14:00 hrs. Febrero 22 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-0161

Ciudad Universitaria

 

DEBE RESOLVERSE EL PROBLEMA DE EVASIÓN DE IMPUESTOS ANTES DE PENSAR EN UNA REFORMA FISCAL

 

·        Marcela Astudillo, del IIEc, destacó la necesidad de distribuir equitativamente la carga fiscal y transparentar el gasto público

·        Gabriela Ríos Granados, del IIJ, puntualizó que no puede hablarse de una reforma fiscal sino de modificaciones, porque antes se requiere de un proyecto de nación

·        Participaron en la videoconferencia Reforma fiscal 2002, impacto económico y legal

 

Antes de pensar en una reforma fiscal debe resolverse el problema de la evasión de impuestos, mediante la simplificación de las leyes y la administración fiscal, aseveró Marcela Astudillo, del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM,

 

Durante su participación en la videoconferencia Reforma fiscal 2002, impacto económico y legal, la académica destacó la necesidad de distribuir equitativamente la carga fiscal y transparentar el gasto público para que los contribuyentes sepamos en qué se van a gastar nuestras aportaciones a la Federación.

 

Primero cerremos los hoyos por donde se está yendo ese dinero y después decidamos si hay necesidad de incrementar impuestos, puntualizó.

 

Mientras existan sectores que pagan menos que otros, difícilmente tendrán aliciente quienes sí tributan al Estado. Debe pensarse en una estructura impositiva que permita gravar a quienes tienen más, no hay otra opción, subrayó.

 

En el aula de videoconferencias de la Dirección General de Servicios de Cómputo Académico (DGSCA), la economista explicó que en nuestro país tenemos un sistema fiscal extremadamente complicado. Desde 1924 se ha planteado la necesidad de hacer una reforma fiscal, que si antes resultaba complicada, ahora lo es más.

 

La nueva reforma fiscal implica una mayor carga administrativa para las empresas, pues quienes deben hacer declaración trimestral, a partir de mayo lo harán mes con mes, y eso significará mayores costos para las empresas.

 

Por otra parte, dijo, representa un trato desigual para los contribuyentes. Por ejemplo, en el caso de aguinaldos, éstos no se gravan si se trata de trabajadores al servicio del Estado, pero sí los de empleados de empresas privadas.

 

Asimismo, agregó, para el contribuyente cautivo la carga fiscal es alta, “porque también debe pagar los impuestos de artículos suntuarios y el IVA. Sin embargo, para el gobierno los recursos que recauda por esta vía no son suficientes".

 

Por su parte, la especialista del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ), Gabriela Ríos Granados indicó que en el país la administración tributaria ha sido ineficiente, pues no se cuenta con los datos sobre las aportaciones que los contribuyentes deben a Hacienda. "Debemos empezar primero por una reforma administrativa que permita hacer más eficiente la recaudación de impuestos; de un proyecto de nación y, sobre todo, de congruencia para lograr un sistema racional.

 

Apuntó que no puede hablarse de una reforma fiscal sino de modificaciones.

 

La persecución de las violaciones fiscales puede utilizarse como delito político porque la Secretaría de Hacienda y Crédito Público tiene la facultad de querellarse y elegir a quiénes sí y a quiénes no se va a perseguir.

Consideró que si se busca que la recaudación de impuestos sea equitativa, será necesario cobrar más a quienes tienen más, "debe hacerse un tipo de tasa progresiva y no proporcional".

 

Instituir un impuesto generalizado sería regresivo, lo que se debe hacer es implantar un impuesto al consumo con tasa cero, porque la mayoría de la población mexicana no tiene capacidad de pago, concluyó.

 

 

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