13:00 hrs. Marzo 8 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-0211

Ciudad Universitaria

 

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INDISPENSABLE CONVENCER A LA SOCIEDAD DE LA RELEVANCIA DE LA CIENCIA PARA EL PAÍS

 

 

·        Carlos Gay García, director del Centro de Ciencias de la Atmósfera, dijo que mientras eso no suceda la ciencia estará sujeta a los vaivenes económicos

·        Los gobiernos necesitarán mucho más apoyo de los científicos para tomar decisiones correctas y no afectar la economía o el bienestar de los países

 

Mientras no se convenza a la sociedad de que la ciencia es relevante para el desarrollo del país, estará sujeta a los vaivenes de los económicos, advirtió Carlos Gay García, director del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA).

 

En la conferencia XXV años del CCA: el futuro, el funcionario señaló que no se hacen planes a largo plazo y hay fluctuaciones continuas en políticas y presupuestos, porque en México no hay ni memoria ni cultura científica.

 

Los gobiernos de México y otros países no han comprendido que el desarrollo científico y tecnológico se relaciona estrechamente con el bienestar de la población; "creen que pueden importar todo".

 

 

Consideró que las interrelaciones cada vez más complejas entre la naturaleza y la sociedad requieren maneras sistemáticas de acercamiento; sin embargo, en México se hace muy poco al respecto. El CCA, subrayó, contribuye con una visión más integrada de la sociedad.

 

La información científica es indispensable para la toma de decisiones, añadió. Por ejemplo, muchos de los tratados internacionales en los que participa México, son cada vez más complejos de entender. Tal es el caso de la Convención Marco de Cambio Climático y el Protocolo de Kyoto.

 

Gay García explicó que son acuerdos que no pueden ser entendidos por un abogado, economista, sociólogo o físico atmosférico por sí solos, porque tratan asuntos complicados relacionados con desarrollo energético y social, cambio climático, efectos de las nubes sobre el clima, conservación de energía en los océanos, etcétera.

 

La reducción de emisiones contaminantes a la atmósfera implica problemas sociales y económicos muy serios. Otros países, como China, India y Brasil, tienen equipos de negociadores compuestos en 50% por científicos; México "a veces lleva uno", puntualizó.

 

Agregó que la ciencia de este siglo parece evolucionar hacia la investigación interdisciplinaria con cooperación internacional. Eso "lo hemos hecho en el CCA, donde realizamos trabajos con trascendencia social; eso hay que aprovecharlo y demostrar que somos relevantes".

 

Los gobiernos necesitarán mucho más apoyo de los científicos para tomar decisiones correctas, para no afectar la economía o el bienestar de los países. El compromiso de los universitarios es encajar en asuntos complejos que el gobierno negocia, lo cual no se logrará desde la oficina de un funcionario.

 

La meteorología también enfrenta retos. Los agricultores piden pronósticos climáticos operativos cada dos semanas, tiempo necesario para cambiar su estrategia de cultivo. Se espera que las predicciones del tiempo de uno o dos días sean "casi perfectas", y las de una semana, tan precisas como las que se hacen en la actualidad para uno o dos días. Para lograrlo, empero, se requieren más investigadores.

Para llegar a la meteorología que se requiere se han incorporado los avances de la ciencia y la tecnología a los servicios meteorológicos de manera continua, y se ha dialogado con los usuarios de esa información.

 

Sin embargo, añadió, hay que corregir los problemas como el apoyo financiero a la investigación científica, e incrementar el número de especialistas en el área.

 

La ciencia futura debe tener metas, solucionar problemas de principio a fin; ser más pragmática e interdisciplinaria; de colaboración y distribuida en todo el territorio nacional y mundial, tolerante a mayores incertidumbres, y que incluya educación y entrenamiento de estudiantes de todas las edades y del público en general.

 

También debe buscar una mayor transferencia de tecnología, considerar en mayor medida los valores y la ética,  e interactuar con los políticos, "porque uno vive determinado por su voluntad, incluso los apoyos del Conacyt provienen de ese ámbito", opinó Gay.

 

En la Declaración sobre el Uso del Conocimiento Científico en la Conferencia Mundial sobre Ciencia de la UNESCO (Hungría, 1999) se estableció la urgencia de utilizar el conocimiento científico para satisfacer las necesidades humanas y no contra la población.

 

La ciencia del siglo XXI debe estar al servicio de la sociedad y debe contribuir a lograr una mejor calidad de vida para todos, así como un ambiente productivo y saludable para las generaciones presentes y futuras. El CCA trabaja en ese sentido, concluyó.

 

 

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En México no se hacen planes a largo plazo porque no hay ni memoria, ni cultura científica: Carlos Gay, director del CCA