6:00 hrs. Marzo 16 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-0245

Ciudad Universitaria

 

 

 

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ELECCIONES COMPETITIVAS, BASE DE LA DEMOCRACIA: PATRICE GUENIFFEY

 

·        El académico francés señaló que el porvenir democrático en México es continuar con los cambios electorales y asegurar su transparencia

·        Lo democrático en un régimen electivo no es la posibilidad de elegir a los gobernantes, sino revocarlos

 

La base para tener la verdadera democracia sigue siendo la existencia de elecciones competitivas. Por ello, en México se debe proseguir el camino de los cambios electorales y asegurar la transparencia en esos procesos, aseguró Patrice Gueniffey, director de estudios de la Escuela Práctica de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París, Francia.

 

Al dictar la conferencia La difícil invención del voto. La experiencia revolucionaria del sufragio y sus aporías, organizada por el Colegio de Historia de la Facultad de Filosofía y Letras, agregó que nuestro país, como democracia moderna, experimentará el mismo destino que las desarrolladas en occidente, en especial en Europa, donde existe desinterés “crítico” de los ciudadanos.

 

Cuantas más elecciones haya, habrá menos votantes, lo cual planteará problemas en un futuro próximo, pues ello contribuye a la ausencia de renovación de la clase política y a la oligarquización del personal político. Ese es el principal peligro que pesa sobre las democracias occidentales en la actualidad, opinó.


El aumento de la indiferencia política del ciudadano moderno ha contribuido, más que cualquier otro factor, al arraigo del principio mayoritario, y la democracia se ha vuelto más sólida a medida que los ciudadanos identifican el poder de participar.

 

Refirió que, desde una visión externa, el problema de México para instalar un régimen electivo, tal y como se instituyó con dificultad en Europa, es la existencia de una sociedad tradicional más viva y fuerte que en el viejo continente.

 

Patrice Gueniffey señaló que las elecciones libres caracterizan a la democracia. Empero, éstas se perciben como parte de un sistema político donde los gobiernos obtienen su autoridad a partir del pueblo, ante quienes son responsables.

 

Las elecciones tienen una pluralidad de funciones: son un método de selección de dirigentes, un procedimiento para legitimar el poder, un medio que permite a los ciudadanos expresar sus opiniones y deseos, así como una forma de expresar su desafío ante el gobierno, para elegirlo y quitarlo.

 

Sin embargo, desde los filósofos del siglo XVIII se sabe que la democracia no es la elección misma, no es la posibilidad de elegir a los gobernantes. Lo democrático en un régimen electivo es la posibilidad de los ciudadanos de revocar a sus gobernantes, en dos o tres años, si su labor no les satisface.

 

Es decir, lo importante en un régimen democrático no es votar una vez sino una segunda vez, porque eso democratiza al gobierno representativo, agregó el catedrático francés.

 

La opinión de la mayoría debe prevalecer siempre; ese es el principio básico de un régimen electivo, para que las instituciones puedan sobrevivir. Así, la elección democrática se basa en una doble condición: la minoría debe aceptar su derrota y la mayoría respetar a la minoría vencida en las elecciones.

 

 “Vivir en la democracia ya no es ser elector, de forma prioritaria, es ser libre en la vida privada y ejercer los derechos individuales”, concluyó Patrice Gueniffey.

 

 

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Vivir en la democracia ya no es, de forma prioritaria, ser elector, sino ser libre en la vida privada y ejercer los derechos individuales, aseguró el académico francés, Patrice Gueniffey.