06:00 hrs. Febrero 16 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-0141 bis

Ciudad Universitaria

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RADÓN, SEGUNDA CAUSA DE CÁNCER PULMONAR

 

·        A pesar de haber sido identificado como un problema de salud pública desde hace décadas, ese gas es desconocido por la mayoría de la población

·        Guadalupe Ponciano, de la Facultad de Medicina, informó que el 49% de la radiación que el ser humano recibe a lo largo de su vida está constituida por radón

 

El radón es la segunda causa de cáncer pulmonar en el mundo, sólo después del tabaquismo. Sin embargo, a pesar de haber sido identificado como un problema de salud pública desde hace décadas, es desconocido por la mayoría de la población, afirmó Guadalupe Ponciano Rodríguez, coordinadora de la Clínica contra el Tabaquismo de la Facultad de Medicina de la UNAM.

 

Al participar en la Semana Cultural de la Facultad de Odontología, con la ponencia Radón, el contaminante invisible, la universitaria refirió que el Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos confirma que al año se registran 130 mil muertes por cáncer pulmonar, de las cuales entre cinco mil y 20 mil se atribuyen a exposiciones de radón en interiores, mientras que en México hay pocos estudios al respecto.

 

El 49% de la radiación que un ser humano recibe a lo largo de su vida está constituida por radón; el resto lo conforman los rayos gamma y cósmicos, las radiaciones por usos médicos (como los rayos X) y la energía nuclear.

 

Los elementos radiactivos que podemos respirar son el uranio, el torio, el polonio 210 -presente al quemar el tabaco- y el plomo. A esos sólidos se suma el gas radón, conocido como "hijo radiactivo del uranio" y clasificado como carcinógeno del grupo A, es decir, aquellos que irrefutablemente causan cáncer en el humano.

 

Se trata de un gas radiactivo, incoloro e inodoro, que podemos respirar en grandes cantidades sin darnos cuenta. Por el hecho de que se origina a partir del uranio de la corteza terrestre, se encuentra en todas las atmósferas intra y extramuros, pero sus concentraciones son más altas en espacios cerrados. Se libera de los materiales de construcción como el cemento y el yeso.

 

Una probable fuente de radón en nuestro país es el agua subterránea. En la ciudad de México, por ejemplo, 78% del agua de consumo proviene del subsuelo y se han encontrado casos donde se excede en más del doble los límites permisibles. Sin embargo, si se toma, el radón no causa problema.

 

Luego de realizar estudios, el equipo que encabeza Ponciano Rodríguez encontró que en todas las viviendas de Tula, Toluca, y colonias del Distrito Federal, como Villa Panamericana, Coyoacán y Santa Ursula hay radón, aunque sus concentraciones varían de acuerdo con la época del año.

 

Al respecto, explicó que en el invierno las concentraciones se elevan porque las casas se cierran para conservar el calor y el radón se acumula. Por el contrario, cuando hace calor, se abren puertas y ventanas para ventilar y los niveles de ese gas disminuyen. Asimismo, se registró que las viviendas nuevas, sin recubrimientos ni pintura, tienen más radón.

 

La académica señaló que la gente pasa en espacios interiores (casa, oficina o escuela) el 80% del tiempo. Por eso, "lo que respiremos adentro tiene un impacto importante en la salud".

 

Otro factor que incrementa las concentraciones de radón en espacios cerrados son los fumadores; además, aumentan las partículas, las cuales son utilizadas por el propio radón para entrar con más facilidad al organismo. Cuando entra acompañado de un aerosol se queda atrapado en el pulmón y sigue emitiendo radiación. Por ejemplo, hay estudios de momias y esqueletos donde se han encontrado diferentes concentraciones, agregó.


Los ambientes interiores, dijo, han sido olvidados. Nos interesa el ozono, lo que pasa con la contaminación exterior que es importante, pero en términos de salud "tendríamos que preocuparnos más por los ambientes interiores donde pasamos la mayor parte del tiempo".

 

La energía del radón daña el material genético de las células, el DNA. Ese factor, junto con otros como el tabaquismo o patologías respiratorias que impiden un buen mecanismo de limpieza de los pulmones, lleva a mayores niveles de ese contaminante en el organismo y provoca hasta cáncer.

 

En estudios recientes se ha encontrado que las concentraciones de radón en espacios cerrados no se mantienen constantes durante el día, sino que tienen un comportamiento bimodal, en donde las más elevadas se presentan durante la madrugada y las primeras horas del día, es decir, en horas de dormir.

 

Aunque la mayoría de las concentraciones están por debajo de los índices de riesgo, es posible llevar a cabo algunas medidas para disminuir los niveles de radón en interiores, como utilizar sellador y pinturas con base de agua en las paredes, y mantener constantemente ventilados esos espacios.

 

 

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El 49% de la radiación que el ser humano recibe a lo largo de su vida procede del radón, afirmó Guadalupe Ponciano, de la Facultad de Medicina de la UNAM