06:00 hrs. Marzo 25 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-0274

Ciudad Universitaria

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EXISTE MAYOR EQUILIBRIO ENTRE LOS PODERES EJECUTIVO, LEGISLATIVO Y JUDICIAL

 

·        Sin embargo, todavía tienen sobresaltos y trastabilleos, por el nulo funcionamiento que tuvieron durante décadas, dijo Moisés Pérez Vega, académico de la ENTS

·        Por su papel fundamental en la democracia, los poderes requieren ahora transformarse y fortalecerse, agregó

 

Existe un mayor equilibrio y compartimento de responsabilidades entre los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, a pesar de los sobresaltos y trastabilleos ocasionados por el nulo funcionamiento que tuvieron por décadas y como parte de esta nueva práctica democrática, afirmó el académico de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS), Moisés Pérez Vega.

 

Sin embargo, y aun cuando son más activos e independientes, resaltó, estos contrapesos dispuestos en la Constitución todavía mantienen inercias, porque el cambio será paulatino y no de un momento a  otro.

 

El especialista en sistemas de gobierno y partidos políticos precisó que por su papel fundamental en la consolidación democrática, los poderes públicos federales requieren transformarse y fortalecerse para lograr su modernización interna.

 

La ciudadanía, por su parte, deberá exigir una mayor transparencia en la relación entre el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, porque hay negociaciones por “debajo de la mesa” o cabildeo propios de sistemas democráticos, consideró.

 

Lo que no se puede aceptar, advirtió, son acuerdos entre las fuerzas políticas en función de prevendas y favores mutuos. “Bienvenida sea la negociación y la discusión de iniciativas, pero no a oscuras, por intereses o favores entre los diferentes partidos”.

 

La negociación de la transparencia o la exigencia de abatir la corrupción en función del apoyo a una iniciativa gubernamental por parte de un partido político, es un esquema “perverso y de lo más perjudicial para el sistema democrático”.

 

El también estudioso de los procesos electorales puntualizó que la pluralidad política ha activado estos contrapesos, los cuales no funcionaban porque el monopolio de un solo partido y la supremacía del Ejecutivo sobre el Congreso de la Unión, impedían que el Legislativo actuara como un balance real de las decisiones del primero.

 

En esta relación de mayor equilibrio entre los tres poderes, en la que dada la conformación plural del Legislativo ya se perdió la mayoría absoluta de algún partido político, planteó, se genera el balance, hay discusión de las iniciativas presidenciales y se mantiene un Congreso más vigilante de las acciones del Ejecutivo, mientras el Poder Judicial tiene actividad en decisiones fundamentales para la vida política y social del país.

 

Con la pluralidad de los poderes públicos federal, estatal y municipal,  se genera una dinámica con una Presidencia acotada, vigilada en mayor medida por el Legislativo y, en consecuencia, con la necesidad de negociar ahora las iniciativas y proyectos de gobierno.

 

En entrevista sobre las relaciones entre los tres poderes, Pérez Vega explicó que en el esquema del pasado, el presidente actuaba como jefe del partido mayoritario –el PRI–, y había una conducta dócil a sus iniciativas que llegaban al Congreso y se aprobaban sin mayor discusión.

Detalló que en el caso del Poder Legislativo, a pesar de los intentos y la voluntad del Congreso por funcionar como contrapeso real del Ejecutivo, en ocasiones se reflejan los desajustes, desconciertos y problemas propios de la nueva dinámica democrática. Por esto, debe transformarse, perfeccionarse, afinarse y estabilizarse para asumir su rol y lograr mayor equilibrio entre ellos. Hasta hoy los intentos son loables, pero todavía falta avanzar en su fortalecimiento.

 

Ejemplificó con el tema de la reelección parlamentaria, una de las reformas fundamentales para el Legislativo y la cual entraría en la agenda del próximo periodo ordinario de sesiones. Su aprobación permitiría el fortalecimiento de la carrera legislativa, se profesionalizaría la labor de los diputados, y los ciudadanos tendrían la capacidad de castigar o premiar su desempeño.

 

En el caso del Poder Judicial, expuso el catedrático, en los últimos años actúa de manera autónoma y asume su actitud de garante de la Constitución, “que antes no veíamos en la etapa del presidencialismo exacerbado”, con decisiones muy controversiales.

 

Hoy, este poder asume sus atribuciones constitucionales, al decidir en forma autónoma sobre temas polémicos como la ley Robles, sobre el aborto en determinadas circunstancias, o la libertad sindical.

 

Esto demuestra, acotó, que el Poder Judicial toma determinaciones que hablan de una reinserción en la vida política y jurídica del país. En una democracia el árbitro jurídico debe ser la SCJN y por muchos años esta labor la desempeñó el Poder Ejecutivo.

 

En los ámbitos estatal y municipal, el politólogo destacó que desde 1989 fue donde empezó la división de poderes, cuando los gobernadores eran de un partido y los congresos locales tenían mayoría de institutos opositores.

 

 

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Moisés Pérez Vega, académico de la Escuela Nacional de Trabajo Social, dijo que los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial han logrado el equilibrio en su relación y compartido responsabilidades