06:00 hrs. Marzo 26 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-0278

Ciudad Universitaria

 

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AFECTAN AL PULQUE LA MALEDICENCIA Y RACISMO

 

·        A partir de 1940 fue considerada bebida inmunda, propia de albañiles y de pobres del campo y la ciudad, explicó Mario Ramírez Rancaño, del Instituto de Investigaciones Sociales

·        El barón de Humboldt sostuvo en el siglo XIX que la combinación del pulque con otros alimentos permitió a los indígenas mexicanos mantener un perfecto estado de salud

 

Mientras que el pulque fue erradicado del gusto de los consumidores por la maledicencia y el racismo, se aumentó la predilección por el tequila sin que se incrementara la producción de magueyes tequileros, la cual permaneció igual de 1900 a 1999, señaló Mario Ramírez Rancaño, del Instituto de investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM.

 

Recordó que en una época, el pulque fue considerado la bebida de los dioses, y en otra fue “más amada que la patria misma”.

 

El universitario, autor del texto Ignacio Torres Adalid y la Industria Pulquera, señaló que en la década de los 40 del siglo pasado, debido a que en la percepción de la sociedad se consideró como una bebida inmunda, propia de los albañiles y de los sectores más empobrecidos tanto del campo como de la ciudad, el pulque fue satanizado y vilipendiado.

 

Indicó que a partir de la Segunda Guerra Mundial, el pulque empezó a ser sustituido y superado por el tequila, debido a las campañas racistas que hicieron estragos en el consumo de la bebida, que formó parte de la dieta de los mexicanos por mucho tiempo.

 

“Es una pena –dijo– que el pulque, el néctar que alguna vez alimentó a los vencidos, se haya extinguido de la dieta típica de los mexicanos, basada en tortilla, frijol, picante y pulque”.

 

Indicó que desde la época del Porfiriato –cuando las haciendas pulqueras se convirtieron en prósperas fincas– hubo fuertes campañas racistas contra la  bebida.

 

Durante esa época, el consumo del pulque se generalizó: campesinos, obreros, clases medias e incluso clases altas, lo bebían. El esplendor de la bebida surgió con la presencia de los ferrocarriles y el líquido pudo llegar en cuestión de horas a muchos puntos de la República.

 

Destacó que en ese periodo, el 40% de la carga diaria de los ferrocarriles era pulque, producido en una veintena de entidades federativas, pero el 80% de la producción provenía, principalmente, de Hidalgo y el Estado de México.

 

El establecimiento de pulquerías se reglamentó, lo que permitió que en la ciudad hubiera un establecimiento de ese tipo cada 60 metros. La bebida se convirtió así en el gran negocio para muchos hacendados del México central, comentó Mario Ramírez.

 

Explicó que, en cierta medida, el pulque contiene sustancias alimenticias. En el siglo XIX, Humboldt sostuvo que ese producto extraído del maguey, en combinación con los otros alimentos, permitió a los indígenas mexicanos mantenerse en perfecto estado de salud.

 

Ramírez Rancaño refirió que en la década de los 70 el pulque desapareció como industria. “La leyenda negra, el estigma sobre la bebida ancestral, hizo grandes estragos en ella, hasta quedar casi en el olvido”, añadió.

 

Apuntó que los expendedores del pulque contribuyeron también a su declive, pues la adulteración de éste para hacerlo rendir y sacarle mayores ganancias, favoreció su “desgracia”.

 

Por otra parte, comentó que el pulque no es el único producto que se obtienen del maguey, de esa planta se produce, desde antaño, papel, azúcar, así como productos medicinales, entre otros.


 

Recordó que durante el porfiriato, debido a las intensas campañas antialcohólicas, los hacendados se percataron de que el pulque estaba en peligro y buscaron mecanismos alternos para que la industria no se desmoronara.

 

De esa manera, dijo, se produjeron medicamentos extraídos del maguey para tratar enfermos de próstata, vejiga y uretra, mismos que se vendían en las principales farmacias de la ciudad de México, Nueva York y San Antonio, Texas.

 

Con el reparto agrario, las haciendas quedaron fragmentadas, los campesinos recibieron la tierra en ejidos y ello acabó con una buena parte de la producción de magueyes y, por ende, fue un aspecto negativo más que afectó a la industria del pulque, concluyó.

 

 

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El pulque fue erradicado del gusto de los consumidores por la maledicencia y el racismo, señaló Mario Ramírez Rancaño, del Instituto de investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM