06:00 hrs. Marzo 30 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-0289

Ciudad Universitaria

 

 

Pie de foto al final del boletín

DESNUTRICIÓN, PROBLEMA GRAVE EN EL SURESTE DE MÉXICO

 

·        Héctor Bourges Rodríguez, académico de la UNAM, dijo que a nivel nacional el 17% de los niños con este padecimiento tiene estatura por debajo del límite normal, según su edad

·        En las zonas rurales es un asunto serio y preocupante que afecta, sobre todo, a los menores de tres años

 

La desnutrición es un grave problema de salud en el país, que afecta, en algunos estados como Guerrero hasta al 70% de los infantes, advirtió el catedrático de la Facultad de Química (FQ), Héctor Bourges Rodríguez.

 

Pese a que la urbanización permitió que en los últimos diez años disminuyera la desnutrición, en las zonas rurales, dijo, es una situación seria y preocupante entre los menores de tres años, de los cuales el 17% de quienes la padecen tiene una estatura por debajo del límite normal de acuerdo a su edad.

 

A esto, advirtió, se suma la anemia por deficiencia de hierro que se presenta durante el segundo año de vida -50% de los casos se registra en esta etapa-, aunque durante los siguientes tres tiene una disminución paulatina. 

 

Aunque la desnutrición está íntimamente ligada a la pobreza, explicó, las grandes diferencias entre una región y otra dependen también de la zona que se trate, ya sea rural o urbana.


Las costumbres también influyen en detrimento de la salud del pequeño, porque una vez que deja de tomar leche materna –entre los seis y 12 meses– se le da la dieta del adulto, con una casi nula variedad de alimentos, acotó.

 

Según información de la Organización de las Naciones Unidas para la Protección a la Infancia (UNICEF) Yucatán, Chiapas, Quintana Roo, San Luis Potosí, Oaxaca, Hidalgo, Puebla y Guerrero son las entidades donde se evidencian más las altas tasas de desnutrición del país, con indicadores de talla y peso inferiores que el promedio nacional entre los infantes de su edad.

 

Añade que en las zonas rurales el 7.5% de todos los niños y las niñas menores de cinco años presentan desnutrición severa o bajo peso por su edad.

 

En 1996, agrega el organismo internacional, en comunidades indígenas la tasa de bajo peso fue de 8.3% y en las áreas no indígenas de 3.2%.

 

El también director del Departamento de Nutrición del Instituto Nacional de Nutrición “Salvador Zubirán”, destacó que las inadecuadas condiciones de higiene, la sustitución de alimentos nutritivos por los que no lo son, y la falta de recursos, contribuyen a la desnutrición infantil en el país.

 

Así, informó, en México la leche materna se sustituye por atoles, en el Caribe por agua con azúcar y en Asia por agua de arroz, que son buenos para el infante, pero no cubren la dieta ni tienen los suficientes nutrimentos.

 

A pesar de ser el sur y sureste las zonas con mayor riqueza natural, se presentan los índices más elevados de desnutrición, e incluso llegan a ser hasta graves; el centro tiene una escala intermedia, y el norte -Sonora, Coahuila, Chihuahua y Sinaloa- y la península de Baja California presentan el menor nivel.

 

De la zona más afectada, especificó, destacan los estados de Guerrero, Chiapas, Yucatán, Oaxaca y Veracruz, siendo el primero de ellos el que tiene las cifras más negativas con cerca del 70% de los niños con desnutrición o retraso en el crecimiento. De ese porcentaje, el 10% se encuentra en situación muy grave.


 

El profesor de ciencias químicas precisó que en la entidad guerrerense, es peor la situación de los pobladores de la montaña –del lado colindante con Oaxaca– que los de la costa.

 

Las principales causas por las cuales se registra este fenómeno en condiciones tan desiguales, abundó, son: socio–económicas, de comunicaciones e infraestructura. Hay poblados muy pobres e incomunicados que tienen cuando mucho un mercado pequeño o ni siquiera eso.

 

Respecto a la región norte del país, expuso Bourges Rodríguez, aunque no tiene la riqueza natural del sur y sureste y hay pobreza en algunas zonas, cuentan con elementos a su favor: es una superficie plana y de mayor accesibilidad; las comunidades son pequeñas, hay poca población y no están tan aislados y, por ser comunidades recientes, tienen menores conflictos sociales internos.

 

Según los indicadores –peso del niño en relación con el peso adecuado para su edad–, alrededor del 8% padece desnutrición y, de este porcentaje, el 2% se encuentra en situación grave.

 

 

Los síntomas más evidentes de un niño desnutrido son: duerme más, juega menos y recibe menos estímulos, por lo tanto, su mente está menos entrenada que la de un niño sano.

 

A futuro, sostuvo, el crecimiento de un infante desnutrido es menor, tiene mayor propensión a las infecciones por las bajas defensas en su organismo y, al llegar a la adultez, sus capacidades físicas se reducen.

 

En el caso de la anemia por deficiencia de hierro, refirió el académico de la UNAM, la cual existe en todo el mundo, sobre todo en mujeres y

niños, el especialista consideró que es grave porque reduce la capacidad de las defensas del organismo infantil y con ello la física y de aprendizaje.

 

Debido a que el niño presenta una menor movilidad e interés por el juego, se retrasa su aprendizaje de la vida cotidiana, con la consiguiente afectación de su vida futura, anotó.

 

Un menor sin problemas percibe todos los estímulos a que está expuesto: sonidos, palabras, afectos, colores, entre otros.


 

En el caso de las mujeres, al crecer con baja talla y peso cuando están en etapa reproductiva tienen menos espacio en sus vientres, por lo que los productos nacen más pequeños. Este hecho se asocia con una mayor mortalidad en el primer año de vida.

 

 

-o0o-

 

PIE DE FOTO

Héctor Bourges Rodríguez, académico de la Facultad de Química de la UNAM, advirtió que la desnutrición es un grave problema de salud en México