06:00 hrs. Marzo 28 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-0284

Ciudad Universitaria

 

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RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS A TRAVÉS DEL DIÁLOGO Y LA DEMOCRACIA, O MILITARIZACIÓN DEL PAÍS

 

·        Los ciudadanos carecen de cultura de la responsabilidad: Jorge Lumbreras

·        Vivimos una oligarquía democrática; hay incredulidad en los  partidos políticos, agregó

 

El riesgo que enfrenta México es que se “militarice ante la incapacidad de procesar, a través del diálogo y la democracia, los conflictos sociales”, afirmó Jorge Lumbreras Castro, académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales.

 

Hoy, dijo, la democracia es un  problema de reparto político, el país se ha convertido en un botín por excelencia, con cien millones de personas a las cuales robar. Ésta, destacó, se ha visto afectada porque los grupos que asumieron el cambio en el poder -la alternancia política-, hoy son el mayor obstáculo para el desarrollo de la misma.

 

Explicó que tal situación obedece a que la democracia en México carece de compromiso o política social de Estado y, por el contrario, se observa una oligarquía democrática, donde unos pocos gobiernan y toman decisiones sin principios o valores.

 

Asimismo, la falta de ética de los partidos provoca una creciente inconformidad entre la organización social contestataria, reflejada en la insurgencia o la violencia, porque se trata de una nación donde hay 50 millones  de pobres y 30 millones en pobreza extrema a los que deberán sumarse otros dos millones en el presente año.

 

La carencia de ética de los gobernantes, así como la falta de una cultura de la responsabilidad ciudadana, es lo que ha originado la falta de credibilidad en los partidos políticos.

 

Un organismo de este tipo, dijo, puede ganar en las urnas a través de mentiras, pero en el momento en que la ciudadanía ve que sus promesas no se cumplieron ni se cumplirán, viene la desconfianza, la incredulidad, el escepticismo y la violencia.

 

En entrevista, Lumbreras enfatizó que “no  puede haber credibilidad cuando el gobierno -como ocurre en la actualidad- destina los recursos públicos a mentir sistemáticamente a la población; llega un punto en que esto agota el mercado político y hace que la población se muestre escéptica”, agregó.

 

En cuanto a las instituciones gubernamentales, dijo, se encuentran desbordadas al tiempo que las leyes necesitan transformarse y mejorarse. Un Estado sin instituciones sólidas, sin capacidad para afrontar el conflicto social, es un gigante ciego y lo que podemos tener aquí es la apertura del autoritarismo que no necesariamente derive en que la sociedad salga y asalte las tiendas como en Argentina, pero sí en una creciente violencia de parte del gobierno.

 

Sin embargo, aclaró el académico, la ciudadanía es responsable del gobierno que tiene, por ello la gente debe aprender a votar, a tomar una decisión, a elegir cómo quiere vivir y bajo qué gobierno, porque si esto no sucede, tampoco es válido que se diga sorprendida o engañada.

 

Por otra parte, habló de la pluralidad en las instituciones políticas y de la credibilidad de los nuevos partidos, que no han justificado su presencia en el espacio público.

 

Puntualizó que si bien le dan voz a ciertas minorías de la sociedad que  no se sentían representados en los partidos y contribuyen a la pluralidad política; resultan muy caros y en algunos casos, pareciera que pervierten el sistema político.

 

Detalló que muchos de estos organismos representan a grupos económicos que requieren presencia política a través de los partidos. Sin embargo, reconoció que hay excepciones donde debe reconocerse el  carácter ético, donde se le apuesta a la pluralidad, pero  la gente les da la espalda.

 

Se trata de un gravísimo problema, donde los partidos políticos están ante la disyuntiva de transformares internamente, o se alejan de la sociedad o empiezan a comprometerse, advirtió.

 

Si los partidos políticos se alejan de la confianza ciudadana, se convierten en parte del espectáculo político que a la postre, redundará en la inexistencia ciudadanía a la cual gobernar; ese es el punto y el dilema de la Presidencia de la República, de estimular un desarrollo político ético, una democracia como forma de vida y posibilidad de elegir cómo vivir libre y dignamente, concluyó.

 

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Jorge Lumbreras Castro, académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, señaló que México enfrenta el riesgo de militarizarse ante su incapacidad de procesar los conflictos sociales a través del diálogo y la democracia