Boletín UNAM-DGCS-0236
Ciudad Universitaria
Pies de fotos al final del boletín
LA CIUDAD DE
MÉXICO, CAÓTICA POR FALTA DE ESPACIOS
ABIERTOS Y ARBOLADOS
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Esta metrópoli tiene uno de los índices más bajos del mundo en áreas
verdes: 1.5 metros cuadrados por habitante: Teodoro González de León, de El
Colegio Nacional
·
Está por debajo 10 y 23 veces de los que tienen en Nueva York y Londres,
respectivamente
·
Algunos atropellos contra la geografía podrían ser irreversibles, agregó
A los habitantes de la ciudad de México
"no nos ha preocupado el espacio público, hemos creado calles y avenidas
desarmadas, precarias, caóticas y monótonas, además no sabemos demandar con
oportunidad la creación de espacios abiertos arbolados".
No asumimos que el espacio público se inicia en
la fachada de nuestra casa, agregó Teodoro González de León, integrante de El
Colegio Nacional.
Al participar en el Coloquio Espacio Público
Urbano y Áreas Verdes, organizado por la Facultad de Arquitectura de la UNAM,
señaló que de acuerdo con la Comisión Nacional del Agua, esta metrópoli tiene
uno de los índices más bajos del mundo en áreas verdes por habitante, el cual
se calcula en 1.5 metros cuadrados por habitante, cuando la Organización
Mundial de la Salud recomienda 12.
Es 10 veces menor al de Nueva York y 23 tantos
más pequeño que el de Londres, explicó.
El arquitecto agregó que los atropellos que se
cometieron contra la geografía del valle tal vez sean irreversibles, como la
ocupación masiva y peligrosa de las laderas del sur y del poniente, mismas que se
requieren para la recuperación de agua de lluvia.
Además, dijo, de 1950 a 2000 la población del
área metropolitana creció de tres millones a 18 millones de habitantes y el
área urbana se multiplicó casi siete veces, de 230 a mil 550 kilómetros
cuadrados. Se estima que no menos del 70% de esas áreas de crecimiento fueron
originalmente asentamientos irregulares.
El establecimiento de pobladores se dio sin
infraestructura, servicios adecuados y espacios abiertos, lo cual provocó una
mancha compacta y de baja altura, que se extendió sin respetar la geografía del
valle (se ocuparon planicies agrícolas, laderas, barrancas, cauces de ríos y
lechos de lagos).
González de León aseguró que el patrón de
crecimiento no ha cambiado en las últimas décadas. Es compacto, con una
densidad relativamente alta, de 166 habitantes por hectárea, "cifra
similar a la que había en 1950".
Son muchas las construcciones de baja altura
(entre dos y tres pisos en promedio) y alta densidad donde habitan sectores
pobres. Ese crecimiento compacto permite que la precaria infraestructura
funcione con cierta eficiencia.
El especialista señaló que a pesar de la
situación actual, el área metropolitana puede incrementar sus espacios verdes.
Existen cuatro grandes huecos amenazados por las invasiones en los cuales se
puede realizar un programa ambicioso de desarrollo urbano, espacios verdes y
recuperación del agua: los lechos de los viejos lagos de Zumpango, Xaltocan,
Texcoco y Chalco.
Esta propuesta, nacida hace un lustro en la FA,
orientaría el desarrollo urbano de los próximos 10 o 15 años, calculado la
reubicación de entre tres y cuatro millones de habitantes a las riberas de los
lagos recuperados, con lo cual se aliviaría la presión para ocupar las laderas
del sur y poniente del valle que deben quedar libres.
Además de recuperar el paisaje lacustre, la
mayor evaporación de los nuevos lagos disminuiría la contaminación de forma
sensible, según cálculos, hasta en 30% en un radio de 10 kilómetros alrededor
de cada lago. Habría una atmósfera más limpia por la precipitación de
partículas y un clima más temperado: las temperaturas altas se reducirían y las
bajas se elevarían.
En la primera etapa de ese plan, la de Texcoco,
se puede crear un lago con una extensión de tres veces la bahía de Acapulco y
una ribera en el lado oriente de 60 kilómetros para espacios verdes y
desarrollo urbano.
De forma adicional, el área depauperada de
Chimalhuacán, donde se presenta una de las densidades parciales más altas del
área metropolitana, con 150 habitantes por hectárea, sin un solo espacio
abierto ni un árbol, se revitalizaría con una avenida de siete kilómetros al
borde del lago.
Ahí, el aeropuerto ocuparía una gran isla en
medio del lago y podría recuperarse el espacio de 700 hectáreas de la actual
terminal aérea, equivalentes a las tres secciones de Chapultepec.
En relación con el arbolado, Teodoro González
explicó que hasta la década de 1960 era parte del orden urbano, que ocultaba el
desorden de las construcciones. Empero, nuestra ciudad ha perdido esa tradición
con origen en el siglo XVII.
Por todo ello, concluyó, es necesario ver y
conocer la forma urbana. Los arquitectos, diseñadores urbanos y paisajistas
requieren una visión relacionada con la ecología, o sea, proponer la ciudad en
su relación con el entorno natural.
Felipe Leal, director de la FA, comentó que los
espacios que permiten el bienestar social, son las áreas públicas y verdes, de
ahí la necesidad de tocar con diferentes perspectivas estos temas.
Resaltó la importancia del primer Coloquio
Espacio Público Urbano y Áreas Verdes, en especial, porque "todos somos
conscientes del enorme deterioro del espacio público y, por consiguiente, de
las áreas verdes de nuestras ciudades".
Si nos dedicamos a la formación de nuevas
generaciones de arquitectos, paisajistas y urbanistas, no podemos permanecer
indiferentes ante el grave deterioro de los espacios a escala nacional.
En el encuentro académico, organizado por la
Unidad Académica de Arquitectura del Paisaje de la FA, participaron destacados
paisajistas, arquitectos y funcionarios nacionales y extranjeros.
En la inauguración del acto estuvieron Carlos
Fedro Guillén, en representación de Claudia Sheinbaum, secretaria de Medio
Ambiente del gobierno del DF; Sean O'Malley y Lilia Schnaas, de la firma SWA
con sede en Laguna Beach, Estados Unidos, y Mario Schjetman, del Grupo Diseño
Urbano.
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Foto 1
Felipe Leal,
director de la Facultad de Arquitectura de la UNAM, y Sean O'Malley, de la
firma SWA, al término del Coloquio Espacio Público Urbano y Áreas Verdes
Foto 2
El arquitecto
Teodoro González de León, miembro de El Colegio Nacional, aseguró que a los
habitantes de la ciudad no nos ha preocupado el espacio público