Boletín UNAM-DGCS-0162
Ciudad Universitaria
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EN MÉXICO, AÚN NO SE APRECIAN MEJORAS EN MATERIA LABORAL CON EL TLC
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El economista Bouzas Ortíz
dijo que el gobierno no tiene voluntad de facilitar el tránsito de la democracia
política a los sindicatos
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Estados Unidos padece una
crisis peor a la de 1990: Stan Gacek
En México el desempleo ha sido una
constante, lo mismo que la caída del salario, y si económicamente el Tratado
del Libre Comercio en algún momento ha significado beneficios, en esos ámbitos
aún no se aprecian, aseguró José Alfonso Bouzas Ortíz, del Instituto de Investigaciones
Económicas de la UNAM.
Al participar en el encuentro trinacional de abogados
laboralistas organizado por especialistas del Instituto de Investigaciones
Económicas de la UNAM y asociaciones de abogados laboralistas de Estados Unidos
y Canadá, Bouzas Ortíz reconoció que
el gobierno mexicano no tiene voluntad de facilitar el tránsito de la democracia
política a los sindicatos.
Añadió que el actual gobierno prefiere
mantener el esquema corporativo que tan buenos resultados dio a las administraciones
priistas, los esquemas de relaciones laborales con características más o menos
semejantes y no enfrentar las direcciones tradicionales.
Señaló que en años recientes México ha padecido
una política económica que privilegia la gran empresa, y asfixia a la pequeña
y mediana industrias, lo cual ha representado un permanente adelgazamiento
de este sector con la consiguiente reducción de empleos.
El economista universitario dijo que desde 1994 el salario mínimo real y los salarios
contractuales promedio han caído. En un estudio comparativo desde ese año,
las diferencias reales por hora en la manufactura entre México y Estados Unidos
se acrecentaron, y en nuestro país la productividad laboral fue mayor, las
diferencias en salarios, costo unitario de la mano de obra se han profundizado
entre ambas naciones en los años del TLC.
Informó que para 1993 en México el salario promedio
en la industria manufacturera, expresado en dólares por hora, era 17.9% respecto
del de Estados Unidos, y para 1997 se había reducido a 11.67%.
De igual manera, los costos unitarios de la mano
de obra en ese mismo sector disminuyeron en el mismo periodo en 43% para nuestro
país, en tanto que en Estados Unidos fue de 4.53%.
Por su parte, el laborista estadounidense Stan
Gacek reconoció que su país enfrenta en la actualidad una crisis incluso superior
a la que vivió en los años 90.
Destacó que previo a los sucesos del 11 de septiembre
del año pasado Estados Unidos registró una desaceleración económica, lo cual
se corrobora en que la taza oficial de desempleo subió de 4.9 a 5.4% al inicio
de la actual administración. Tal incremento es el más elevado desde la recesión
de octubre de 1981.
Señaló que al inicio de la administración de George
Bush hubo una pérdida de 1.1 millón de empleos, mientras que a raíz de los
sucesos del 11 de septiembre se han perdido 1 millón 54 mil trabajos.
Además, ha habido más de 436 mil despidos anunciados
en el sector manufacturero que evidentemente tiene repercusiones en todos
los demás sectores de la economía, incluyendo los servicios.
El laboralista estadounidense agregó que en el
sector de transportes se han perdido 140 mil empleos en hospitales, hoteles,
turismo, servicios alimentarios, comunicaciones, y por lo menos 102 mil en
servicios públicos.
Añadió que la administración Bush se ha caracterizado
por un férreo ataque al sector laboral, primero a través de la designación
de los funcionarios en ese ámbito, el fracaso de buscar financiamiento para
las agencias federales y de poner en vigencia el regulamiento, así como revocar
las órdenes del poder Ejecutivo.
Esta administración, recalcó, está actuando en
contra de las leyes de los salarios mínimos como se observa en el recorte
de dos terceras partes en la sección del trabajo internacional de la Secretaría
del Trabajo estadounidense.
Sin embargo, han buscado más financiamiento en
el boicot a los huelguistas y en el manejo de los estándares administrativos,
el cual tiene que ver en cómo se pueden poner demandas en contra de los sindicatos
por no seguir sus propios reglamentos.
Por último, la especialista en el tema, Mary Cornish
reconoció que en su país hay ciertos avances al promover niveles y normas
más altas en el área laboral. “Aún estamos tratando de incrementarlos y ha
habido algunos cambios en diferentes puntos que nos permiten avanzar en éste
ámbito”.
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