Boletín UNAM-DGCS-0123
Ciudad
Universitaria
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La mayoría de los ahorradores no podrán recuperar su dinero, aseguró Juan
Arancibia Córdova, del IIEc
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La economista Berenice Ramírez resaltó que el fin de la convertibilidad
monetaria acentuó la crisis financiera
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Al país sudamericano sólo le importó pagar la deuda y mantener la
inflación en cero: Alicia Girón, directora del IIEc
Al participar en la videoconferencia
Fin de la convertibilidad peso-dólar en Argentina, el economista explicó que se
trata de gente que depositó sus ahorros de contingencia o retiro en dólares a
una tasa de interés real del 9%, cifra superior a la tasa que da la Reserva
Federal de Estados Unidos, mientras que en México la tasa de interés real
pasiva es de cero o negativa, si se considera la inflación.
A finales de 2001 el sistema
bancario argentino contaba con 75 mil millones de dólares depositados, en tanto
que las reservas internacionales de ese país eran de 15 mil millones de
dólares, es decir, se tenían depósitos cinco veces por encima de las reservas.
Es comprensible que no haya de dónde
tomar dólares para devolverlos a los ahorradores, pero podrían entregar pesos,
empero “si la moneda argentina no tiene una relación con la realidad económica,
se emitirá moneda “inorgánica” que generaría una devaluación hasta de 300%, o
sea, la paridad sería de tres pesos por dólar.
Los bancos están cerrados para los
ahorradores que quieren sacar sus depósitos y sólo se pueden retirar los
salarios y jubilaciones.
Explicó que el plan de
convertibilidad buscó disminuir el proceso inflacionario, pues se registraron
tasas de 4000% anual, e incluso en algunos meses se alcanzó hasta 8000%. En
1990 fue de 1300%.
Para enfrentar la situación se
pusieron en marcha planes antiinflacionarios sin resultados, por lo que el 1 de
abril de 1991 se echó a andar el plan de convertibilidad orientado a disminuir
la inflación y a tener una paridad fija, el cual se respaldó con reservas
internacionales.
Dicha política se acompañó de
modificaciones en la Ley Orgánica del Banco Central, al cual se otorgó
independencia y se creó un nuevo funcionamiento del sistema bancario cuya
fuente principal de liquidez fue el flujo de los capitales externos; esa
institución se transformó en una caja de conversiones”.
El plan de convertibilidad tuvo
entre 1991 y 1995 resultados positivos como el aumento de las reservas
internacionales de la base monetaria, liquidez en el sistema financiero,
ampliación del crédito al sector privado, aumento de los depósitos y crédito al
consumo, apuntó la especialista.
No obstante, en 1994 la crisis
mexicana repercutió en ese país y provocó fuga de capitales que condujo a la
diminución del 36% de las reservas internacionales, entre diciembre de ese año
y abril de 1995. Ello obligó a readecuar el plan de convertibilidad. Se
cobraron los créditos cedidos, se alentó la compra de cartera entre bancos con
mayor liquidez y se formó un fondo fiduciario de capitalización bancaria con
recursos internacionales del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional.
Desde entonces, se mantuvo la crisis con recursos externos y de manera
artificial.
El año pasado hubo poco crecimiento
económico en los sectores productivos. A eso se sumó “un elemento que caracteriza
las economías latinoamericanas, y a la mexicana en particular: el déficit en
las finanzas públicas”.
El gobierno argentino aplicó un programa de
déficit cero, con medidas que afectaron a la población en general: se quitó 13
por ciento a los salarios de servidores públicos y a las jubilaciones
superiores a 500 dólares para financiar al sector público, en momentos en que
estaba por vencerse la deuda pública y se tenían que cambiar títulos por 30 mil
millones de dólares.
Ramírez López agregó que también se
contrajo el crédito externo y se establecieron límites para financiar el gasto
corriente del Estado; disminuyó el gasto social y en diciembre se declaró la
moratoria de la deuda pública.
Por su parte, la directora del IIEc, Alicia
Girón, consideró que el proceso de dolarización parecía la alternativa para
solucionar los problemas de América Latina, como las crisis bancarias y
financieras. Sin embargo, de repente nos encontramos con el fin de la
convertibilidad del peso argentino en relación con el dólar.
En Argentina, concluyó, se defiende
un modelo fracasado sin importar el gasto social para que el país crezca. Lo
importante es pagar la deuda externa y mantener la inflación cero, aunque no
haya crecimiento y el desempleo alcance la cifra histórica de 20%.
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