Boletín UNAM-DGCS-0219
Ciudad Universitaria
LA INFORMACIÓN GENÉTICA HUMANA NO ES SUSCEPTIBLE A SER PATENTADA
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Salvador Bergel y
Genoveva Keyeux, de las universidades de Buenos Aires y Nacional de Colombia,
respectivamente, señalaron que es considerada patrimonio de la humanidad
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Participaron en el Seminario Regional de
Bioética, organizado por la Representación de la UNESCO en México y la
Coordinación de Humanidades de la UNAM
La información
genética o secuencia de genes son elementos constitutivos de la vida de las
personas que no pueden ser patentados, de ninguna manera, porque son patrimonio
de la humanidad, afirmaron los investigadores, Salvador Bergel y Genoveva
Keyeux, de las universidades de Buenos Aires (UBA), y Nacional de Colombia (UNC),
respectivamente.
Al abordar el tema Propiedad intelectual
y bioética, Salvador Bergel subrayó que el genoma humano “singulariza a la
especie humana, y si se patenta una secuencia o un gen, me estoy adueñando de
algo que es propio de la especie humana, no sólo de un sujeto. Esto es
éticamente inaceptable”.
Como parte del Seminario Regional de
Bioética organizado por la Representación de la UNESCO en México y la
Coordinación de Humanidades de la UNAM, el también catedrático de la materia
señaló que en el caso de una secuencia parcial del genoma, éste no tiene
carácter de invención, pues es un elemento de un componente más grande.
Refirió que la Directiva Europea sobre
Protección Legal de las Innovaciones Biotecnológicas introduce varias
exclusiones para patentes basadas en razones éticas: los procedimientos de
clonación de seres humanos y modificación de la identidad genética germinal del
ser humano, la utilización de embriones con fines industriales o comerciales
que supongan para éstos sufrimiento sin utilidad médica sustancial para el
hombre o el animal, y los animales resultantes de tales procedimientos.
Sin embargo, dijo, en
dicha directiva se señala que puede patentarse un gen o una secuencia parcial
de éste en la medida en que se encuentre separado del cuerpo humano, de tal
manera que “cabe preguntarse si la materia genética puede ser tratada como una
molécula química, sin más aditamentos”.
En ese contexto,
señaló que es comprensible el temor de que el genoma humano, o componentes
importantes del mismo, pasen al dominio de grandes empresas o que las
investigaciones que se emprendan en el futuro en esta área tan sensible del
conocimiento se vean dificultadas o neutralizadas por quienes accedieron a
patentes sobre material genético humano otorgadas sin mayor cuidado.
Asimismo, añadió, es comprensible que las
sociedades se alarmen cuando se informa que centenares o miles de secuencias
parciales de ADN humano forman parte de solicitudes de patentes de la industria
privada, o cuando se lee que empresas niegan el libre acceso a información
genética contenida en sus bases de genes.
El problema, agregó el especialista sudamericano, es
querer llevar las leyes a límites no tolerables.
Por su parte Genoveva
Keyeux, profesora del Instituto de Genética, consideró que uno de los problemas
de las patentes versus el genoma humano “es que realmente se ha querido
establecer un marco jurídico que aplica para cosas completamente distintas”. Es
necesario cambiar las leyes de propiedad intelectual para conciliar ambas
cuestiones.
Señaló que desde el punto de vista
ético, se trata de información que caracteriza a un ser humano. Aunque puede
haber determinadas alteraciones genéticas, la secuencia de un gen es universal.
El problema de
utilidad del genoma humano, como un concepto de criterio para ver si se patenta
o no, es lo más peligroso de las investigaciones, concluyó la especialista
colombiana.
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