Boletín UNAM-DGCS-0276
Ciudad Universitaria
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de foto al final del boletín
LA GLOBALIZACIÓN,
PERJUDICIAL PARA EL SINDICALISMO EN MÉXICO
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Apenas el 14% de los casi 34 millones de trabajadores están
sindicalizados: Javier Aguilar, del IIS
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Han disminuido sus prestaciones y muchos no cuentan con seguridad
social, agregó
La tendencia mundial hacia la globalización y
la adopción de políticas neoliberales ha originado la disminución de los
espacios tradicionales de participación de los trabajadores, como los
sindicatos –sólo el 14% de la población ocupada está sindicalizada-, afirmó
Javier Aguilar García, del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS).
Tal es el caso del sindicalismo mexicano, que
en la actualidad atraviesa por un proceso de reestructuración que implica
desventajas sustanciales en los convenios y contratos colectivos de trabajo.
Como consecuencia de dichas tendencias, se han
debilitado los derechos laborales obtenidos por los trabajadores a través de
varias décadas.
Por ejemplo, precisó, en México la población ocupada
es de 33 millones 730 personas, de las cuales hasta el año 2000, 11 millones
estaban afiliados al IMSS y dos millones 350 mil al ISSSTE, es decir, alrededor
de 20 millones no cuentan con seguridad social, refirió el sociólogo.
Mientras en el año 1997 el total de
sindicalizados era de cuatro millones
451 mil trabajadores, en el año 2000 esta cifra apenas creció a cuatro millones
703 mil, es decir, de una población ocupada de casi 34 millones, 30 millones no
están sindicalizados -86%-.
El autor de La población trabajadora y
sindicalizada en México en el periodo de la globalización indicó: "Esto
significa que muy poca población mexicana ocupada cuenta con un contrato
colectivo de trabajo, prestaciones, sistema de retiro y seguridad social".
Además, dijo, esta situación ha sido reforzada
debido a la recomendación que han hecho algunos organismos internacionales de
dar mayores facilidades a las empresas en las formas de contratación de
personal.
Para ello, abundó, se han creado contratos por
hora, de aprendizaje o por obra
determinada; asimismo, se ha incrementado la rotación de personal con el fin de
que el trabajador no se especialice en alguna actividad, ni tenga un horario
fijo.
Ejemplo de ello, son las maquiladoras donde se
aplican estas formas de contratación que no son muy legales y tampoco
benefician a los trabajadores, sostuvo.
A pesar de ello, refirió, estas medidas han
funcionado porque de 1982 al 2000 el número de trabajadores empleados por las
maquiladoras pasó de cien mil a un millón 200 mil.
Esta situación, enfatizó, representa una grave
pérdida para los sindicatos, los cuales, en el pasado, eran capaces de influir
en la elaboración y puesta en marcha de las políticas económicas y sociales, y
en la actualidad ya no son capaces de hacerlo.
Es un hecho, agregó, que la idea de
sindicalismo mexicano se ha desvirtuado y no por las acciones de los
trabajadores, sino porque muchos líderes sindicales se han olvidado de sus
funciones como representantes de los intereses de los trabajadores.
Por ello, es preciso que en este momento los
sindicatos cuenten con líderes más auténticos y sensibles a las necesidades de
los trabajadores.
En la actual coyuntura política, estas
asociaciones tienen la gran oportunidad de ya no depender de ningún partido.
"Ahora pueden revisar sus bases y reorganizarse para influir decisivamente
en las políticas de gobierno".
Los mexicanos necesitamos una política
económica que permita el crecimiento y sea capaz de otorgar empleo permanente.
Esta es la mejor manera de mejorar la situación de la clase trabajadora,
concluyó.
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Mientras en el
año 97 el total de sindicalizados era de cuatro millones 451 mil trabajadores,
para el año 2000 esta cifra sólo creció a cuatro millones 703 mil, dijo Javier
Aguilar García, del Instituto de Investigaciones Sociales