11:00 hrs. Febrero 1 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-0094

 

 

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DESDE HOY “JUAN JOSÉ ARREOLA” ES EL NOMBRE DE LA CASA DEL LAGO

 

·        La Universidad Nacional le rindió homenaje póstumo en el recinto que el poeta y narrador fundara hace 42 años

·        El rector Juan Ramón de la Fuente dijo que recordar a este gran escritor es recordar a la Universidad en que vivió, a la que ayudó a construir a golpes de imaginación

·        Asistieron escritores como Fernando del Paso e Ignacio Solares, además de familiares y amigos de Juan José Arreola

 

 

En homenaje póstumo al poeta, escritor, universitario, narrador, cuentista, jugador de ajedrez, difusor de la cultura y profesor que sembró tantas vocaciones en muchas generaciones de la Universidad Nacional, desde hoy la Casa del Lago lleva el nombre del maestro Juan José Arreola, fundador de la misma hace 42 años.

 

Al presidir el Homenaje a Juan José Arreola. El guardagujas de la cultura, organizado por la máxima casa de estudios, el rector Juan Ramón de la Fuente dijo que recordar a este gran escritor, al gran creador de monstruos y de encantamientos, al narrador de inteligencia desbordante y fina ironía, al actor de teatralidad nata y proyección escénica contundente, es recordar a la Universidad en la que vivió, a la que ayudó a construir a golpes de imaginación.

 

"Porque nuestra Universidad -lo sabemos- no es sólo la tierra fértil donde fructifican la investigación y la docencia, sino también el espacio más importante que tiene nuestro país para propiciar las artes y estudiarlas, para impulsar a los artistas y confrontarlos con sus públicos".

 

Dijo que la UNAM es una casa de estudios que no se contempla a sí misma de manera egoísta, sino que se vuelca siempre la mirada sobre las necesidades culturales de la sociedad a la que debe servir. Un manantial que se desborda constantemente para nutrir, ampliar y mejorar las expectativas de desarrollo intelectual de cada mexicano.

 

En la Terraza de Casa del Lago, lugar donde el maestro Arreola participara tantas veces con su Poesía en voz alta, el rector de la UNAM recordó que en 1958 el doctor Nabor Carrillo, entonces rector de la UNAM, acordó fundar en este recinto un centro cultural extramuros y se designó al oriundo de Zapotlán el Grande, como su primer director.

 

En esta Casa del Lago, comentó, se generaron y se siguen generando los proyectos audaces, las puestas en escena asombrosas, las conferencias que hacen época, las obras artísticas que sólo en un clima de plena libertad y respeto a la creación pueden convertirse en realidad.

 

Todo inició en 1959, "estas paredes aún están impregnadas del aliento del escritor, estos escenarios guardan su dramática energía, estos jardines y explanada parecen evocarlo con cada jugada que se ejecuta en el tablero, con cada voz de música o poesía que se alza sobre el bosque, en un suceso único, pleno y emotivo", apuntó.

 

Acompañado por escritores, poetas, amigos y familiares del homenajeado, De la Fuente señaló que una de las labores más encomiables de Arreola fue formar un equipo de trabajo excepcional, con el cual logró colocar a la Casa del Lago como uno de los centros de cultura más importantes no sólo del Distrito Federal, sino de todo el país.

 

"Las obras más bellas, valiosas y grandes -nos recuerda el maestro Arreola- han sido fruto de la paciencia, la constancia y el amor. Ese mismo espíritu, implantado en nuestra casa de estudios mejor que en ningún otro sitio, es el que pervive desde hace más de 40 años en este recinto universitario que hoy nos cobija".

 

Ignacio Solares, coordinador de Difusión Cultural de la UNAM, recordó que el taller de creación literaria con Arreola fue en especial una revelación. La tarde en que lo instaló agitó frente a nosotros su frondosa cabellera rizada que le creaba como un halo, al tiempo que alargaba su flaco cuello de ganso y decía: "sé que a nadie se le puede enseñar a escribir artísticamente, así como nadie puede ser violinista si no le es dado desde antes tener un violín entre las manos”.

 

A un escritor - recalcó - se le puede abreviar el camino hacia sí mismo hacia su técnica y su propio estilo, si se le ayuda a distinguir entre el lenguaje vivo y las palabras muertas.

 

Por su parte, el ex director de Casa del Lago, Hugo Gutiérrez Vega, dijo "todos sabemos que no hay nada tan serio como un niño jugando, por eso el arte tiene esa seriedad que no es nada si no va acompañada de la gracia. Ser como niños para aspirar a paraíso significa conservar el candor y el deslumbramiento de los primeros días. Pensar siempre la infancia de todos y de todo, en ese reino perdido que recupera en una pequeña parte la magia de la literatura.

 

El escritor Fernando del Paso leyó la oración fúnebre que dijo durante el homenaje realizado a Arreola en el Paraninfo de la Universidad de Guadalajara: "qué sería de la memoria sin el olvido, que la decanta y deslinda; qué sería del olvido sin la memoria, que lo espanta pero no lo abarca, déjame Juan José olvidarte mientras te recuerdo, déjame recordarte mientras te olvido".

 

Hilda Morán, amanuense del maestro, comentó que si Arreola se hubiera dedicado a plantar árboles "seguramente las hojas se hubieran caído de ellos y hubieran venido impresas y con el sello arreolesco".

 

Al agradecer el homenaje en este recinto, "que es espíritu de la Universidad", Orso Arreola afirmó que su padre pasó los mejores momentos de su vida en esta casa de estudios.

 

Como parte del homenaje se presentó el disco Colección Voz viva de México, en palabras de Juan José Arreola, y se inauguró una exposición fotográfica.

 

 

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Foto 1

La Universidad Nacional rindió homenaje póstumo al narrador y poeta Juan José Arreola, en la Casa del Lago, recinto que fundara hace 42 años y que hoy lleva su nombre.