06:00 hrs. Marzo 10 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-0219

Ciudad Universitaria

 

LA INFORMACIÓN GENÉTICA HUMANA NO ES SUSCEPTIBLE A SER PATENTADA

 

·        Salvador Bergel y Genoveva Keyeux, de las universidades de Buenos Aires y Nacional de Colombia, respectivamente, señalaron que es considerada patrimonio de la humanidad

·        Participaron en el Seminario Regional de Bioética, organizado por la Representación de la UNESCO en México y la Coordinación de Humanidades de la UNAM

 

La información genética o secuencia de genes son elementos constitutivos de la vida de las personas que no pueden ser patentados, de ninguna manera, porque son patrimonio de la humanidad, afirmaron los investigadores, Salvador Bergel y Genoveva Keyeux, de las universidades de Buenos Aires (UBA), y Nacional de Colombia (UNC), respectivamente.

 

Al abordar el tema Propiedad intelectual y bioética, Salvador Bergel subrayó que el genoma humano “singulariza a la especie humana, y si se patenta una secuencia o un gen, me estoy adueñando de algo que es propio de la especie humana, no sólo de un sujeto. Esto es éticamente inaceptable”.

 

Como parte del Seminario Regional de Bioética organizado por la Representación de la UNESCO en México y la Coordinación de Humanidades de la UNAM, el también catedrático de la materia señaló que en el caso de una secuencia parcial del genoma, éste no tiene carácter de invención, pues es un elemento de un componente más grande.

 

Refirió que la Directiva Europea sobre Protección Legal de las Innovaciones Biotecnológicas introduce varias exclusiones para patentes basadas en razones éticas: los procedimientos de clonación de seres humanos y modificación de la identidad genética germinal del ser humano, la utilización de embriones con fines industriales o comerciales que supongan para éstos sufrimiento sin utilidad médica sustancial para el hombre o el animal, y los animales resultantes de tales procedimientos.

 

Sin embargo, dijo, en dicha directiva se señala que puede patentarse un gen o una secuencia parcial de éste en la medida en que se encuentre separado del cuerpo humano, de tal manera que “cabe preguntarse si la materia genética puede ser tratada como una molécula química, sin más aditamentos”.

 

En ese contexto, señaló que es comprensible el temor de que el genoma humano, o componentes importantes del mismo, pasen al dominio de grandes empresas o que las investigaciones que se emprendan en el futuro en esta área tan sensible del conocimiento se vean dificultadas o neutralizadas por quienes accedieron a patentes sobre material genético humano otorgadas sin mayor cuidado.

 

Asimismo, añadió, es comprensible que las sociedades se alarmen cuando se informa que centenares o miles de secuencias parciales de ADN humano forman parte de solicitudes de patentes de la industria privada, o cuando se lee que empresas niegan el libre acceso a información genética contenida en sus bases de genes.

 

El problema, agregó el especialista sudamericano, es querer llevar las leyes a límites no tolerables.

 

Por su parte Genoveva Keyeux, profesora del Instituto de Genética, consideró que uno de los problemas de las patentes versus el genoma humano “es que realmente se ha querido establecer un marco jurídico que aplica para cosas completamente distintas”. Es necesario cambiar las leyes de propiedad intelectual para conciliar ambas cuestiones.

Señaló que desde el punto de vista ético, se trata de información que caracteriza a un ser humano. Aunque puede haber determinadas alteraciones genéticas, la secuencia de un gen es universal.

 

El problema de utilidad del genoma humano, como un concepto de criterio para ver si se patenta o no, es lo más peligroso de las investigaciones, concluyó la especialista colombiana.

 

 

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