06:00 hrs. Febrero 12 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-0123

Ciudad Universitaria

 

 

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SALVAR A LA BANCA Y A LAS EMPRESAS, PRIORIDADES EN ARGENTINA

 

·        La mayoría de los ahorradores no podrán recuperar su dinero, aseguró Juan Arancibia Córdova, del IIEc

·        La economista Berenice Ramírez resaltó que el fin de la convertibilidad monetaria acentuó la crisis financiera

·        Al país sudamericano sólo le importó pagar la deuda y mantener la inflación en cero: Alicia Girón, directora del IIEc

 

La crisis argentina no tiene una salida fácil, será dolorosa y por ello se ha prorrogado el plan definitivo. Lo más probable es que la mayoría de los ahorradores no puedan recuperar su dinero, ya que la prioridad es salvar a las empresas y a los bancos, aseguró Juan Arancibia Córdova, del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc).

 

Al participar en la videoconferencia Fin de la convertibilidad peso-dólar en Argentina, el economista explicó que se trata de gente que depositó sus ahorros de contingencia o retiro en dólares a una tasa de interés real del 9%, cifra superior a la tasa que da la Reserva Federal de Estados Unidos, mientras que en México la tasa de interés real pasiva es de cero o negativa, si se considera la inflación.

 

A finales de 2001 el sistema bancario argentino contaba con 75 mil millones de dólares depositados, en tanto que las reservas internacionales de ese país eran de 15 mil millones de dólares, es decir, se tenían depósitos cinco veces por encima de las reservas.

 

Es comprensible que no haya de dónde tomar dólares para devolverlos a los ahorradores, pero podrían entregar pesos, empero “si la moneda argentina no tiene una relación con la realidad económica, se emitirá moneda “inorgánica” que generaría una devaluación hasta de 300%, o sea, la paridad sería de tres pesos por dólar.

 

Los bancos están cerrados para los ahorradores que quieren sacar sus depósitos y sólo se pueden retirar los salarios y jubilaciones.

 

Berenice Ramírez López, también del IIEc, resaltó que el fin de la convertibilidad monetaria acentuó la crisis financiera, cuyos elementos estructurales no se generaron hace diez años, cuando se instauró esa política, sino que proviene de la falta de crecimiento estable durante los últimos 30 años.

 

Explicó que el plan de convertibilidad buscó disminuir el proceso inflacionario, pues se registraron tasas de 4000% anual, e incluso en algunos meses se alcanzó hasta 8000%. En 1990 fue de 1300%.

 

Para enfrentar la situación se pusieron en marcha planes antiinflacionarios sin resultados, por lo que el 1 de abril de 1991 se echó a andar el plan de convertibilidad orientado a disminuir la inflación y a tener una paridad fija, el cual se respaldó con reservas internacionales.

 

Dicha política se acompañó de modificaciones en la Ley Orgánica del Banco Central, al cual se otorgó independencia y se creó un nuevo funcionamiento del sistema bancario cuya fuente principal de liquidez fue el flujo de los capitales externos; esa institución se transformó en una caja de conversiones”.


 

El plan de convertibilidad tuvo entre 1991 y 1995 resultados positivos como el aumento de las reservas internacionales de la base monetaria, liquidez en el sistema financiero, ampliación del crédito al sector privado, aumento de los depósitos y crédito al consumo, apuntó la especialista.

 

No obstante, en 1994 la crisis mexicana repercutió en ese país y provocó fuga de capitales que condujo a la diminución del 36% de las reservas internacionales, entre diciembre de ese año y abril de 1995. Ello obligó a readecuar el plan de convertibilidad. Se cobraron los créditos cedidos, se alentó la compra de cartera entre bancos con mayor liquidez y se formó un fondo fiduciario de capitalización bancaria con recursos internacionales del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional. Desde entonces, se mantuvo la crisis con recursos externos y de manera artificial.

 

El año pasado hubo poco crecimiento económico en los sectores productivos. A eso se sumó “un elemento que caracteriza las economías latinoamericanas, y a la mexicana en particular: el déficit en las finanzas públicas”.

 

El gobierno argentino aplicó un programa de déficit cero, con medidas que afectaron a la población en general: se quitó 13 por ciento a los salarios de servidores públicos y a las jubilaciones superiores a 500 dólares para financiar al sector público, en momentos en que estaba por vencerse la deuda pública y se tenían que cambiar títulos por 30 mil millones de dólares.

 

Ramírez López agregó que también se contrajo el crédito externo y se establecieron límites para financiar el gasto corriente del Estado; disminuyó el gasto social y en diciembre se declaró la moratoria de la deuda pública.

 

Por su parte, la directora del IIEc, Alicia Girón, consideró que el proceso de dolarización parecía la alternativa para solucionar los problemas de América Latina, como las crisis bancarias y financieras. Sin embargo, de repente nos encontramos con el fin de la convertibilidad del peso argentino en relación con el dólar.

 

En Argentina, concluyó, se defiende un modelo fracasado sin importar el gasto social para que el país crezca. Lo importante es pagar la deuda externa y mantener la inflación cero, aunque no haya crecimiento y el desempleo alcance la cifra histórica de 20%.

 

 

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En Argentina se defiende un modelo fracasado sin importar el gasto social: Alicia Girón, directora del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM