06:00 hrs. Marzo 29 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-0286

Ciudad Universitaria

 

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IMPORTANTES APLICACIONES DE LA RADIACIÓN EN LA ENSEÑANZA, LA INVESTIGACIÓN Y LA INDUSTRIA

 

·        Se utiliza en cosméticos y condimentos naturales deshidratados, por ejemplo

·        El Instituto de Ciencias Nucleares (ICN) de la UNAM apoya en esta labor

·        Muchos relacionan su empleo con accidentes y eventos nefastos: Epifanio Cruz Zaragoza, coordinador de la Unidad de Irradiación y Seguridad Radiológica

 

Además de su aplicación en la investigación y la enseñanza, diversos productos, principalmente cosméticos, esencias, colorantes, champús y aceites minerales, así como condimentos naturales deshidratados, son esterilizados en la Unidad de Irradiación y Seguridad Radiológica (UISR) del Instituto de Ciencias Nucleares (ICN) de la UNAM.

 

Alrededor de 8 toneladas de productos provenientes de 43 empresas pequeñas son irradiados cada semana en el aparato Gammabeam, señaló Epifanio Cruz Zaragoza, coordinador de la UISR.

 

Al irradiar un producto, aclaró, no se contamina radiactivamente porque este procedimiento se realiza de manera controlada. Ésta ocurre, especificó, cuando las fuentes de radiación ’son abiertas’, es decir, el material se escapa, en forma de gas, polvo o solución, y se adhiere a la muestra.


Comúnmente, dijo el investigador, “si se le dice al público que los productos han sido procesados por radiación, generalmente cree que esto significa que están contaminados, que están radiactivos y que no los deben consumir, y no es cierto”. Los productos expuestos quedan ionizados y libres de gérmenes patógenos causantes de enfermedades.

 

Lo que ha confundido a los consumidores es el amarillismo con que  se vincula a la radiación “con accidentes y eventos nefastos”. Nosotros, agregó el experto, usamos la radiación de forma segura y con fines pacíficos, para la esterilización, esto es, eliminar gérmenes patógenos.

 

En la UISR, que por el trabajo desarrollado obtiene recursos para mantener el Gammabeam, se irradian unas 30 muestras mensuales para fines de investigación de la UNAM, del Instituto Politécnico Nacional, de las universidades Autónoma Metropolitana y la Veracruzana, así como del Tecnológico de Zacatepec, Morelos, y del Instituto Nacional de la Nutrición.

 

De los proyectos de investigación que se realizan en dicha Unidad, Cruz Zaragoza destacó el que llevan a cabo con la Universidad de Sonora y la Autónoma de Madrid, el cual busca detectar si un producto ha sido irradiado. “Estamos analizando cómo cambian sus propiedades –particularmente de la harina de trigo y el chile guajillo, de alto consumo en México– cuando son expuestos a la radiación”.

 

El problema, dijo, proviene de la apertura comercial de las fronteras sin control, pues es posible que países europeos o americanos nos vendan, por ejemplo, cereal que ha sido irradiado, y si ese material se vuelve a esterilizar –porque se contaminó por bacterias u hongos al estar almacenado o durante su manejo– se degradaría en sus propiedades nutricionales. Ahí está una importancia social del proyecto del grupo que puede incidir en la salud de la población, además de la experiencia académica que se genera en el laboratorio.

 

Un objetivo fundamental del irradiador Gammabeam, el cual está trabajando en un 95% de su capacidad, es el apoyo a la enseñanza. Por ello, ofrece al menos tres cursos anuales de seguridad radiológica que sirven de iniciación o actualización a quienes trabajan con material radiactivo en la universidad y también de apoyo a estudiantes de posgrado.

 

“Tan sólo en la UNAM hay 12 dependencias que usan material radiactivo, y de ellas 7 lo emplean como fuentes abiertas”, aseveró el investigador.

 

El Gammabeam, explicó, consta de una alberca profunda donde se almacenan15 fuentes radiactivas en forma de lápices, las cuales  suben y bajan a través de un mecanismo neumático y un sistema de control remoto. El agua, señaló, es un escudo natural llamado blindaje contra la radiación “cuando haya una distancia de más de 5 metros”, como en este caso.

 

Para seguridad contra la radiación, añadió, tiene un acceso en forma de laberinto, un sistema de alarma y detección de posibles fallas del sistema y de radiación; otro de control manual de emergencia, para evitar que alguien quede atrapado, y del nivel de agua por si sufre fisuras la piscina; alarmas contra incendios; interruptores automáticos, que se activan en caso de sismo, y una planta purificadora del agua que utiliza, entre otros.

 

Se trata de un equipo muy seguro. No se ha presentado ningún incidente hasta la fecha, debido a las estrictas medidas que requiere el equipo para su funcionamiento.

 

El irradiador Gammabeam, diseñado por la compañía canadiense MDS Nordion, está sometido a la reglamentación oficial respectiva, de la cual vigila su cumplimiento la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardias.

 

El edificio donde se encuentra, acotó, es una instalación diseñada ex profeso para el irradiador, pues “no se puede tener tal cantidad de material radiactivo improvisadamente”. La cámara de irradiación tiene un blindaje especial y alcanza una densidad de concreto con óxido de bario de 2.46 gramos por centímetro cúbico, cuando en la estructura normal de las casas es de 1.5 a 2 gramos por centímetro cúbico.

 

“En un futuro –aseveró Cruz Zaragoza– necesitaremos incrementar la capacidad del irradiador aumentando la cantidad de material radiactivo en piscina, para ello tenemos ya un blindaje suficiente. Podemos albergar hasta 280 mil curies”. Hasta el momento, el nivel de exposición mayor que han alcanzado proviene de 62 mil curies en piscina.

 

En México, concluyó, existen dos irradiadores gamma de uso industrial, pero la UNAM es la única universidad latinoamericana que cuenta con un irradiador con estas características y que persigue fines de investigación, enseñanza y apoyo parcial a la industria.

 

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PIE DE FOTO

La UNAM cuenta con un irradiador Gammabeam, donde entran cada semana alrededor de 8 toneladas de productos provenientes de 43 empresas pequeñas, afirmó Epifanio Cruz Zaragoza, coordinador de la Unidad de Irradiación y Seguridad Radiológica del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM