía 595 mil 960
habitantes y diez años más tarde su población descendió a 516 mil 256, es
decir, 80 mil personas (13.4 por ciento), salieron de la demarcación donde se
localiza la zona en cuestión.
Explicó que las razones principales de estos
desplazamientos fueron la delincuencia y el cambio de uso de suelo, al
utilizarse espacios que antes eran habitacionales como almacenes y talleres. Actividades
que incluso ponen en riesgo los edificios, al obligarlos a soportar cargas para
las que no fueron diseñados.
En ocasiones, agregó, se derrumban muros y se
utilizan nuevos materiales con más peso, como las viguetas de concreto”.
Otros problemas que enfrenta el Centro
Histórico para su rescate y la reactivación de las actividades turísticas en su
perímetro, son la delincuencia y el ambulantaje, de ahí la necesidad de mejorar
la seguridad y repoblarlo.
Reconoció que erradicar el ambulantaje será muy
difícil mientras aumenta el desempleo por la concentración de la riqueza en un
reducido sector de la población.
Asimismo, el investigador lamentó que los
recursos invertidos en el proyecto de rescate del Centro Histórico se canalicen
en su gran mayoría a las zonas ubicadas al poniente y al sur del Zócalo, pero
no al norte o noreste, donde también se localizan importantes edificios
históricos que han sido olvidados tanto por el gobierno federal como el local.
Quizá para algunos resulte riesgoso invertir en la colonia Morelos, agregó.
Boils Morales destacó el papel que juega la
UNAM en el proceso de conservación y mantenimiento del Centro Histórico, a
través de la casi media docena de inmuebles de gran valor que forman parte
del patrimonio universitario.
Finalmente, el investigador resumió que el
problema de los edificios históricos en nuestro país radica en la ignorancia,
pues hay un desconocimiento del valor estético y simbólico, e impera el
económico.
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Guillermo Boils
Morales, investigador de la UNAM, explicó que los trabajos de restauración del
Centro Histórico no deben calificarse como un proceso de privatización de la
zona.