13:30 hrs. Marzo 19 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-0253

Ciudad Universitaria

 

 

 

Pies de fotos al final del boletín

NECESARIA MAYOR EQUIDAD EN EL FONDO MONETARIO INTERNACIONAL

 

·        La economista Eugenia Correa aseguró que el principal problema económico y financiero de los países en desarrollo es la condicionalidad que se les ha impuesto

·        La situación económica mundial es muy desalentadora y grave para la mayor parte de la humanidad, añadió

·        De 1980 a 2000, la deuda externa de estos países pasó de 586 mil 671 millones de dólares a 2 billones 527 mil 478 millones de dólares: Alicia Girón, directora del IIEc

 

Democratizar la conformación del Fondo Monetario Internacional (FMI), para que cada país sea un voto, y cambiar la condicionalidad para hacer posible que los países destinen más recursos a la salud y a la educación que al pago de intereses de las deudas externas e internas, son cuestiones fundamentales que se deben discutir en el Consenso de Monterrey.

 

Aseguró lo anterior Eugenia Correa, del Instituto de Investigaciones Económicas, quien explicó que el principal problema económico y financiero del mundo en desarrollo y de América Latina es la condicionalidad impuesta a estos países, lo cual los ha llevado a hundirse en la recesión.

 

En conferencia de prensa, dijo que mientras Estados Unidos, al entrar en desaceleración económica o crisis, aumenta el crédito, el gasto público y disminuye sus tasas de interés, el resto del mundo, en especial las naciones deudoras, profundizan su recesión mediante la baja de su crédito y del gasto público, además de aumentar las tasas de interés.

 

Comentó que esa disparidad en la condicionalidad del FMI se debe a que está gobernado por las cuotas de los países representados, en lugar de que funcione en relación de uno a uno, o según su población.

 

La economista propuso que ante los errores cometidos por el FMI, reconocidos de manera pública, debería ser ese organismo el que pague los intereses de la deuda externa de las naciones deudoras, por lo menos los próximos diez años, ya que cuando un gobierno se equivoca y se produce una crisis financiera, éste debe tomar más créditos del FMI para cumplir con sus acreedores y con el mismo organismo.

 

Añadió que todos los países en desarrollo requieren incrementar de forma rápida el gasto público, incluso de manera deficitaria, para enfrentar los retrasos de más de 20 años de una condicionalidad equivocada por el FMI, pero éste no debería ser en el pago de intereses de la deuda externa, sino en infraestructura, recursos humanos, y en ciencia y tecnología.

 

Eugenia Correa destacó que la situación económica mundial es muy desalentadora y grave para la mayor parte de la humanidad. Sin embargo, frente a ello el Consenso de Monterrey ni reconoce ni permite a los países que la resuelvan por sus propias vías.

 

No hay Consenso en Monterrey porque temas como la regulación de los centros off-shore, que permiten la realización de toda clase de operaciones fraudulentas y evaden impuestos; el “lavado de dinero”; la democratización de los organismos financieros internacionales, el incremento de los recursos que manejan éstos, ni siquiera se mencionarán.

 

No obstante, destacó el hecho de que en un organismo como la Organización de las Naciones Unidas se aborden problemas económicos que afectan al mundo, sobre todo a los países subdesarrollados, mismos que habían sido coto exclusivo del FMI y  organismos financieros internacionales.

 

La investigadora universitaria calificó como incoherente y genocida la posición del FMI respecto a la situación argentina, ya que mientras por un lado expresa sus condolencias, por el otro condiciona los fondos necesarios para enfrentar los intereses de sus deudas, y presiona para reducir el gasto público para lo más elemental, como la educación y la salud.

 

En ese sentido, aseveró que si bien nuestro país no está en las mismas condiciones que Argentina, sí va por ese camino, ya que tenemos un problema de sobrevaluación monetaria cercana al 40%; además de un déficit de balanza comercial, sobretasas de interés, constantes recortes presupuestales y caída de los precios del petróleo, entre otros.

 

Por su parte, la directora del IIEc, Alicia Girón, señaló que de 1980 a 2000 la deuda externa de los países en desarrollo pasó de 586 mil 671 millones de dólares, a 2 billones 527 mil 478 millones de dólares. De ella, en 1980 40% correspondía América Latina, mientras que en el 2000 fue 32%.

 

Asimismo, como porcentaje del Producto Interno Bruto, se incrementó de 18.22% a 37.40% en el mismo periodo; mientras que la relación de la deuda externa con las exportaciones de bienes y servicios pasó de 84.41% a 144.3% en el periodo referido.

 

Alicia Girón mencionó que los intereses de la deuda con respecto al PIB se han mantenido constantes durante los últimos 20 años, pero el servicio de la deuda con respecto a las exportaciones se incrementó de 12.76% en 1980 a 17% en el 2000.

 

Por ello, señaló que el endeudamiento externo ha sido muy gravoso para los países subdesarrollados por su comportamiento acumulativo; en tanto, el pago de su servicio, cuyo componente es anual, es muy oneroso por los intereses.

 

"Si se hiciera una comparación de lo que significa el monto del pago anual por concepto del servicio de la deuda externa con relación al costo esperado en crear empleos a través de obras de infraestructura, clínicas, escuelas, etcétera, el resultado de dicho impacto en la sociedad sería económica y socialmente significativo", concluyó.

 

        -o0o-

 

 

Foto 1

 

Eugenia Correa, del Instituto de Investigaciones Económicas, aseguró que la condicionalidad impuesta por el FMI a América Latina la ha hundido en la recesión. La acompaña Irma Manrique.

 

 

Foto 2

 

La directora del Instituto de Investigaciones Económicas, Alicia Girón, señaló que el endeudamiento externo ha sido muy gravoso para los países subdesarrollados, y el pago de su servicio es muy oneroso por los intereses.