06:00 hrs. Marzo 8 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-0210

Ciudad Universitaria

 

Pies de fotos al final del boletín

INTERVENCIONISMO POLÍTICO, ECONÓMICO Y MILITAR, CON EL PLAN PUEBLA PANAMÁ

 

·        El politólogo Carlos Fazio dijo que forma parte de un proyecto contrainsurgente, ya que se aplicará en zonas de México donde operan al menos tres guerrillas

·        Para Daniel Cazés, director del CEIICH, en las geografías ideológicas la izquierda abre el camino de la equidad

 

El Plan Puebla Panamá forma parte de un proyecto integral que combina intervencionismo político, económico y militar, pero que se presenta como uno de pacificación, desarrollo y creación de empleos, opinó Carlos Fazio, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales.

 

Es una manifestación genuina del capitalismo contemporáneo, ya que forma parte de un proyecto de alcance geoestratégico continental imperial de Estados Unidos, en el que participan sectores del gran capital financiero, consorcios multinacionales y las oligarquías del área México-Centroamérica, dijo.

 

Al participar en la mesa "Orden global y pensamiento de izquierda", dentro del foro La izquierda ante el siglo XXI: perspectivas y definiciones, celebrada en el Aula Magna de la Facultad de Filosofía y Letras (FFL), el catedrático universitario señaló que este plan forma parte de un proyecto contrainsurgente, ya que se aplicará en zonas de nuestro territorio en donde operan al menos tres guerrillas.

Sostuvo que tras los hechos del 11 de septiembre se busca imponer un doble sellamiento militar: al interior del país y en su frontera norte.

 

El plan intenta, por imposición externa, establecer un nuevo eje del Golfo de México al Océano Pacífico -de Veracruz a Guerrero, pasando por Puebla-, en donde se tejería una red de maquiladoras, controlada por la Policía Federal Preventiva debido a que en esa zona hay presencia de grupos guerrilleros.

 

Guillermo Almeyra, profesor de la misma facultad, reconoció que en México "no estamos preparados como izquierda para la crisis actual y la que se aproxima, que será más grave.

 

Dijo que no es de izquierda practicar el clientelismo al comprar favores políticos con dinero, cemento o leche; ni el xenófobo y el racista, porque no se puede cambiar el régimen por uno más justo y limpio sin modificar la conciencia y la gente.

 

Con las políticas del capital y las degeneraciones del mismo, sólo se perpetúa lo que hay que derribar como condición y después reconstruir. Un partido no es de izquierda o socialista porque así lo declaren sus dirigentes.

 

Un organismo de ese tipo debe ser democrático, formar e informar a sus militantes y sus bases; educar a sus seguidores en una visión mundial, no nacional o local, porque estamos en la época de la mundialización que ha debilitado a los Estados-nación, y anulado parte importante de las funciones de las instituciones de éstos.

 

El politólogo dijo que sólo hay una izquierda, la que no acepta que el capitalismo sea eterno y el único posible, la que busca una alternativa a éste, que sea incluyente, asegure justicia para todos y tienda a la igualdad.

 

Reconoció que en la actualidad los partidos como instrumento sufren una profunda crisis de credibilidad, debido al burocratismo, oportunismo electoralista, acuerdos sin principios y su evolución hacia un supuesto centro en donde "todos los gatos son pardos".

 

No obstante, prescindir de un partido en el sentido más amplio de la palabra es luchar desunidos, sin táctica ni estrategia, frente a un adversario más poderoso que utiliza todos los medios del poder y de la economía, y que tiene una táctica muy elaborada.

 

Al referirse a las izquierdas, el director del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH), Daniel Cazés, sostuvo que en las geografías ideológicas la izquierda es el espacio en donde se abre el camino de la equidad, y éste es el primer gran avance en la construcción de la igualdad y de la libertad, a las cuales podrá llamarse democracia cuando se distribuya la riqueza humana conforma a las necesidades de cada individuo.

 

Dijo que en las perspectivas latinoamericanas actuales, las izquierdas sólo pueden ubicarse en donde se reconozca que el mundo y cada sociedad tienen como características ineludibles la diversidad y la complejidad con las historias particulares, de opresión, que han investido a cada sociedad.

 

Además de reconocerse como universales los derechos humanos, sociales y políticos, debemos hacer lo mismo con los que contribuyan a la equidad, como los de las mujeres y de los grupos sociales diferentes que han servido para justificar la desigualdad y la dominación marcadas por la violencia.

 

 

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Foto 1

Daniel Cazés, director del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades, dijo que la equidad es el primer gran avance en la construcción de la igualdad y la libertad.

 

Foto 2

Académicos universitarios participaron en el foro "La izquierda ante el siglo XXI: perspectivas y definiciones", celebrado en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.